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20120924

Inestabilidad de Pronóstico


"Y vos, porque te pelaste?"


Dicen que dijeron que, uno es más feliz cuando la recta de las cosas/situaciones, va encaminada sin posibilidad de deslizarse por caminos sinuosos. Eso quizá no es tan grave como las pendientes, que cuesta subir, y una vez que alcanzás la cima, el resultado no es tan satisfactorio como se predecía.
Rocosidad, enpantanamiento, rueda pinchada, son todos tecnicismos. Lo peor es la coartada, la encrucijada existencial se sentir la espontaneidad a la implanificación posible de los acontecimientos cotidianos.
Amanece gris, oscuro o soleado. Según como se mira, todas las historias pueden contarse de diferentes puntos de vista.
A mi me gusta pensar en esta etapa de la vida, ingenuamente.
El sentido etimológico de la palabra resalta un concepto bastante "naif" de lo que respecta a la comparación intelectual con terceros, sin embargo podría atribuírsele diferentes opciones a la hora de captar su perfecta esencia. Ser ingenuo es un arma de doble file. Puede encontrarse uno en el dilema de:

A) Sentirse un completo imbécil
B) Ser superficialmente feliz a todas las armaduras sociales
C) Anexar un concepto de idealismo a la vida

Ambigüo o concreto, no forma ningún interés particular en este escritor, sino simplemente la remarcación que los arqueotipos pueden construirse también desde un punto de vista particularmente experimental.
Esta bueno jugarla de diferentes roles a la vez. Tiempo atrás sentías las ganas de cambiar el mundo, tomar el rifle por la fuerza, salir a pelearla, acribillar Corporaciones, Gobiernos, Fascistas, sólo por nombrar algunos sinónimos de estos hijos bastardos.
Te diste cuenta que no era la mejor opción, y por ende terminás haciendo una lista de elecciones.
Un humano sin sueños ni opciones, deja de ser un humano. 
Si esos paradigmas nunca se nos presentan, dejo de creer sinceramente en que la vida no es más que una gama de planeamiento binario. 
Hoy planeo ser ingenuo, creer que tengo control sobre las cosas, que puedo decidir mi destino, ella me ama, no me dejará, existe la fidelidad, no todos usan corazas de hipocresía, y el sol brilla.... mucho, demasiado.

Darle un beso esa tarde en Septiembre, fue sacarse de encima una preocupación superior. Más bien debería adjudicarlo como, definir una nueva ruta de destino (estilo GPS), y creer en muchas herramientas más, que ningún sentido tiene compartir con un lector mediocre.
Los Humanos probablemente encontrarán esto un poco hostil de mi parte, de cualquier manera creo que es la verdadera parte de la moneda, debido a que muchos de ellos, logran alimentarse de los fracasos ajenos, estimulando el trofeo de los errores, la festividad de las metidas de pata, y el ritual a la depresión, o si se quiere, a la desconfianza con uno mismo.
Entérese si quiere (o no también), pues a mi podría importarme mucho menos que los acontecimientos políticos demagógicos en el mundo.
Sentí que estabamos muy conectados. Su cabello es hermoso, sus ojos igual, incluso cuando se delinea prolijamente. A la luz del sol, transforma su color en una especie de rojizo, que aseguro con certeza, logra capturar todas las fibras de interés posible en esa persona.
Le dije muchas cosas, quizá las suficientes para asegurarme que esta vez, no me guarde nada...
Entre Ud y yo, seguramente me he reservado mis deseos más profundos, junto a las emociones más complicadas, por lo que preferiría no emitirlas en esta ocasión. Hay una ley de la cábala personal que obliga a no revelar todo antes de tiempo.
Haciendo honor a mi involución genética-astrológica, debo reconocer que tuve muchos interrogantes al día siguiente.
"¿Fui un buen besador?", "Puso su mano en mí, ¿Eso significa algo?", "¿Fui oportuno? ¿Caballero? ¿Audaz? ¿Soy solo un amante sin futuro, destinado a volar boca en boca, hasta encontrar una lengua amiga?"
O acaso, ¿es mucho más complejo que todo eso? ¿Es esa búsqueda del otro, la que nos hace levantar cabeza y volver a zanjear la calle?
Por supuesto que la resaca de incuestionables respuestas, duró solo un par de horas, de modo que decidí mirar arriba (al cielo) y gritar locuazmente:
"Esta vez, voy a jugármela" 

Espero no me hayan faltado indicaciones del tipo: A quien corresponda; Cordialmente; De mi mayor consideración, entre otras opciones. ¿Tendé mi oportunidad?.....Tendré mi oportunidad.
Elijo hoy, tener opciones, ser ingenuo, y creer que el grito de guerra esta vez, tocó para mi lado.
No hay frontera que pueda romper mis últimas convicciones, mis deseos.



"Y yo: por el asco que da, tu sociedad."

20120922

Lady Evil

Ahí en el Valle Oscuro, camino al Este se encuentra. Dicen que migra al Oeste, y de vez en cuando viaja al Sur incluso también. No sabría explicar bien si su formación es la de un espíritu, o la de una encarnación de la misma Súcubo de las leyendas, pero puedo asegurar con certeza, que caer en su trampa fue la experiencia más rectificadora de todas. Sin sentido lo he pensado, por lo que la conclusión llega de que: Ella es mucho más que eso. Ella es un destello de lo mejor, y un veneno de lo peor. Medusa de los males, Artemisa de la seducción. Cualquiera en mi posición hubiera sido seducido por esos trucos, puesto que casi indescifrables resultan las señales que otros humanos emiten de manera caótica y aleatoria. Topé con el deseo, me encontré sin embargo con el amargor (flúor ácido), una belleza de mujer, una prescripción de la justicia, de la belleza, con un hedonismo de la calaña más bastarda en ese entonces. "Doy gracias que estoy en una buena racha" Eso es clave para entender el funcionamiento de las cosas. La vida es como en los equipos de fútbol, incluso se pueden encontrar enormes similitudes por donde lo mire. Entrás al torneo del nuevo año, con buen equipo, jugadores nuevos, moral en alto, expectante de lo que será la temporada, y ansioso esperás el trofeo de la victoria, saborear la ventaja de ser el mejor en lo que hacés. En la vida, aprendés tus skills de las imperfecciones, errores, situaciones, emociones, y por sobre todo experiencias. Todo es real, nada teórico funciona bien. Salís a la cancha, por ella, por el nuevo trabajo, cambio de vida, acorde musical, lo que fuere! Ahí te ves cara a cara con el destino, luchando por satisfacer tus convicciones y tus deseos, la peleás, sale gol de media cancha (tenés su número), toque y toque a lo veloz, salida mala del arquero y la colgáste en el ángulo izquierdo (ahora llevás 5 meses conociéndola). Cierra el primer tiempo. Tus rivales ni la ven, estás jugando groso, sabés que esta es la tuya, nada puede salir mal, NADA debe salir mal. Hay quienes dicen que los goles se hacen, y sólo se gana jugando. Convicción personal más que cierta, sin embargo no se pueden (deben) negar los factores de lo azaroso y caótico de la existencia. Ni Teoría del Caos, ni fervor evangelista pre-dogmático, simplemente selección del más apto, de lo natural, que por defecto es la imposibilidad del planeamiento sobre lo inconcreto, lo ausente del cha cha cha cotidiano, el tiki-tiki del tomarse las cosas como van fluyendo. Ahí ni los goles suman puntos, pueden darse si son merecidos, como si realmente tienen que suceder. Tu segundo tiempo con ella, va bien. Notás que te volvés un poco menos habilidoso a la hora de marcar, te cuesta un poco defender, la defensa está cansada, posibilidad de desgarro en el inferior izquierdo, pero no importa, está atacando la incertidumbre: hay que hacerle frente. Ambigüedad, ambigüedad de pensar en todo eso. Ambigüedad, de no saber que carajo hay que decir y cuando. Ambigüedad de pensarte un poco mejor que ayer. Ambigüedad, de no ser un inútil que aún no sabe interpretar las señales. Ambigüedad, de la vida, de dudar, tanto pensar, patada en el orto.. y a otra cosa. Capaz la pensás demasiado, vacilás rematando al arco de su corazón (o entrepierna para otros), son complicadas las gambetas.. estás bajando y lo sentís muy adentro, lo ignorás pero tarde o temprano te va tocar. Duro lo que tuvo que durar, esa maldita racha, esa puta racha de suerte, el factor miedo de la inseguridad. Mirás al costado y te faltan jugadores. Menos de medio segundo tiempo, si no asegurás el partido vas al empate, o peor a la derrota. Entra por izquierda, el lateral durmió, centro perfecto al medio, y PUM cabeza-gol de un habilidoso jugador con la frente en alto, menos años, palisandro, buen tipo igual. Te la puso de repente... empate. Pasaron otros 10 minutos, seguís sin jugar mucho, toda la situación te agarró desprevenido, durmieron los delanteros, el DT está perplejo y tus compañeros les faltan seguridad, reacción, tenacidad, preocupación.. El mismo pibito, ni cercano a un Messi, mucho menos un Sulejmani, (reaccionario al menos) corre y corre, no se puede parar, "Demasiado veloz para mi", ahi va miralo como la clava en el palo derecho, de bombazo al arco. Toca el fondo de la esperanza, juegan menos y horrible. No sos Bostero, Canalla menos, Tomba ni en pedo, Gallina olvidate, ¿Cuervo? Ni loco, insecto puede ser, sabés como es eso. La peléas un poco, jugaste mediocre y se acabo el partido. El pibito te metió dos, debutaba esa noche y se le ve mucho futuro. La otra noche me pasó lo mismo. Así como mi amigo lo relató, exactamente. No pude controlar los celos de que rapten a tu futura mujer, o a tu particular interés por esa caballera, esos ojos, esa profundidad espiritual oculta.
Pero no es espiritual en el sentido neto de la palabra, sino una relación con lo más intrínseco que tienen las personalidades, el interés mutuo y la posibilidad de revivirla un toque, a diferencia del ambiente común de siempre. Tiene ese sabor raro la situación.. mucho se ha dicho.. poco se ha tocado, importante resulta pensar que si se dijo todo eso, algo ahí hay. En el momento de la furia, no pensaste mucho en esos detalles, solo te pones maníaco, obsesivo, nocivo, y la careteás de todas las formas posibles para que no se entere de tus observaciones minuciosas. Ustedes dos están ahí, compartiendo el mismo espacio, alejados entre sí por motivos particulares de esa invitación festiva, de hecho por tu lado, estás siendo galán y conociendo a otros individuos humanoides, que no fastidian tu compañía con imbecilidad de la mayoría de los humanos. "A los Lobos Esteparios nunca nos gustó la compañía del humano" - No podría ser más cierto y hoy lo vas aprender como ese buen Harakiri. El pibito que metió los dos goles sobre final del ST, se transformo en un ente humano. ¡Te la jugó rápido por tanto control! Desesperás, la obsesión se vuelve mayor, necesitás comprar un mejor sistema de vigilancia por temor a que llegue el contacto físico no establecido en la fidelidad de dos personas que se "gustan", se "tienen ganas". Por adentro, la sensación abruma.. se vuelve un hedor a lo Naranja Mecánica: "Idiota...[exude]" - No se puede controlar. Es un mal viaje de ácido (de los más oscuros), inverosímil, no pisa lo onírico, sin duda resulta una pataleta al hígado, llagas... por donde las mires.. NO, son demasiadas para apacigüar... Dolor extremo en la parte superior del pecho, pánico, seguido por sudores en el plexo lumbar...incosciencia, se borró todo y lo único en vista es el amague al contacto físico. "Igual...[gasp]" - No es consuelo, esa tirada todavía no está dicha.... Tira sus dados, y finalmente la pesadilla es una realidad: ÉXITO de contacto físico. La situación se da, y una mano sobre su espalda se asoma. Todo es un caos, no hay otra salida, sino que todo empeore. Nada va estar bien, todo va ir muy mal, como en White Rabbit. Los temores se convirtieron en realidad. No se sabe hasta que punto existe esa chispa entre ellos dos, o entre ustedes, sino más bien, el replanteo comienza a jugar sus cartas. De manera obsesiva por supuesto, hipócrita de mi parte sería negarlo, siendo yo un ser tan mentalmente preocupado. Y ahí vez que pasan cosas.. se tocan la nariz, diminutamente y muy al horizonte lejano vez que las posibilidades de un apretón de manos, son algo probables.. el problema que el margen de error por la escasa visibilidad, podría aumentar de 50 a 100%, y no hay certezas de eso. Es conveniente pensar que se tocaron. No ordinariamente se tocaron, peor aún: sólo por cagarme la vida. Ya te chupa todo un huevo, la dualidad se apodero a los sentimientos, el golpe de estado ha llegado. El resto de los días, juro que no recuerdo con martirismo la situación, para nada estimado lector, solamente albergo mis dilemas como usted analizara los suyo después de leer mi personal carta de expresión. Y no creo que me interesa saber si Ud considera que mi historia un poco obceca es, pero le digo que esto no es nada más que cierto, y no debo rendir disculpas por ello. Sin muchos más preámbulos, entrego mis rachas a lo que tengan que ser. Ya no importa si son causalidades o manifestaciones de lo interior del espíritu, pero sólo una cosa sé: la vida es como en el fútbol, hay factores que no pueden pasarse por alto. Si, cuando juegue de visitante, prometo ser mejor. Si, la próxima vez no voy a ser tan fatídico pero mucho menos amigable. Good to know that she's all mine Lovely lady make love all night long Lovely lady never do me wrong I don't wanna leave ya I never wanna leave ya, Anymore no more Lovely lady, mystifying eyes Lovely lady, she don't tell me no lies I know i'll never leave ya I'm never gonna leave ya anymore no more

20120704

Mr Nice

No fue un acto meramente pornográfico, fue un hecho espectacularmente superficial.
Las piernas de Lulu eran como un camino sin desierto. Una sensación de abrumadora presencia inunda el espiritu cuando la toco, la veo, o la conquisto en el plano astral. Es una perfecta dama en apuros, una enfermera de mi destino, más al cual no tuve escape que desearme existir en un mundo de perfecciones, y no inocencias de la complejidad innecesaria que resulta vivir en el siglo XXI.
Pensé que podía tenerla de manera fácil, pero me di cuenta que Lulu solo es una esclava de la sexualidad, del erotismo y la industria corporea de vender deseos humanos. No fue un hecho meramente pornográfico, sino una iluminación momentánea.
Sus piernas me encantaron el momento que las mostró. No conozco la existencia de un eslabón perdido, pero aquel hecho empírico de mujer, logró hacerme entender que todavía existen motivos para no destapar la bañadera universal.
“¿Ceniza o no ceniza?” se preguntan los habitantes de Misery City.
“¿ Ella o yo? ” me preguntó la última vez que nos vimos.
Nadie sabe que contestar cuando su mirada te toca, pero todos saben que no hay mas respuestas a los enigmas, si su profundidad no existe como un hecho fehaciente de que merezca la pena su analisis. Ende de tal analogía creo que debería estar mas seguro al enfrentar mis seguridades, aunque estén referidas a mis aspectos más oscuros.

Un autor no es el heroe de los callados. Un artista no es un especialista del ego. Un humano es el genoma de la imperfección, y aunque caiga en la misma trampa de siempre, quiero pasar horas tirado en las fantasias con Lulu.
Natalie y la ucraniana Diana me hicieron creer en que si puede (objetivamente) apasionarse. Pero en un sentido mucho más profundo, no ramplón y llano, sino de una utilidad cósmica, incluso además ganar interés en pasar tiempo con este elemento, en vez de otros sencillos indidivuos. “ Ahora quiero encontrar una mujer húngara, espero que Lulu algún día vuelva al mismo lugar que nos encontramos. “
Sacrifico ya un instante porque mi hechizo se vuelva una realidad transformadora, y inmortalice que debe volver, porque en el fondo me exilia, y yo aunque tosco (orgulloso y cínico) cambio mi estilo de vida, mi devoción, y mis facetas sociales, por consumir nuestros años en un mäelstrom del mejor volumen.
El día que se fue, la mañana de agosto frío, me miró apiñando sus valijas y dijo en llantos de su idioma algo traducido como: “ Come to me now “.
No supe descifrar si era “with” o “to” (sinceramente las reminiscencias de antaño incuria aniquilaban mis emociones), pero se que horas después de su eludible éxodo, el primer tema en el foobar fue “ Price you Pay ” y me di cuenta que todavía hay posibilidades de conquistarla.
Porque, analizando los siguientes hechos, si es posible que la línea temporal incomprensible para los humanos, haya fusionado las ramas del azar, la mala leche, y el destino, sólo para el simple hecho de ayudar a reconstruir dos almas, entonces mis primeros motivos eran correctos:
ella dijo lo que yo supuse en primer lugar que dijo.
No soy obsesivo ni depresivo, solo no me puedo levantar de la cama los jueves, los martes, y mis días de analogía/meditación espontánea.
Por eso te digo Lulu, corazón mío (mientras escucho Test Transmission), si este hechizo retórico algún día se transforma en la anécdota de nuestro futuro, solemnemente juro:

A) Ser un buen tipo
B) Cometer errores ligeros

Dicho esto, no queda más remedio que esperar a los emisarios del destino, y pensar que no somos solo unos “humanos”, somos carmesí, color plata, hijos de la galaxia, y si este destino no fue para hacerse, ¿Entonces para que quiero una existencia?, si mis decisiones han de ser tomadas por un aparato maldito, ¿Para que vale la pena elegir? ¡y peor aún!, si mis deseos y anhelos no pueden ser parte de mi destino, ¿Por qué entonces Lulu, nunca nos avivamos antes de tener sexo más seguro, más fiel y más reflexivo?
Aunque sabés que esto es sólo una realidad, porque mi deseo por tu ser, sobrepasa las barreras físicas, estoy de hecho seguro, que mis confesiones llegaran a ti. Cuando este por Hungría prometo visitarte, y no como hice con Diana, que nunca lloré sus arrumacos, ni tasé la sublime mujer que representaba… al menos no hasta muchos años después. Natalie fue diferente, ella simplemente me hizo revelar.. pero todo esto interesa no, puesto que esta vez le juro a mis espíritus ser un buen tipo.
Cosmetológicamente me retiro a meditar sobre las profundidades que requiere hacerte llegar mis hechizos, se que los rechazas en inmutable conmoción alguna, pero nada de esto concebirá que me detenga, sólo y únicamente, si decides en definitiva otorgarte a mi, Lulu querida mía.

20120622

Lulu Princessa

Parte II

Lulu Princessa


Corrí y corrí por todo el edificio buscando la habitación en la que había sido destinada mi preciada gema. Era como una adicción espontánea a todas las cosas bellas (y horribles) que aparecen en la vida, sólo un momento de satisfacciones juntas, significaban un cambio bilateral de 365 grados.
La busqué por todos lados. Estaba arrepentido de haber hecho lo que hice, más ya no tenía esperanzas de que ella lo entendiera, al fin y al cabo Lulu era toda una señorita. Era joven, eso podía ver cualquiera, pero en sus escasas dos décadas de vida robaba corazones y almas como una profesional; Hecho que llevó a mi más profunda perdición.
Lulu era de ojos grises, cabello morocho, una piel suave, manos pequeñas con prolongados dedos, uñas pintadas colores rojo-violeta (de acuerdo a su estado de ánimo), labios de tamaño pequeño aunque en el centro superior presentaba una leve carnosidad recurrente. Sus cejas y pestañas hacían una combinación de glamour, mientras que sus orejas bien pronunciadas, aclaraban la oscuridad con aretes dorados, la mayoría de las veces. Su bijouterie era muy sorprendente. Mañanas he visto colgantes y anillos de figuras amorfas, con sus destellos en oro, plata y hasta diamantes de pequeña índole, sin embargo, solía sorprenderme aún más cuando ella (triste y solitaria) decidía no usar ninguna joya extravagante y ser simplemente lo mas natural. Muchas veces cuando estábamos solos, le pedía que me mostrara sus tatuajes, y bajo su espalda perfecta podía ver un ángel y un demonio unidos por una raiz tribal. Bajo estos dos, un fantasma amigable con dos pequeños cuernos, guardaba su derecha contra los invasores.
Ella era magnificaba. Su silencio rodeaba a la presa con un aire de tranquilidad y excitación a tal punto, que la mente se volvía incontrolable y sólo ella era capaz de dominar las emociones.
Sus largas y perfectamente esculpidas piernas, eran lo único a lo cual un hombre en aquel estado podía aferrarse. Era un viaje fantástico, pero demasiado violento para despertar y saber que ella nunca se quedará tu lado, porque no hay nada que puedas hacer para convencerla.
No hay nada que pueda hacer para tenerla, no es posible amarla, ni mucho menos pedirle que sea mi compañera toda la vida; Lulu simplemente es un espíritu demasiado libre.
Su juventud es un gran enemigo. A veces me gustaría que no fuera como la mayoría de las su edad, y le imploro que me deje comprarle un collar de perlas aunque dinero no tenga. Me rechaza a diestra y siniestra, aunque en el fondo se que me entiende, y muchas veces se ha quedado hasta tarde en mi lecho vampírico.
Ahí en esas ocasiones pude contar los lunares de su espalda, mientras apreciaba lo bien que se siente tener una mujer al lado. En repetidas ocasiones me preguntó porque era un lobo estepario, “¿Porque yo?” y de vez en cuando le respondía con lucidez, mientras que la mayor parte del tiempo no supe que responder.
Se que muchas veces después de amanecer juntos, me hace una larga mirada de aproximadamente 10 segundos, y se va.
Pero esa mañana fue la última mirada.

20120621

Lulu Princessa

Parte 1

(La noche anterior…)

Sabés que no me gusta que hagas eso –
Lo siento…. Pensé que antes te gustaba – susurré a su oido
¡ Basta ! Ya no tengo ganas de hacer nada – protestó ella enfadada, empujandome hacia un lado.
Pero aún estoy dentro de mi hora… - contesté con picardía.
No importa, hoy no me siento con ganas de verte, acá tenés tu dinero de nuevo – Protestó solemnemente, tirando el dinero sobre mi. Caminó hacia el baño y procedió a cerrar la puerta violentamente.

Conocía esa mujer como la palma de mi mano. Lulu era en definidas cuentas, la razón por la cual tenía un trabajo, esperando todos los días 28 de cada mes, y tener unas horas a solas con ella, donde me proyectaba hacia un mundo de sensaciones utópicas que ningún ser tan despojado de sus presunciones, podría experimentar a la par. Supongo que esta mariposa lujuriosa era mi escape a las frustraciones, los temores, la insatisfacción general, y el hecho de que mi vida era un estanque, de la peor mierda.
Sí, era un estancamiento de un trabajo mediocre, cuatro relaciones frustradas que terminaron en cuatro planes alimentarios, y mi progenie que nunca pude conocer. Serían mis concubinas quienes, hablado mal de mi habían, puesto que mis retoños solo me enviaban los cheques rebotados de mi patética economía. Claro que mis debilidades solían acompañar mi sobrenombre, y la contra postura de que había prometido tiempo atrás: no volver a tomar.
Menuda reflexión hice antaño, pero de modo casi catártico decidí que un hombre es la sumatoria de su naturaleza bestial, apostando a un sentido más existencial de sus pretensiones sexuales, materiales y mundanas a la corteza de esa puta vida que pasa por encima.
Sea como sea, Lulu era mi escape a la basura, a la escoria y la felicidad en extremo.

Me senté en la cama apoyando mi espalda sobre el respaldo, prendí un cigarrillo de marihuana, apague la luz y me quedé esperando que Lulu saliera del baño. La noche estaba inquieta. Afuera del edificio se escuchaban las persianas traquetear de cuales vejestorios antiguos rondaban en la zona, alarmas de varios fastidiosos ejemplos, gritos quizá de una cartera robada, o el colectivo perdido de las 4 de la mañana en ese Miércoles de Junio.
Mi cumpleaños había pasado ya hace tiempo, pero no conseguía que Lulu recordara tal fecha, de modo que pensando a grandes rasgos, para ella era solo otro más de la presuntuosa agenda.
“¿Por qué no puedo ser el único?” me dije por los adentros. Vacilé un instante y me acerque al baño. Posé mi oído sobre la puerta y escuché como sutilmente caían las gotas del dispositivo donde solía ducharme día por medio. Observé por la mirilla como el vapor condensaba el ambiente, asumiendo que ella entonces se quedaría un tiempo más.
Abrí las cortinas del balcón, dejando entrar la perfecta luz de luna en aquel entonces, luego me dirigí a la heladera y saqué dos cervezas que tanto tiempo para esta ocasión guardado había.
Contento y seguro de mis decisiones, volví a sentarme en la cama, esperando que Lulu terminara sus quehaceres de madrugada. El reloj marcaba las 4:05, y según mis cálculos ya se había cumplido las horas, pero ella mi dinero rechazó con desprecio de modo que en algún punto, si se estaba quedando, era por motivos particulares.
Finalmente descubrí que el cigarrillo su efecto logró, y óptimo en aquel momento resultaba acostarse y dejar fluir la energía.
El tiempo pasó hasta que finalmente la puerta del baño se abrió, dejando salir a la hermosa Lulu.
Su cara simulaba una tristeza, su cuerpo completamente desnudo y mojado por la intensa condensación, captaron mi atención al instante. Me incorporé rápidamente, la miré fijamente a los ojos como perdiéndome en un lapsus sideral, mientras que de a poco comenzó a caminar exquisitamente hacía la exacta posición donde me encontraba. Su humedecido pelo color fuliginoso café, posaba todo su esplendor, acentuado la belleza corporal, recorriendo los omóplatos celestialmente arrogantes, y finalizando en sus precursores senos, que tan amenamente observaban la situación con leve excitación. Algo que nadie nos iba a quitar nunca, era la conexión seductora que ella y yo lográbamos con los años, y sé que en el fondo lo disfrutaba más que con ninguno de todos los otros perdedores que pagaban por sus servicios.
En el fondo la amaba con una pasión vehemente, era capaz de raptarla, llevarla a un castillo y vestirme de caballero para rescatarla, procurando así que ella de mi se enamorase.
Lulu llego hacia mí, se sentó a mi derecha y con su suave mano tocó mi cabello dejando un leve reposo entre nuestros ojos.
Yo sabía que ella triste estaba, y algo muy profundo en su mirada lo decía abiertamente. Tomé su mano y la posé en mi corazón haciéndole sentir el elevado pulso de mi cuerpo y alma. Ella con maravilla se alegró, y me besó irresistiblemente por una ínfima fracción de segundo.
Terminado esto, se levantó, tomó mi cigarrillo de marihuana (ya casi consumido), y posó sobre el ventanal del balcón, dejando que todo el lujo de la Luna descollara el primor de su húngaro cuerpo.
Nos miramos un tiempo bastante largo, hasta que finalmente tragué saliva y modulé:
- Vos sabés Lulu, que yo te…. –
- No lo digas….no ahora… - objetó de manera irremediable
- Se que no querés escucharlo, pero algún día voy a demostrarlo – dije, acercandome de a poco hacía donde ella se encontraba.
- Je Sekve, pero no en este momento… no es justo –
- Quiero que vos y yo formemos una vida juntos.. todo lo que quieras va ser tuyo – escupí verborragicamente
- (puteada en Húngaro), ¡No es justo! ¡No Ahora! (puteada again) – contestó ella, dándome una bofetada fugaz y empujándome fuertemente hasta caer en la cama.
Velozmente e insultando en su idioma natal, saltó hacia mi posición, cayendo sobre mí de manera muy violenta. Tomó mis manos sin dejarme mover, me besó muy sexualmente, mordiendo mi labio y uniendo las lenguas, susurró algo en húngaro y me índico que tener sexo en ese momento era la opción mas factible.
Bajó fogosamente baboseando mi cuello, luego mi pecho, hasta llegar a la entrepierna.
Al cabo de unos instantes, logré sentirme muy excitado por la situación,
haciéndole entender a la joven Lulu, que su ataque de seducción más que
efectivo resultado había. Ella impregno sus labios y muy gradualmente,
comenzó a dilapidar, mientras que yo era proyectado a una galaxia sin
nombre alguno, puesto que su irrelevancia era fascinante. Sentía como
de a momentos, no estaba en mi ser, sino que solo era esclavo de un
alguien, quien dominaba todo mi cuerpo, y solo resignarme a sentir, era la
única opción que quedaba, mientras que Lulu en apenas dos décadas de
vida, exigía de mi lo que nadie nunca pudo. Al cabo de unos minutos,
no pude domarme más, dejé salir todo ocasionando un enorme sonido
de deleite, mientras que ella con los ojos cerrados me cortejaba
en ese gemido de victoria.
Volvió a mi, se acostó sobre mi pecho y con una mano sobre mi mejilla
izquierda, susurró alguna frase en húngaro (la cual nunca pude descifrar),
y nos quedamos dormidos un par de horas. Miré el reloj por última vez, y
su digitalismo marcaba las 5:05.

20120413

Bioquímica estáte quieta

Se que ella hoy esta triste, y lo sé porque un ratón volando en su aladelta cruzó esa noche el camino para comentarmelo.
"¿Osas cruzar mi puerta mortal?" fueron mis palabras, pero el ratón no contesto.
Le guiñé el ojo a un escarabajo amigo, pero lo único que pude encontrar fueron sus insecticismos, y esa fascinación por los productos químicos de limpieza.
Cuestión que decidí volcarme a una fascinación por saber de que categoría era su tristeza. No encontré inconclusiones, ni sudores predestinados a fallecer con el placer, ni siquiera pude descubrir cual era la raiz de sus depresiones.
Corrí hacia la Iglesia y la vi tendida en un llanto espiritual, despertando arcángeles y demonios, agonizando, reprochando a la existencia misma, las cualidades que no la hicieron manejar su destino.



"Maldito" - murmuró entre sollozos y atragantadas lágrimas.
Desollado me sentía en aquel instante, sin poder comprender la impunidad de sentirte excelente, agobiado pero nefasto a la vez. Sumiso y potenciado a destrozar el destino, si es que este pendiera de un hilo como nuestras vidas.
Ella y yo éramos, hoy simplemente estamos bebiendo y codiciando (entre cigarros/humaredas) la concepción idológica que hace desmitificar a la vida como un ente, como una maldición, más ¿cuál es el ocaso de los ídolos sin un antagonista?.
Soy despreciador por excelencia, adoro someter a mis pensamientos, mis necesidades son algo pacíficas pero tormentosas al final de cuentas. No siento ganas de abordar con altruismo a la sociedad, ni quiero bendecir a la juventud con deseos de revolución, mucho menos voy a decir que me sienta placentero arruinar los estádos de ánimo porque me cae como el culo clasificar a la escritura.
No supe porque estaba triste ella, ni supe tampoco cual hubiera sido mi reacción (en caso de que una tuviese) si los alineamientos planetarios hubieran desembocado en aquella lealtad, que dignifica más que el trabajo, créanme amigos mios..
Lo cierto y lo indiferente a la vez, radica en cesar las construcciones erradas por el juzgamiento a los que son diferentes, están atrás y no son experimento antropológico.
Las Ciencias Sociales son perfectas sin las ciencias.
La Antropología me hace pensar si su nacimiento condena al funcionamiento de su inneficacia a la hora de analizar (no organizar) a los herederos de Gaia. Sin paparruchas, ni aforismos egocéntricos, a los viejos escarabajos (veteranos de guerra), no se los convence con: "Porque así lo dijo Levi-Strauss".
Ni ella ni su amigo saben pensar fuera de los libros, para entender más fácil es sutilmente conveniente anclarze a pensamientos ajenos, y la realidad recae en quien quiera cuestionarla sin más ni menos.
Nunca supe porque estaba triste..
Nunca supe porque le rezaba a la Iglesia y cuestionaba su destino..
Nunca supe porque me metí en todo esto, si yo, al final de cuentas solo quería correr y mirar el mundo de manera insana.
Hoy se que mirar el mundo con sanidad, es faltar el aspecto menos importante de querer codiciar lo que terceros construyeron, aunque su edificación haya sido completamente irrelevante.

20091031

I don't wanna change the world


I don't a world to change.
Solo quiero chicas con piel descalza y zapatos de verano en primavera.
Quiero tocar la cabeza de margarita con mis dedos fugaces, para experimentar los defectos de querer revivir el pasado con los errores y las codicias del futuro.
Paciencia. Paciencia. Paciencia y dicen que acaba... pero yo sigo escuchando lo mismo.
Pendejas y pendejos me cantan con flautas traversas en el pórtico de mi cama, y yo con garrote en mano y el verde atragantado, escupo sus cabelleras, buscando una simbiosis a mi nueva vida nómade.
No quiero una chica que no tome la botella por su principal recipiente. Quiero una chica que vomite la cerveza pero con un gusto mejor que una hamburguesa imperialista.
No quiero un amor que dure para siempre. Quiero relaciones interminables de pequeños amorios comestibles, para despues queden por siempre en las memorias de mis estomagos.
No quiero vivir de la mujer del pasado, pero quiero vivir de la mujer del futuro.
No quiero vencer a los demonios de mis cofradias, puesto que sin ellos no complementaria el géminis que traga mi benevolencia.
Quiero esa chica de ojos claros, pelo oscuro, y su timidez clásica... pero no se como conseguir que juegue a la batalla naval conmigo, para sacrificar sus emociones e hundir el crucero de mi delirio.
Quiero ver el sol con los ojos cegados. No quiero ver el sol con los ojos abiertos.
No quiero esperar un instante de hilaje fino, porque su rol no juega las cartas suficentes para convencerme de su modo propicio.
No quiero chicas sin etiqueta de cerveza, quiero cerveza con forma de chica.
Puedo jurar que vi la luz. Vi la luz de mi dejada decepción en un sabado a las 2:00 de la mañana, despues de jugar al poker con el Diablo y su hermana. Me salieron como el culo las cartas, pero me quedo contento porque mi alma no está en precio. Compré un hechizo de amor para castearlo en la mujer de ojos oscuros, cuya juventud me defeca la mente, al pensar que el vejestorio de hoy en otros tiempos, hubiese podido con Troya.
Pero por otro lado se, que haga lo que haga, que me comporte como me comporte, que aunque me orine encima y mis gotas salgan sudadas de la heroina que produce el extraño enamoramiento de seres, va ser el fruto de la pasión, la semilla de la potencia máxima, donde nuestras intenciones van a ser verdaderas y no las del imbécil que saca fotos con un cigarrillo atragantado.
Envidio el destino, por haberme distanciado. Pero agradezco la causalidad por haberme encontrado con ella.
No quiero quedarme en la interperie con una manta de color rojo, sangre de titanes y mutantes que lucharon para romper las cadenas de mi abandono personal.
Quiero conocerla en la playa, o en el mar. Quiero tomarla de la mano y esconderme en sus uñas.
No quiero pensar sin esperanza, porque; ¿La esperanza es lo último que se pierde?

20091029

Lenguaje y comunicación

Monte Espinal

Todo pasa ya y se va corriendo otro año. Una cruda realidad de haber pensado que nada cambiaría, pero evidentemente hay cosas que se plantean en el cambio mental, y despues se logran con un poco de autoreflexión. No podria afimar con certeza, la sensación de una sanidad horripilante, porque ese conecepto es algo resultante abstracto e incoloro, ¿O acaso si existen colores para separar los esterotipos sociales? ¿Quien entonces tiene la ultima carta para definir lo sano, de lo insano? ¿Que supuesto filosofico o manifiesto cientifico habilita el estudio de las mentes y su funcionamiento simplón? A grandes ojos todo eso me resulta un enorme simplismo humano y cientifico de aquello que consideramos sanidad. El hombre imberbe, ordenado y sumido en su propia estructuralización considera sus valores morales pro cualquier persona que se le oponga, y salga de su estilo de vida. Mientras que a los ojos del hombre recluido solo asemeja la perfecta imagen de aquello que no debe seguirse.
Un sistema de numeración, ¿No es eso la mente? . Una organizacion perfecta de escalas posibles de prioridad sub-conciente, donde los recuerdos, pensamientos, datos morales, cabidades ideológicas, son ordenadas de manera arbitraria como una enorme biblioteca circular donde para sacar un libro hay que tirar D16+2.
Voy a jugar una batalla naval con la mujer que no puedo tener, pero prometo conservar mi portaaviones para que aquellas que hoy estan conmigo puedan irse, cuando ya el bote esté em fuego puro y solo los lamentos de mercenarios que ayudaron mi máxima ponencia de albergar mujeres en una caja de tesoro. Puede que todo lo anterior lo haya creido, en otra vida, con el mero pretexto de hoy sentirme mas eficaz en cuestiones amoriles aunque por un lado muy oscuro y poderoso sepa que las sensaciones tienen mucho más de sensaciones que de decepciones. Me cansé de esa mierda, de tener que andar tejiendo enjambres como cual abeja crea su panal hermanitario, de las propiedades fisicas de los corazones y su ritual mortuario, de las colmenas de gente-insecto, en donde se evidencia de manera atroz, brutal y espectacular, el pensamiento deductivo y lógico que tan cansado tiene a este mundo.

"Volvamos a la fruta" sería probablemente el mejor discurso politico que querria escuchar. ¿Hay hombres de bigotes racistas y pensamiento ultra destructivo que buscan su realidad en prototipos? ¿Hay humanos o politicos prototipicos? ¿Cuantos valores son realmente intrinsecos en la politica? ¿Son los estados estructuras eugenesicas realmente necesarias? ¿Son opuestos los paralelos?
Pero por sobretodo siempre termine acostandome a las 4 de la mañana en un jueves regular como cualquier otro, donde mis pensamientos se funden con una realidad de RPG y considero la posibilidad de prenderme un ultimo cigarro antes de sufrir alguna especie de letargo. Justo en ese instante veo por mi ventana las cortinas moverse, y ahi aparece ella, tan destructiva y monotona, monotematica, neurótica pero hermosa a la vez. Se mete en mi cama y en el preciso instante que voy a tocarla, se desvanece como humo, y entre solapas, almohadas y calzoncillos, quedo solo de vuelta pensando:
¿Es el sentido de la verdadera libertad una utopia, o da miedo saber que no quedan muchas más opciones para llegar a la revolución de los hipónimos?

20090512

Correr



Parte IV
(si es la última...)

Ojalá pudiera dormir por siempre. Para ver mis quimeras desgajar las barreras de lo correcto, me gustaría adormecerse hasta la infinitud de los desenlaces.


Miraba el mar y contemplaba como los objetos, la sabia naturaleza y las glorificaciones se iban esfumando. La arena recorría mis mas preciados tallos, mis raíces, mis pies. Una sensación de felicidad insoluble en cualquier otra persona, solo en nosotros dos, aquel instante, ese panorama, barcos pesqueros, un océano perfecto, crestas de ola color azul profundo, aroma a comienzo de noche, estrellas fugaces por doquier simulando un espacio bidimensional.
Paradoja cinematográfica: proyector de ideas acumuladas, sentencia incompleta, sensaciones internas de olvidar la tragedia, para comprometerse con el onírico horizonte misericordioso.
Como si no se tratase de un consuelo, la humanidad lograba someterme a un cofre lleno de expectativas indescriptibles, entre ellas aceptar la preciada soledad, la mancha firme que distingue a una bestia de un grifo, a un centauro de un ser superficial, a una manada de lobos y una bandada de pájaros.
Quizás la soledad es necesaria al subsistir conciente de un hombre y su génesis.
Su creación divina (mucho más antigua que las creencias religiosas) estuvo destinada a ser un peligro andante, ya sea por su afán de lucro, o de poder, de imaginación retorcida a través de los tiempos, sus métodos destructivos y su necesidad incoherente e injustificable sobre hacer mal a otros.
Quizá el Señor de los Anillos no es una historia de ficción.
¿Cuánto permitido hay dentro de los fondos de la mente y cuál es el punto en que la estirpe arrebatará conciencia de su ocaso?
El bello horizonte, de la sabia madre Gaia, me hizo entender que la historia podría escribirse y explicarse en solo cuatro segundos, sobre el final de la hora.
Pertenecer, ¿A dónde? ¿Existe la casualidad, o los hechos importantes resultan ser causalidades sobre el coeficiente de la analogía a los círculos? ¿Es acaso el lobo estepario quien más errado está en su visión sobre el mundo, o es a la inversa, que esa necesidad humana de aferrarse a otros individuos para sobrevivir y enfrentar el miedo? ¿El miedo a que? ¿Al destierro? ¿A caminar como ratas y humanos entre las ilusas creencias de que “Dios” mata y castiga a quienes su moral no esté avalada por el dogma de la ciencia contemporánea?

Ella se acercó y me abrazó por la cintura fuertemente. Sus brazos creaban una sensación de calidez estupefacta sobre mi vientre, su perfecto rostro, su facción iluminadora apoyada en mi jorobada espalda me mostraron que todas estas preguntas que recorrían el laberinto de mi mente, tenían su solución, y yo (tanto como ella), estábamos completamente seguros. Eran aprendizajes. Vidas y recuerdos, dejavúes de otros tiempos, de habernos conocido en la Edad Media, o antes inclusive, pero todo esto recaía en aprender, y crecer, evolucionar.
Pero no evolucionar como una raza preparada militarmente para aniquilar aquello que desconozca y produzca miedo, o enjuiciar a los individuos por sus enfermedades criminalísticas, o vender la moral por unos fangotes de billetes verdes que giran en el mercado mundial, sino como humanos, nada más ni nada menos. Nunca existió una obviedad mayor a esa, evolucionar como humanos.
No logro todavía entender porque si se han resuelto enigmas indescifrables, como jeroglíficos elevadísimos de la civilización Egipcia o los enfocados Mayas, ¿Por qué implicaba tanta dificultad razonar ese concepto: evolución como humanos?

Di la vuelta y la bese, sin demasiados rodeos. Estuvimos un largo rato enroscados, viajando a lugares como en los cuentos infantiles, y finalmente la tome de la mano izquierda, acaricié su anaranjado pelo, mire sus alas y le dije:

- Es hora de partir, el tiempo nos ha llegado y el horizonte no puede esperar más. Hace tiempo que nos viene esperando, y ahora es el momento de zarpar hacia otro lugar, donde las nubes no lloren por los humanos perdidos en su oscuridad, ni la Luna o el Sol quieran suicidarse en cada ciclo. –

No me contestó, puesto que no había nada que decir. Sabía que estaba en lo cierto, y que esta vez el mensaje era muy claro, alejado de toda escoria posible, de negativismo y de objeciones burocráticas, era simple y conciso.
Apoyó nuevamente su rostro en mí, tocó mi pelo y me susurró algo al oído, que no logré descifrar.
A mis espaldas la noche había cedido, ahora solo se veían los lamentos de esas constelaciones que fueron sacrificadas para darle otra oportunidad al hombre, los sollozos de esos volcanes en erupción que despertaron tras años de estar dormidos, toda la naturaleza lloraba a gritos la pena profunda que había sentido.
Se sacó la ropa muy lentamente, quedando completamente al desnudo, mostrando su completa naturalidad. De alguna manera, yo intuye que era mi turno también. Deje mis piltrafas a un costado de las suyas, nos tomamos de la mano y comenzamos a caminar hacía el horizonte, donde brillaba la última estrella viva, virgen de mal y pura de bien.
No sentíamos absolutamente nada, más que una conexión interminable, de toda la vida. El agua del océano resultaba cómoda, tibia y vivificante. No hacía falta hablarle al oído o decir una grosería como era costumbre en mí, sino dejarse llevar por el llamado de la Tierra.
Finalmente seguimos caminando mar adentro, y nuestras manos estaban firmes y cálidas, la mente estaba tranquila, y el cuerpo había dejado de funcionar, pero yo sabía (tanto como ella) que nada había que temer.
Y así fue, que al estar de pies a cabeza sumergido con mi única dama, perdí el conocimiento y el interés de cargar semejante pena por el resto de la humanidad. Los duros infiernos se habían apagado, los círculos de la vida llegaron a su fin, y prontamente estábamos en el último, el más grande de todos, camino hacía una evolución insuperable, donde pudimos entender y dejar de lado todas esas cuestiones materiales, y esas ataduras: impuestos, hipotecas, autos último modelo, celulares importados, comida chatarra, televisores pantalla plana, electrodomésticos, bancos, cuentas bancarias, adeudamientos, boletas de gas, agua, luz, aparatos electrónicos para facilitar la vida, todas esas cosas que hacen del hombre una maquina destinada a perderse en la telaraña de la exactitud, de sus orígenes y sus verdaderas necesidades, que van bastante más allá que su triste y mediocre consumismo por la vida.



Nota:
No se si algun individuo ha leido esta nueva "historia", quiero aclarar que es parte de un sueño, y quizá ahí recae lo esencial: lo onírico que la vida puede ser.
Quienes no hayan entendido nada jodanse por no experimentar. Quienes entendieron mis felicitaciones, pero no se trataba de entender. O si, depende donde este lo esencial de la esencia efervescente.

20090506

Correr



Parte III

Volví a ella.
No supe como entrar, y al fin de cuentas me quede en su puerta principal. Comprender el sentido de la soledad, pudo hacer chasquido en nuestros sentidos más oscuros, mimetizándose con las apariencias de nada, de poner una careta como la justa y misma, de esa boutique estilo londinense, donde había jugado conmigo su inmunda sensación de frialdad.
Todo se trataba sobre esas caretas que el nuevo mundo humano generaba como espermatozoides.
O a lo mejor ni siquiera nos importaban esas sentencias falsas, esos discursos políticos de aire dominguero, esas amistades falsas, o los billetes de anteayer, sino que existir se provocaba con la mezcla de otros colores.

Tonos, blanco y negro coexistían, y sin embargo podíamos ofrecerle al incurable cuadro, un choque diferente, lo que me llevo decisivamente a arrimarme, para comprender aún más lo que ella tenía para decir, y todo este tiempo nunca se animó.
Dibujando en la arena se encontraba, un círculo pequeño, seguido por montones de otros círculos mojados por la arena, y así su anular enervado, tieso, nostálgico, llamó mi atención.
Me senté a su lado de manera pretenciosa. Pude observar un tiempo como recorría una y otra vez el primer y pequeño círculo, mirando fijamente un punto perdido en el espacio del no-tiempo aquella tarde gris de un agosto deplorable. Sus manos cada vez tomaban un color escarlata en sus prolongaciones, resaltando la temperatura fría, que como un aire de anhelo llega a los habitantes, cuando su desesperación, sus agravios, sus hematomas y sus sueños frustrados, planean ahorcarse en un estanque de cera enorme.
No hay retorno para el frío desconsolante.
Me quite las zapatillas, para apreciar un poco más de cerca, una conexión leal con la biosfera. Al mismo instante vi como su nariz, sus mejillas y sus labios, se convertían en un fantasmagórico tono rojizo escarlata. Inclusive, tropecé visualmente con sus pies sumergidos a medio tobillo, en los resonantes y constantes atrevimientos del océano.
Un espectáculo eminente, perfecto, de un apaciguamiento imaginario, pero dentro de esa figura, ese monumento a la vida ilustrada, sabía que un infierno se desataba. Otro infierno, similar al mío.
Puedo recordar que me sentía como el culo. Me fastidiaba bastante la brisa congelada que jugueteaba con nuestros pelos, de cualquier manera, recuerdo tomar su mano (esa que estaba desdibujada casi, resguardada entre sus piernas), acariciar su piel unos segundos, pero nada de esto parecía importarle, puesto que sus ojos habían logrado desprenderse del cuerpo, dejando lo material, lo físico para más tarde.
Yo también estaba ansiando distanciarme de todo lo despreciable, de todo el escorbuto, y me resultaba imposible hacerlo, sabiendo que ella, ya no estaba ahí presente para verme, para evidenciarme al menos, y comprender la situación o encrucijada que el universo había preparado sabiamente.
Estuve un rato largo desorientado, juntando energía me atreví a irrumpir su ritual, aprisionando su mano que dibujaba un círculo continuo que parecía nunca terminar.
La recuerdo helada, como un aliento a esperanza. Me miró solitaria y sin pensarlo demasiado susurró serenamente:

- La vida esta compuesta por montones de círculos interminables. Empezamos en el más pequeño, para crecer con experiencias y vivencias, evolucionando y abriendo nuevos caminos, otros círculos mayores. Cada momento de soledad, cada destierro, cada depresión, hace tocar fondo, para darte cuenta que estás en lo más bajo, y más de eso no se puede ir, excepto ascender a círculos mayores -.

Vacilé, me percaté de sus palabras y con total seguridad le dije firmemente:

- De eso se trata todo esto, tocar fondo y crecer, revolver entre toda la mierda, para encontrar tesoros, que resultan inexpresables. Aquí y ahora, revolví entre toda el rejunte de basura de este último tiempo, pero como cortesía inmediata, entre en esa boutique abominable. -.

- Transité todos estos últimos círculos – dijo señalando los dibujados más amplios- pero nunca encontré algún tesoro en ellos, solo el saber que al final de cada uno de estos, algo nuevo germinaría de manera causal. Toparme ahora con esta realidad, me hace tocar a la cúspide de mi vida, que ha sido de lo más grata, de lo más sulfurosa, pero una de las que mejor quiero recordar. –

- ¿Porqué me preguntaste si yo creía que nuestra relación iba a funcionar? – pregunté reflexivo.
- Porque percibí desde el primer momento, que tu soledad y la mía, tu incongruencia, tu desapego por la vida, iba a unirse con mi abandono, era solo cuestión de tiempo...-.
- Entonces... ¿sabías que todo esto iba a pasar? –
- Sí... lo supe en el momento que corriste para seguir mi camino, aunque dudé de a momentos si realmente habías entendido de que se trataba todo. –
- Corrí porque entendí tus palabras, que de alguna forma, se asemejan a las mías, a tus incongruencias, tus desapegos por la vida, y mi abandono... era cuestión de tiempo saber que tu frialdad eran solo máscaras para protegerte... ¿De que? – dije sosteniendo sus manos cada vez más fuerte.
- Protegerme de entrar en un nuevo círculo, que no voy a poder ver, ni voy a poder compartir, porque por más que en este momento sintiera como todas las penas de mis memorias clausuradas se disipan, nuestros mundos son diferentes, y nunca vamos a poder unirlos. Por eso, la mejor solución es huir, escaparse y que nuestros anillados ciclos circulares nunca se destruyan entre sí. – contestó preocupada.

Solté sus manos. Dos segundos atrás pude sentir todo ese tormento que la embriagaba. Era de un poder indiscutible, de una oscuridad imploradora, y la implosión de todo eso, lograba hacerme jactar de que los infiernos existen. Pero no existen como una imagen divina de la lucha entre ángeles y demonios, sino dentro de cada ser, cada especie reprimida de sus verdaderos ideales, la bestia vampírica la culposa sensación de un hundimiento completo.
Lleno de mierda se encuentra el pensamiento humano, al luchar contra indescriptibles atrocidades que intentan ser los grandes misterios de un siglo abandonado en el escalafón de la evolución.
Motivos cuestionables resultan, agrupar a las sociedades como venados tuertos dentro de un rebaño abominable de ideologías secundarias, donde la mejor vanguardia es aplastar los sentimientos con la cadencia anti estática de ser unos imbéciles conformistas con el entorno material.
Insuficiencia vivencial, un límite descomunal entre la espada y la pared. Parecen ser más los problemas que el burgués se genera, que los que realmente se muestran visibles a la realidad inherente.
Una búsqueda fétida, a separarse de lo que realmente vale la pena luchar por, y por lo que realmente la escoria acumulada en las grandes ciudades, intenta hacer creer a sus habitantes.
Ciudadanos ilustres, de pensar equívocamente. Aldeanos inferiores, son, por el simple hecho de negar sus vulnerabilidades, y aquel osado héroe que logré hacerse cargo de lo que le toque, es un sapo, una larva, un gusano de mil aptitudes ante el ojo enjuiciador de la denigrante sociedad atormentada, translucida e irracional.

Entendía su pena, regar una flor de luto, entre tantas tumbas espirituales, era como sucumbir ante el terror norteamericano.
Como todos esos organismos simulados de nacionalidades soldadas, que buscan excusas para sentirse “honorables”, y condenar los métodos usados por otros gobiernos defactos en el África, en la demolida Sudamérica, asentamiento hoy y siempre de las grandes potencias. Todos ellos, torturados de las justificaciones injustificadas, de los procedimientos oficinescos, esa diarrea, ese colon putrefacto, agonizable simbiosis de la analogía a la mierda indestructible, a todos esos soretes de color blanco, fuesen ya por su incompetencia, o el magisterio de haberse arrinconado por el vacío.
Supe que involucrarme sentimentalmente con ella, sería un escape a todo lo anterior, pero que dolor saber, o conocer, el infierno propio y el ajeno, cuando afuera en el exterior, la vida humana usa bocetos coloridos, intentando esconder su verdadera cara.

- Estoy dispuesto a destruir cualquier círculo, tocar fondo, pero crecer siempre...aunque eso simbolice terminar con este ermitañismo que nunca deje de predicar. – le dije profundamente.

Nuestras manos continuaban firmes. El frío iba consumiendo la tarde, prontamente las olas del viejo mar acompañaban aquel perfecto sol, y sus compañeras nubes, que desnudas en su andar, acribillaban al resto del tiempo, hilando fino una tela maestra donde pronto la noche ascendería para iluminar aquellos veleros pensantes, tan perdidos es sus trayectos. Gaviotas y otras aves revoloteaban con el llegar de algunos barcos pesqueros, su profunda paz interior en esos marineros, preparaba el repentino alejamiento de los ruidos en la molesta ciudad.
Mis creencias sobre la necesidad eficaz y correcta de los cementos con ventanas, iban generando sus dudas, y sutilmente llegaba a pensar que tanto mejor sería, y cuán educado, era sumergirse en ese océano marino para nadar por siempre y despertar cuando todo haya terminado.
Las analogías del ángel sobre los círculos humanos, sus crecimientos, experiencias y el avance tocando fondo, hacia el ascenso, aturdían mi mente. La inspiración divina para existir, estaba frente a mis manos, mi espíritu y no pude hacer más que dejarme llevar. Todo contra lo que yo luchaba, pasaba a segundo plano, toda ese gente que pensaba en los coyotes alejados de su manada, eran gases impertinentes, tirados al azar con la más indiscutible flatulencia.
Necesitaba respirar de repente. Me levanté, deje sus manos durmiendo con su rostro entumecido, caminé hacía lo orilla y metí mis pies en el agua salada. Una vivificante energía recorrió todo mi cuerpo, mejorando mi visión, mi sistema cardíaco y aclaró también mis pensamientos momentáneos. De a poco, las llamas iban suturando, mientras que mi reinante caotismo era zurcido con hilos de mujer en tarde fría, sobre un agosto in memorioso de ese inconciente colectivo llamado existencia.
La joven angelica finalmente salió de su trance, al instante justo que yo había procesado mis pensamientos.
Prendí un cigarrillo, el primero de la tarde, para ultimar los rayos de luz.

Una película de cine ruso, al acabar el día, con sus vientos perfectos, moldeando y esculpiendo las preocupaciones, el constante repiqueteo del agua, mis ojos cerrados y pude entonces encontrar todo lo que necesitaba. Tantos años sin darme cuenta que siempre todo, había estado ahí. Inclusive, el mar, los árboles, las omnipotentes montañas, los insectos, los animales, el frío, el calor, las brisas primaverales, otoñales, veraneras y de invierno también.

20090430

Correr

Parte II


Al darse cuenta y percibirme como una persona diferente, cambió su máscara para hablar sinceramente y sus palabras fueron:

- Huir es siempre el camino hacia no involucrarse. Es mejor correr que sentirse desalmado....-
Sorprendiéndome, la miré a los ojos y le contesté:
- Correr no es el mejor camino, el futuro va seguir desarrollándose... aunque así no lo creas... Me hacés recordar a alguien... de una película, pero no se quien...-
-Titanic.-.
-¿Qué?- pregunte confuso.
-Titanic, a esa película te debo hacer acordar.- dijo ella sensualmente, creando una sonrisa en su rostro.
-¡Claro! ¡Kate Winslet es quien yo digo, tenés un parecido interesante, por no decir escalofriante.-
-¿Pero de que sirve parecerse? ¿Si en realidad no hay nada adentro? –
- ¿Nada donde? – .
- Dentro mío, y dentro tuyo.... por algo estamos acá, en este lugar, en este exacto momento.-
- No entiendo... me siento desconcertado.- dije levemente.
- No importa. No soy fácil de entender, y el mundo me es demasiado enredado para saber porque estoy aquí, porque vivo, existo, en una realidad inherente a nosotros. ¿Porque siempre un ave de alas recortadas y un coyote de pelaje grisáceo, son fenómenos de una exposición como este lugar?-.

Tras pronunciar estas palabras, dejó toda la ropa en su lugar, me miró de reojo, y comenzó a correr lejos, abandonando la boutique, a su gente, y a ese show de fenómenos que segundos antes me dejó inútil, de manera tal que mis extremidades no reaccionaban.
Sentía el hundimiento, sentía el medallón perdido bajo el océano atlántico, pero por sobre todo no me sentía para nada.
Era como si de repente ella resumió delante de mis narices, todas las respuestas que mis años de erudito insignificante me habían costado. No sabía ya que predicar, ni contra que ideología blasfemar, solo quería huir, salir despavorido, esfumarme, desintegrarme entre rosas de espinas áureas, ahogarme en sangre de inocentes, levitar o volar hacía un volcán en erupción, dejar el lugar, escapar, correr.
Vi su reflejo detrás de un enorme y soberbio ventanal. Ahí estaba esperando que sus palabras hicieran efecto. Nos quedamos largo rato mirándonos, hasta que volvió a mezclarse entre la lluvia, la niebla y corrió cruzando la calle, camino hacia la costanera donde el mar esperaba. Huí de aquel cementerio de vanidosos, la pude divisar entre todo el desconcierto, pero ella no se percataba de nada, excepto su andar, su huir de todo y todos.
Tras llegar a la costanera, y posando frente a un pequeño muro de piedra fina, miró en dirección a mí. Corriendo de repente me encontraba, hasta que encontré señales de su mirada perdida, y me detuve a pocos metros de ella.
Todo lo que sentí en ese momento fue destierro. Abandono para ambos, dos individuos entre una colonia de hormigas invisibles, que trabajan para producir su propio entierro. Los colores vivos del mundo de repente estaban difusos, inestables, inalcanzables, pero fronterizos. Decidí correr hacía ella de manera sagaz.
Sus ojos al presenciar mi movimiento, propusieron una rápida retirada, entonces ella comenzó a correr nuevamente.
Acertado en mi profunda decisión, logré adelantarme unos metros y tomar su brazo, atrayéndola a mí, de manera tal que un escape, por parte suya, resultara dificultoso. Así fue que me miró preocupada, atareada por la situación, y con una profunda pena en el alma dijo:

- ¿Vos pensás realmente que nuestra relación llegaría a funcionar? – .

Unos instantes de meditación habían llegado a comprender que en aquel instante, el show de fenómenos simplemente se había desvanecido, transformando su cuerpo etéreo, en una causalidad.
La música en mi mente cambió repentinamente, me detuve a pensar en su pregunta, simulando alguna especie de reflexión momentánea, intentando incluso descubrir la posibilidad de facilitar mis decisiones.
Tomé su brazo fuertemente, y logré ponerla frente a frente. Nuestros ojos se tocaron, nuestros egos, los millones y billones de tipos de energía que llegaríamos alguna vez a conocer, entendieron que el destino nunca forjó algún gatillador por sistema de computadora. La vida hoy, y a partir de ese momento, comprendí que se trataba de atajarse con un escudo emocional, a todos sus escenarios. Inclusive esos pedestales insostenibles, donde la ceniza volcánica es el único efecto posible de abandono.

- No lo sé, pero estoy seguro que no vas a sufrir – contesté sabiamente.
- Pero voy a emocionarme, y no quiero hacerlo, cuando alrededor mío crece solo malaria, y escombros.-

Sinceramente no supe que contestar.
Sinceramente no se me ocurrió absolutamente nada indefendible para arrimar a ese momento perpetuo.
El ambiente calló. Saltó ella el pequeño muro de piedra y se dirigió a la orilla de esa especie de playa en plena ciudad. Se sacó sus lujosas botas color celeste, dejando a la intemperie unas medias de color blanco pureza.
El viento comenzó a soplar, y su traslucido vestido moderno, se volvió en un ala flameante de color perfecto, evidenciando y transmitiendo una sensación de viveza a la bien abandonada gran ciudad.
Se sentó a un costado de las primeras pequeñas olas cristalinas.
Fue ahí cuando pensé en el lobo estepario de Hesse. Recordé un dilema perfecto planteado que me hacía entenderla, y no poder discernir ante nada ni nadie, la peor sensación de mis bienaventurados pensamientos. No era una historia trivial, ni mucho menos, pero nuestras circunstancias nos revelaban la abundancia en materia de escoria, quizás más de la que un chacal y un ave de vuelo aporreado pueden aguantar.

“Cada época, cada cultura, cada costumbre y tradición tiene su estilo, sus ternuras y durezas peculiares, sus crueldades y bellezas; consideran ciertos sufrimientos como naturales; aceptan ciertos males con paciencia. La vida humana se convierte en verdadero dolor, en verdadero infierno sólo allí donde dos épocas, dos culturas, o religiones se entrecruzan.”

Así me di cuenta que lo nuestro no fue casual, nunca nada de todo lo transcurrido fue casual, sino que algún motivo albergado existió en todo ello. Uno, varios, centenas, millones o cuatrillones de motivos por los que dos seres, sobresalen a toda la naturaleza de su entorno, causando un viaje hacía un infierno, un infierno sin igual, donde no existen las flamas sino la sensación de quemarse internamente, de obtener un cuadrillé de huesos machacados, aplastados y destruidos por el sistema de un putrefacto portal donde el humano genera su auto destrucción.
Evidencié sus palabras de tal manera, que miré alrededor y fue más que claro la panorámica visión.
Autos, humo, portafolios andantes, hombres asfixiados por sus sogas al cuello, cemento por doquier, colores oscuros, carteles propagandísticos enormes, con frases estúpidas, inconclusas e insoportables, la contaminación sonora, auditiva y humana creaban un campo de batalla.
No me pude concentrar, pero igual lo hice.

20090429

Correr



Parte I

“My Love is like a flower, daisies are always free. You’ve to let it be free”
BJM

De repente se sumió todo en un momento nupcial.
Siempre hay una razón por la cual nunca me enamoro de ella. Es la única en la que yo realmente creo....

Se despertó mi apetito dentro de aquella enorme y anticuada boutique estilo londinense. Afuera llovía un panorama complejo, lleno de exactitudes meteorológicas que impedían a sus espectadores, abordar alguna posibilidad de escape.
Solo su presencia me atiesaba las extremidades, los huesos y sorprendentemente todas aquellas ganas de narcisismo injustificado se replegaban como salvajes corderos de las estepas.
Una energía celestial rondaba sus praderas, mientras que tan alegre y sutilmente, ella ignoraba mi presencia.
No quizá una ignoración despreciable, ni mucho menos una despectiva, puesto que mi conformismo ante la vida, reflejaba ciertas sensaciones positivas en el resto de los paseantes. Si bien me sentía presumido, y etéreo a la vez, estaba seguro que algo se traía en manos mi peculiar destino.
Lo que más llamo mi curiosidad de aquel momento, fue una canción en particular de Dandy Warhols que sonaba de manera apasionante, fusionando mi propio surrealismo con la realidad utópica.
“Los chicos son mejores, chicas estén atentas.”, señalaban los altavoces del lugar.

Pasé cuatro veces delante de sus ojos: cuando la conocí en otra vida, cuando pensé en ella y ni siquiera me percibió, cuando la soñé, y ahora que estaba frente a mi perspectiva colegial de una tarde de invierno.
Perfecta en su estado, su solidificación de independencia leal, de pensamiento leve y jubiloso, un toque mágico de su belleza adornaba el estereotipo clásico del lugar. Su perfume a color naranja aplanaba mis pupilas, dejando mi alma y mis emociones al desnudo. Simplemente me sentía inútil, cruzando la puerta, en pantaloncillos sabor a mierda, un destierro de la puta madre, y mis calcetines a medio comer por el tiempo despilfarrado entre ida y vuelta del infierno.
Seguí mi curso pasando muy cerca suyo, de tal manera que por unos instantes el tiempo de aquel entonces, se tomo todos aquellos milisegundos necesarios, para que ambos apreciáramos las casualidades del azar.
“Espero volver a verte”, me dije en un trance psicodélico. El cristal de mis sueños, de mis profecías y mis deseos más profundos generaban una linterna de color rojo que desgastaba su atención en mí, por primera vez, dejando de lado al resto de los errantes individuos en aquella estructura plena y puramente consumista.
No se porque, pero podría pensar de mil maneras como sumergirme en ella. El único equipo adecuado que tengo es mi emblema de lobo estepario, mi infravisión productiva, mis narcóticos anti desesperación, y la constante búsqueda de un espiritualismo, de una creencia no fundamentada en la decepción.

El universo está lleno de causalidades, no casualidades. Ningún ente rige desde un trono omnipotente, y la naturaleza es perfecta, a tal punto que se auto regenera, dejando al hombre como la criatura más débil de todas las especies.
Esto es tan cierto como que la debilidad mayor de esta raza es poder sentir, poder pensar, actuar y proyectarse a si mismo sobre un futuro impreso en las constelaciones que hoy no están.
No se porque lo hice, ni cuales fueron los principales motivos que justificaron mis acciones, mucho más no podría decir, sólo albergar la posibilidad de que una epifanía se apodero de mis actos reflejos.
Era lo que tenía que hacer. Un hombre hace lo que no debe hacer en el mundo contemporáneo y perdido, para mí fue necesario desterrarme de tal manera que su perfecta biología no llorara más, ni se emocionara o sintiera un desagrado mayor al que produce el siglo XXI.

Vendía imágenes ella. Les vendía a hombres y mujeres la alucinación perpetua de sentirse galanes, donde el cutis era una pradera recubierta con una especie de baba de consistencia gomosa, que daba al portador un asemejo a diferentes colores, también vendía a sus elegantes y aburridos cabellos una elegancia cuestionable, y por sobre todo, ella se sentía agobiada por semejante mentira publicitaria.
Esa obsesión de entregar al hombre cosas innecesarias para existir. Entonces comprendí, ahí mismo, sin rodeos o pensamientos negativos, que todo es producto de un algo, cuya base es injustificada mediante algunos incoherentes, que justifican a sus acciones como el algo de otro producto misterioso.
Algo así como decir que las empresas y la educación deberían fusionarse. Tan estúpido e ambiguo resultaba aquel concreto lucrativo, que vi la desesperación en carne ajena.
Vi la compulsividad de los comensales, que como bestias mitológicas hambrientas, gastaban sus pedófilos cupones (que cuatro horas atrás habían sudado para tenerlos en sus bolsillos) engullendo y devorando a su paso todo producto o artilugio falsete que se encontrase dentro de su rango de visión.
A mis ojos, no podría hablar de una crisis económica mundial, mas bien demostrar el porque del decline social, cultural, artístico y humanístico de la raza.
Pero me importaba ciertamente un carajo, lo que las sombras vanidosas hicieran de su existencia, yo me manifestaba por ella.

Finalmente conseguí juntar obscenidades y me dirigí a inspeccionar el lugar. Sabía internamente que nada de todo lo que ahí existía me parecía relevante, sin embargo no pude dejar de lado mi recurrente curiosidad e inspeccione algunos malévolos productos que se encontraban en los laterales. Me llamó la atención un líquido viscoso que eliminaba todo tipo de cabellos muertos, a cuesta de una considerable anexión de riqueza, además, la inversión opinaba en su envase de la siguiente manera:
“No se garantiza una efectividad segura. Pueden existir efectos secundarios al cabo de unos días, en tal caso la empresa no se responsabiliza por los daños causados, sean de carácter letal o produzcan algún tipo de contusión. Ante cualquier duda consulte a su médico.”

Quizá también ahí entendí el funcionar de la industria mundial. Vender ante cualquier duda, sin la menor duda de sea lo que sea, funcione o no, algún idiota siempre lo va comprar. El problema crecerá cuando sean millones de idiotas alrededor del mundo que adquieran su réquiem en pócimas a base de químicos.

Tampoco me importaba realmente, pues había leído de chico por ahí que cada imbécil se hace cargo de sus propias estupideces, y por ley, yo tenía las mías.
Hubo otra enorme gama de inútiles artilugios evidenciados (que no valen la pena mencionar), pero sin embargo, en un particular instante dirigí mi atención hacia un joven adolescente que parecía no encajar demasiado en el ambiente. Sus ropas de lo más común, y de preferencia oscura, incomodaban al resto de los insectos. Se lo veía contrariado y ofuscado a la vez, por lo que accione a brindarle una ayuda nigromántica. A toda esta escena, el ángel de los postergados, se posó unos metros detrás de mí y del muchacho.

- Veo que hay algo perturbante en tu mirada... ¿Puedo preguntar que te atormenta? – dije de manera fugaz.

El joven sorprendido por mi repentina labor, miró desconcertado y respondió:

- No se... puede ser que consiga ayudarme. Tengo que regalarle algo a mi novia, pero no se que... no encuentro nada de utilidad y apenas me quedan unas horas para ir a verla, es su cumpleaños, ¿Sabe usted? –

-¿Qué edad tiene? – pregunté curiosamente.

- Es... un poco más grande que yo, tiene unos......veintisiete, no, ¡Veintiocho años va cumplir hoy! –

Asombrado por la situación, reflexioné unos segundos muy breves y revolviendo entre mis experiencias y recuerdos, le dije:

- Es una mujer prepotente, no espera cualquier cosa de un joven, menos de su amante. Tengo una idea de algo que puede interesarle. –

Incomodada o sorprendida por nuestra conversación, la joven interrumpió diciendo:
-¿Por qué dice que es una mujer prepotente? – y como fastidiada esperó una respuesta.

Yo, ignorándola de manera amistosa, acudí al joven indicándole que me siguiera para hablar alejados, sin que ella pudiera escucharnos, lo que terminó produciendo cierto jugueteo, donde intentaba escuchar de qué hablábamos nosotros.
Nos alejamos hacia la sección de los perfumes, y la joven ángel con aires de curiosidad extrema, se detuvo frente a unos estantes con ropa femenina, generando un orden entre ellos, y a la vez intentando prestar atención a mis instrucciones sobre el joven adolescente.

-Un perfume exótico, suele ser una de las mejores opciones. Son caros como todo lo que hay aquí, pero ella va sentirse especial, sabiendo que huele algo diferente a todas las mujeres con las que has estado. – indiqué sutilmente.

El muchacho se quedó perplejo y no exclamó, ni objetó, ni dijo absolutamente nada de nada. Me miró de reojo con seguridad, y buscó dentro de sus bolsillos treinta y cinco arrugados pesos. Por una cuestión monetaria no le era suficiente para pagar los delirios de la tienda estilo londinense, de alineamiento conservador, lucrativo e incluso elitista.
Al cabo de unos instantes, aparecieron otros dos muchachos de las mismas características al anterior, con la misma vestimenta, y entre los tres procedieron a juntar una suma equivalente al perfume extravagante propuesto por mi persona.
La joven pelirroja estaba asombrada. De repente se había congelado observando la situación, mientras que me di la vuelta y la sorprendí, intrigada en toda la secuencia anterior.
Rápidamente se sonrojó, posiblemente sintió vergüenza, y me dio la espalda.
Sin pensar esto como un impedimento, me acerqué le toque el hombro y quise entablar una conversación. Su mecanismo de autodefensa fue reflejado mediante una frialdad desconsiderada, adoptando una personalidad semejante a la de toda la escoria del lugar. Con aires aristocráticos, intentó rechazarme, mientras que doblaba ropa horripilante con símbolo de cocodrilo y palos de golf. Sabía yo, que su elitismo, era solo una propiedad de la careta diaria, empleada para repeler aves de vuelo bajo, de mediocridad absoluta, pero esa débil táctica no iba funcionar contra este viejo felino.

20081229

Soy el cielo y a veces veo el sol

No creo que pueda ser el hombre del 2012, con toda su alegoría y sus respectivas emociones hacia la muerte, pero me siento tan poderoso como un helecho en pura ramificación.
Hoy te necesite para conectarme con el sol, algo así más de 500 horas de necesidad
antropológica y unos 200 minutos de existencialismo dentro de tus cabellos. Fui, vi y vencí, pero me hubiese encantado raptarte un rato, llevarme tu alma como talismán herbolario y ayudarte a florecer entre los árboles, entre los pájaros poner un nido de esperanzas juntas, renacer entre el agua que desborda los glaciares hasta llegar al fin de los fines, para que así pienses que el pasado es el futuro modificado.
Escucho ahora las mejores canciones entre el eco de los cipreses y pueda acordarme lo sublime que olía tu pelo esa tarde en el patio de la basílica, molestándote a caricias en la mejilla y en el cuello, cuando hacía dos instantes atrás le dije a un amigo: “Esa chica de anteojos, pelo rojo y de uniforme, me disuelve.. quiero conocerla.”
Hoy me origina el mismo efecto esperar sentado, y haber consumido toda la energía que me quedaba los últimos 300 metros de peregrinaje solo sabiendo que iba a volver a verte, y que hace noches atrás tome el mejor vino en copa, pensando en porque odio odiar.
Y aunque hoy no vaya a ser el día más feliz desde mi vuelta, no importa, porque voy a seguir esperando tu carroza entre el empalme del sentimentalismo y la unión, para que a pesar de todo, el infinito sea mas piadoso que en las películas como para ofrecer una segunda oportunidad, al buitre mas carroñero de todos. La autorreflexión existe, pero de a ratitos resulta imposible demostrar el nivel de creencia al exterior.
Y aunque te parezca extraño, todo sucede dos veces por el mismo motivo que la inicial,
¿Recordás la primitiva sensación al mirarnos a los ojos, abollarnos en siglos de almas perdidas para llegar a la conclusión que valía la pena jugarse esos ratos de inocencia adolescente y profundizar la poesía de nuestra vapuleada incongruencia temporal?

20080915

De pensamientos e inconclusiones



Albergues y desprendederos



Es muy difícil darme cuenta de las cosas. Hoy no siento que estuviera escribiendo de verdad sino, haciendo algo que sentí que ya hice… como si se tratase de una especie de dejavú.
Inclusive estos pueden a veces olvidarse o simplemente dejarse llevar por lo que nos emiten de vez en cuando, como muchos tantos recuerdos de otras vidas pasadas, de noches de pedorreras increíbles,
de hasta algún ser lejano que ya no quiere saber nada de nadie, como en este momento probablemente esté sintiendo.
Es también muy difícil descubrir porque los dejavues vienen a nuestra vida. En mi caso particular, quizá es porque son una manera de darme cuenta justamente de todo esto que me resulta tan difícil.
La otra noche cuando fui a la fiesta, por ejemplo, hubo una revelación cósmica referente al sexo femenino. Había divisado yo, entre tanta cerveza, entre tantos antagonistas, y personajes emblemáticos, una mujer de cualidades rojas (y no comunisticamente hablando, ojo) quien me llamo más que muchísimo la atención. Principalmente porque ella resultaba ser una especie de especies no encontrable de manera fácil en cualquier lado, motivo de más por supuesto para corresponder una táctica de ataque lo suficientemente eficaz.
El problema fue que no era cuestión de tácticas, tan simple como suena: fijar un blanco, poner objetivos y desplegar una estrategia….esta vez se trataba de una misión más difícil: vencer el temor al rechazo.
El temor es una cuestión profunda y únicamente psicológica. Es donde intervienen el juego y la batalla eterna del hombre versus su propia mente, aquella arma de doble filo, que puede hacer todo oro, o puede destruir e hundirte en la propia mierda como un triple hundimiento de un Titanic de veras, no un crucero romántico. Pero no son solo contradicciones mías, sino que este ejercicio realmente resulta muy complejo de analizar,
las mentes y los humanos, son como ejércitos constantes de seres ideológicos, completamente fanáticos, que
chocan unos contra otros buscando el mejor equilibrio posible entre la locura y la esquizofrenia momentánea, temporal o eterna.
Después ya no importa absolutamente nada, y suena el tema ese de Jim Morrison: “Vamos gente porque están tan depre”, el resto es pura catarsis drogadicta.

Volviendo a las raíces, no quería por supuesto que se tratase de cualquier cosa, debía ser evidente el momento en que yo desprendería mis hormonas egocentristas para así mostrar la perseverancia que llevo dentro mío, y que solo cuando estoy ebrio o me importa todo un carajo, suelo realmente (y subrayado) desprender mis muchas máscaras. Y es como decía también Oliverio Girondo en uno de sus grandes poemas: “Mandarlas todas juntas a la mierda.”
Y se siente así, más allá de la indecisión ante todo, y lo difícil-engorroso que resulta darse cuenta.
El tiempo pasó como era costumbre, y no tuve peor idea que ir al baño, sentía que debía desprender toda la cerveza ingerida, más unas cantidades considerables de estupefacientes, del estilo: cigarrillos de pólvora, verdes, con muchísimo alquitrán, también algún cigarro OCB de combustión lenta, entre montones de barbaridades que no tendría sentido ni hoja traer al contexto. Conservando la orina adolescente, me dirigí con mucha efervescencia al baño. Estaba completamente vacío de personajes carne-hueso, y no lograba comprender entonces de donde invadían mis fosas nasales esos espíritus en forma de olor tremendo, putrefacto, abominable, infiel, completamente humano, y un leve torcido de tuerca.

El Ansia
(mini relato autoreflexivo)

Anoche soñé con Carito. No se si debería ser insulso, o un verdadero aventurero para avecinarme entre nuestras memorias conjuntas.
Era todo plateado. Un condominio de lo que podría haber sido todas estas noches de drogas fumables, armables y esos alcoholes a base de lúpulo, cebada destroza negligencia, que nos han llevado hoy a sentirnos perjudicados, más allá de lo que piense ahora.
Es difícil pegar dos o tres palabras cuando el umbral pasa a la necesidad de aplastar ideológicamente todas las mujeres que no supimos entender, y pensar: “Que boludo, la cagué”. Años más tarde siguen en pie las mismas propuestas de casorio (entre otras discriminaciones), pero ahora te dan ganas de ser un buen tipo de vez en cuando.
Es que yo creo que son muchos años de diferencia (o no), pero eso seguro que es un buen pretexto para no comprometerse con nada, ya que hay personas, y escritores.
Estos últimos atentan contra todas las estructuras pensando que la libertad es óptima, y ahí vamos a engullir el mundo, a mostrar lo más preciado que tenemos: el ego.
¿Pero que sería de todo, o de nada, sin el ego? ¿No es lo que hace lo verde desmentir todo? ¿Hay posibilidad de conjeturar contra uno mismo, buscando la menor posibilidad estadística de comerse la pared más dura, con cemento, rocas de granito, y baba de mariposa? ¿Es o no es un estado de animo el ego monotemático, dependiente, aplastamiento verbal de todas las ganas habidas y por haber, de masturbar el pensamiento con la mayor de las destrucciones? ¿O no es eso también lo que asegura las buenas indecisiones aunque te des cuenta que se acaba, y el tiro te salió por la culata esta vez, y no como preveías tiempo atrás?
Después quedás como un idiota en San Telmo con el culo al aire, y aunque ves mierda por doquier decís: “Buen día loco, voy a tomar una birra.”
Y quizá así debe ser. Quizá también la frialdad y la irrealidad sean producto de un ego imperialista, subyugador de pobres crios con autoestima, esos inventos del hombre.
Los únicos problemas deberían ser: Dios, los puerros, el imperialismo y alguna otra sutileza que no se me ocurre.
¿Y porque sos escritor? Me preguntó alguien una vez. Pelos ondulados, mirada desafiante, piernas tremendas, ebriedad amorfa y una noche de sábado. Yo como siempre, la mirada en donde más conviene, mi último cigarrillo, el olor a suciedad, las zapatillas de lona hechas mierda, me quedé pensando hasta que me evacuaron….por tocarle el culo a la dueña del after cerca de casa.

No tengo la menor idea. Quizás por la ebriedad que este supone me gusta escribir, y jugar al camaleón, o a una obra de teatro con Alfredito Halcón, donde yo soy el malo, y el es el padre abusador alcohólico que tiene ganas de sentirse patriarcal. También puede ser el ansia de llegar al límite siempre, de terminar los días, las madrugadas y las tardes de vez en cuando como si fuera el último momento de todo. Nadie está preparado para el más allá, para lo que sea que haya allá si es que realmente hay algo. Yo sueño por poder reunirme con Ernesto, Lou Reed y Jim Morrison, para preguntarle todas las cosas que nunca entendí de su música, y su revolución foquista pero eficaz.
De cualquier manera, después está la abstinencia….difícil de clasificar, de encontrar y de reprimir. Todo se retrocede en una carestía, la cháchara con los amigos: Popper, pepa, bicho, pasta, pasti, faso, tuca, cucumelo, jeringas, merca, bong, in-gravity, flasherines, heroína, y no vayamos al límite que voy a necesitar una colorada. De esas que tienen pecas, como si fueran cicatrices de vidas pasadas, marcas de existencia, que demuestran cuanto pretenden, pretendieron y pretenderán sus codicias-follajes neuro colóricos, coléricos, coloridos pestañeos de momentos intrascendentes que no vivimos juntos, amamantable vicio humano de que te acompañe, y como un imbécil te perdiste la oportunidad de hablarle la otra noche.
“Women seems wicked, when you’re a stranger, when you’re alone.”
Y sí. Quiero escuchar a la mariposa desquebrajarse completamente, antes de caer en el sueño profundo, cancelar mi suscripción para la resurrección, y mandarme mejor al loquero. Cuentos de hoy, ayer y siempre, serán inmortalizados por los corazones latientes de tantos zorros, nonagenarios espíritus que desean algo más que estar. Pero no hay nada que temer, porque yo estoy acá, y te invito una cerveza cuando nada tenga sentido, como ahora al leer toda esta epístola.

20080611

Mary Mary (segunda parte)

Estaba satisfecho y melancólico. Podía adueñarme por oportunista de lo que más me gustaba, y aunque ella se diera cuenta o no, me estaba volviendo loco todas las frases que me resonaban entre mi cerebro. Haberla conocido en aquel entonces fue una magia del tiempo, pero tampoco quería albergar una fe inmensa en que alguna vez nos volveríamos a ver, porque quien sabe... la vida separa y engaña... mucho más a los hombres muertos que a los vivos, pero de igualdades o de extremidades diferentes, a todos nos toca comernos la torta de hierro alguna vez. Yo esperaba que esta vez los panaderos no llegaran a mi, mostrándome ese regalo en moño rosa, gigante, espléndido, que no quería conocer insisto.

El tiempo se agotaba. Ella y yo tendríamos que volvernos a encontrar, por simples hechos, o porque así lo necesitaba, si hubo tanta coincidencia entre nuestras vidas, ¿Por qué no, una vez más llegaría la ocasión que mientras yo vomitara sangre, o escoria, Mary apareciera para tocarme el hombre y preguntarme mi nombre?

Me acerqué a ella. Dispuesto a ser seducido, a no mostrar debilidad, dejar de ser un completo idiota por una vez en mi vida, acercarme a ella sin mostrar ninguna medalla de las cosas que nunca concrete en mi vida. Tenía miedo al principio, sentia en carne propia el rigor de que esta vez me habia destronado, toda la payasada del trostkista post-punk no me iba a llevar a ningún lado, y que por más ideologías que tenga, lo importante era no focalizarme en ser un imbécil y actuar natural, o no actuar también. Una especie de Frank Zappa y mis huevos hinchados por todo el alcohol ingerido.

Ella seguía en el paraíso. Nadie la puede bajar, ni siquiera pueden darse cuenta de con quien están entrelazándose, motivo de más y quizá aún así, pueda sentirme útil.

No obstante pude llegar a su lado, me prendí un rubio y moviendo el vaso de plástico largue los primeros bramidos de ogro.

Mary Mary rápidamente se dio cuenta de mi presencia y con su sencillez, con su halago de mujer, su rostro angelical y el misterio de un hechicero, nos miramos a los ojos, pero a diferencia de Belén y todas las otras.... fue diferente.

Estabamos ambos ebrios. Ella por su lado, yo por el mio. La escoria alrededor parecía reirse de nosotros, o de sentirse menos hediondos y pestilentes, narcotraficantes de la comodidad decía yo, pero de cualquier manera estábamos entrando en conversación.

Su vestimenta denotaba un ocultismo desafiante, vestida contrariamente a mi pensamiento, y abordado por una ignorancia subliminal pregunté:

- Sos Hippie vos acaso? –

Me miró de arriba hacía abajo, evidenciando la estupidez de mi pregunta, la soberbia de mi reacción. El silencio conmemoró la situación irónica un tiempo.

Con los ojos reacios, una ebriedad amorfa (exacta a la mía) me contestó:

-Soy pseudo-hippie.... y vos...... pareces alguna especie de izquierda.-

-¿Cómo sabés que soy de izquierda? – contesté mostrando mi bestialidad en florecimiento

-La campera...., la gorra color ocre, el prendedor, el estilo..- obvió ella, haciéndome sentir nuevamente como un indefenso corderito...

No podía comprender la situación, saber si fue la manera correcta de incurrir en la vida de una mujer. ¿Qué acaso nos habíamos vuelto dos productos musicales, ideológicos? ¿Por qué la diferenciación de nuestra similitud había hecho que nos correspondieran términos tan engorrosos... tan inútiles en la vida, y no permitirnos sacar la máscara para recordar al fin y al cabo que somos bichos, pastizales, clavos, hemorragias, hormigas, hongos podridos, restos de ceniza de la misma calaña?

Mis reflexiones me acobardaban minuto a minuto. Mi droga, Mary Mary, quería volver a sonar entre tanto desarme, y conquistarme la energía con la que llegué minutos antes.

No pude ni siquiera darme cuenta de cuales eran mis chances, pero tenía que jugar mis cartas, hacer un blackjack o algo, para no sentirme un imbécil nuevamente.

A todo esto se apareció otro individuo. Un acusador, pero un gran compañero de la vida.

Traía una cerveza en su mano derecha y unas ganas de fastidiarme estancadas en el culo.

Discutimos un rato, entre trago y trago, fui nuevamente llamado comunista (cosa normal en aquel entonces) pero por suerte sabía que el no llegaba más lejos que yo.

"Anarquista reformista!” recuerdo haberle dicho. Todo se desvirtuó, Mary Mary estaba ahí escuchando nuestra absurda discusión pero sin espectar demasiado ella callaba sus prejuicios.

Prejuicios fue lo que nos unió.

Primero con la lata, después el tema musical, pensé en Mary Mary y la conocí. Hablamos y de eso nada más, atrás apareció el anarquista y todo se fundió en un estanque de mierda, de odio, de sociedades masacradas por el imperialismo, por su atrocidad, por su nefasta necesidad de vivir del materialismo, del estúpido petróleo, la estúpida guerra, y la maldita política.

La fórmula perfecta para la perdición. Años, siglos de sabiduría en la cuna del mundo, espantada, magullada, por las religiones, la guerra, la corrupción y el imperialismo: la única enfermedad terminal del mundo que no tiene cura.

¿Podría ser que esta nueva presencia iluminada de ultra existencia me sentenciara en una cadencia humana de enamoramiento repentino? ¿O acaso un torrente de despertar, de palear profundamente mis ya socavados sentimientos de sentir?
Sin duda yo la apreciaba demasiado. No podía comprender (o intentaba al menos no hacerlo) si solo la quería como un trofeo, como una victoria, o la anécdota dichosa: “Conocí a una mujer que me voló la cabeza como en aquel gran disco..”, supongo que tampoco me importaba saber que quería de ella, sino como sentir aquel toque vampírico de mujer abandonada.
Ya no sabía nada. Me había ido de los cabales, pronto recordé que mi compañero me hablaba, yo sin escucharlo, y él sin percatarse de mi divaguez.
Cuantos pensamientos inoportunos..... cuanta necesidad de vivir...
Ella seguía presente después de todo. Quizá y de cualquier manera, estaba avergonzada de nosotros, de mí particularmente, por cuestiones obvias que si tuviera que remarcar no sería de mi agrado máximo, por lo que correré a la siguiente licorería para compenetrarme en mi oficio de ser un imbécil.
¡Y claro! ¡Cuánto odio, cuanto desgano hacia mi persona, pelos en la lengua, deseoso de marchitarme ante la decadencia, pero sabía que no lograr objetivos en la vida es un atributo mayor de mi perspicacia, sin embargo, me siento genial al estar cerca de Mary Mary!

Hay mitos y mitos. Están los incoherentes, y aquellos que dejan perplejo, por diferentes motivos: por ser religiosos, sin sentido, abarcativos, inhumanos y hasta superficiales.
Por otro lado existen cuales dicen ser, una biblia para el hombre. Yo no creo que la fe y la sumisión a un ser “superior”, o volátil deje mucha enseñanza a un ser con la lamentable capacidad de pensar y hasta cierto punto tener poder de elección.
Quizá recuerde a Oscar Wilde, y su religión. Pues me es más creíble unirme a esta última que pasar toda la vida encerrado, perdiendo la capacidad de disfrutar, auto justificando mis acciones con sermones, cánticos oscuros, y abusando de niños jóvenes como muchos suelen hacer.
Mary Mary era uno de esos mandamientos. El mito que rompe la necesidad de poligamia. Un mito incongruente para muchos, psicodélico, mezquino inclusive para el más ebrio de todos.
La mejor manera de levantar el auto estima es atravesando momentos narco-epilepticos de calibre .35, juntando todas las emociones en una bolsa (similar a la del vómito), escuchando una buena banda musical, y buscando a la Mary Mary que todos tienen derecho a intentar conquistar en esta putrefacta existencia que es vivir en la ciudad cobertizo.
Es un zoológico, cierto, pero quizá, y como sucede en una demolición, si uno revuelve los escombros de escorbuto, pestilencia, basura desconsiderada, puede encontrar algún que otro objeto relativamente interesante. Siempre sucede que los hechos son azarosos, inclusive el tener sexo, cuando la existencia esta de buen humor aquel acto sucede, mientras tanto uno debe terminar conformándose con otro tipo de métodos lujuriosos que no proliferan para nada la vida misma.
Con esto quiero decir, Mary Mary no fue ninguna casualidad. Fue el momento justo y exacto en que dos bichos deberían encontrarse antes de ser fumigados por la imbécil sociedad.