20091115

Kleines nacht musik

Es complicado ver como todo va sucediendose. En un rayo de ira o dolor las gotas del pasado siempre terminan cayendo en los agujeros y recovecos vacios de aquellas cosas que nunca se concretaron. Tal es asi que la máscara de hoy que protege, puede dispersar el destino en una sensación de melancolía, antes que los ojos del presente se den cuenta que los recuerdos son más importantes por recuerdos que por reflexiones.
Creo poder volver a pensar en esas cosas que antes hacian bien, pero no creo poder olvidar los fantasmas de las cosas que hacen mal. A pesar de vivir, lo esencial es vivir.
Anoche perdi mis fichas cuando entre al bar que menos esperaba volver a pisar. Tornados de humo y lúpulo, lograron convencerme que ni siquiera puedo dominar la dualidad, y que todo pero todo, ocurre por una razón. Como cuando la dejaste a ella por otra mujer que no valió la pena, pero en el momento imaginaste cuanto podría serte útil esta nueva relación. Tiempo después te das cuenta que nunca fue una relación, sino que pensaste con la segunda cabeza, y ni siquiera mereces el lujo de "chuparte un huevo" la situación. Como un idiota accedes a una serie de reflexiones menospreciativas, de catarros interminables y mocos infames, elitistas y groseros (putos para ser exactos), que lo único que hacen es recordarte lo incoherente que sos con tus acciones. Bueno, es esa misma sensación la del bar a las 4 de la mañana, cuando no hay nada que hacer. Por pura curiosidad y mediocridad, decidis ir de cualquier manera, pero no porque te interese, sino porque recurrir al pasado de forma violenta es lo mejor que se puede ocurrir a esa hora. No es mi justificación, pero tampoco es mi inercia de pensar que las llamas se apagan con area, ni mucho menos con cal, o agua, o cualquier cosa que sirva para apagar el fuego. ¡Donde hubo fuego cenizas quedan! escuche decir montones de veces.... y cuanta verdad en una composición tan verborrágica y simbiótica como esa.
"El elitismo de la escritura" se va a titular el primer libro que vas a redactar, porque estas enojado, de haber errado tantas veces. Entre vikingos nos preguntamos, observando las maravillas, con un frio descostillante: ¿Que carajo estamos haciendo mal? ¿Cuál es el sentido de todo esto?
Pero la respuesta permanece difusa, puesto que si lo supieramos no estariamos escribiendo hoy, ni seriamos artistas...
El karma del artista es el de errar, constantemente. Cuando la mejor decisión parece la peor, ahi ya la cagamos. Y cuando la peor decisión parece ser la mejor, ahi también la embarramos, ¿Por que?
"Aprende a incubar tus preguntas" va ser el segundo libro que publicarás, por el simple hecho de que nada apesta, porque te diste cuenta que sos nihilista, y te fumas un porro con una Warsteiner, sabiendo que la realidad material es abstracta y estúpida, mas sentido no tiene. ¿Coger o no coger?
Y ahi llega Denise, en el bar a las 4 de la mañana. Ese horario que marca el principio de una borrachera, o el fin de una noche de mierda. Los dualistas van por la primera mientras que los duelistas optan por una segunda mirada.
Ella te presenta a su novio, despues de no verla por unos repetidos años, ni haber tenido la dignidad de decirle: "Che... no sos vos soy yo, por eso te deje.."
El problema de esa frase, es que sentido alguno no tiene, puesto que un imbecil deberia ser uno para creer tan cuestionable sentencia.
Despues te encontrás con que la juventud mujeril (la cual viste esa noche) tiene otros aspectos, y otras reglas de juego, que resultan complicadisimas de entender, mas que nada porque el tiempo paso por encima y el progreso se llevo todo a un enorme estanque de mierda, y quieras o no a la larga tus acciones flotan en ese lugar.
Lo peor de todo es recordar que el último libro que vas a publicar unos meses antes de tu vida va ser una autobiografía... ¿Y como carajo vas a llenar 500 paginas? ¿Contando absurdas reflexiones mentales sin lógica, pero con una necesidad de mostrarlas al resto por el simple hecho comparativo humano? ¿Acaso merece realmente un humano contar su autobiografia?
Pero sin embargo lo mejor de todo, va ser cuando llegues a las nubes y veas todo desde arriba, riendote a carcajadas, maldiciendo a los humanos que pasan las mismas complicaciones que vos, porque les gusta complicarse la vida.

Aquellos que vieron tu cara, terminaron muertos de miedo. Yo soy a quien escuchan, y soy la máscara que usas. Mi espíritu y tu vos, en uno combinado......

20091031

Overlord




En consecuencia el sueño es revelado a quienes no lo quieren ver.
Por lo que es mejor estar durmiendo que despierto, a menos que todo sea naranja árabe.
Asi que no durmamos sin antes dormir en la mejor posición sexual.
Por lo tanto se me ocurre pensar explicitamente:
¿Las Oraciones? ¿Los Conectores?
¿¿¿Para que???

Los pronombres personales son elitistas.
¡RESPECT YOURSELF!
El adjetivo califica, describe, señala,
¿De donde venís? ¡Que lugar!
¡RESPECT OTHERS!

Lugar, tiempo, modo, cantidad, afirmación, negación, duda,
¡WE ARE LEARNING!
Son preguntas circunstanciales de las ciencias sociales:
¿Cuando, cómo, cuánto, con quien?
¿Para que? ¿Porque? ¿Donde, acerca de que?
¿Con que?

De pronto todo cambia y se ve el azul del cielo oscuro.
De acuerdo a las convicciones tocamos como un filósofo arruina.
De repente se me ocurre tirar todo a la mierda.
Significa: había algo del tomar el poder y la llama gris de un gentilicio calificativo, núcleo, aparato de GOLGI, no son trascendentales, tampoco son diosas como Anabel.

I don't wanna change the world


I don't a world to change.
Solo quiero chicas con piel descalza y zapatos de verano en primavera.
Quiero tocar la cabeza de margarita con mis dedos fugaces, para experimentar los defectos de querer revivir el pasado con los errores y las codicias del futuro.
Paciencia. Paciencia. Paciencia y dicen que acaba... pero yo sigo escuchando lo mismo.
Pendejas y pendejos me cantan con flautas traversas en el pórtico de mi cama, y yo con garrote en mano y el verde atragantado, escupo sus cabelleras, buscando una simbiosis a mi nueva vida nómade.
No quiero una chica que no tome la botella por su principal recipiente. Quiero una chica que vomite la cerveza pero con un gusto mejor que una hamburguesa imperialista.
No quiero un amor que dure para siempre. Quiero relaciones interminables de pequeños amorios comestibles, para despues queden por siempre en las memorias de mis estomagos.
No quiero vivir de la mujer del pasado, pero quiero vivir de la mujer del futuro.
No quiero vencer a los demonios de mis cofradias, puesto que sin ellos no complementaria el géminis que traga mi benevolencia.
Quiero esa chica de ojos claros, pelo oscuro, y su timidez clásica... pero no se como conseguir que juegue a la batalla naval conmigo, para sacrificar sus emociones e hundir el crucero de mi delirio.
Quiero ver el sol con los ojos cegados. No quiero ver el sol con los ojos abiertos.
No quiero esperar un instante de hilaje fino, porque su rol no juega las cartas suficentes para convencerme de su modo propicio.
No quiero chicas sin etiqueta de cerveza, quiero cerveza con forma de chica.
Puedo jurar que vi la luz. Vi la luz de mi dejada decepción en un sabado a las 2:00 de la mañana, despues de jugar al poker con el Diablo y su hermana. Me salieron como el culo las cartas, pero me quedo contento porque mi alma no está en precio. Compré un hechizo de amor para castearlo en la mujer de ojos oscuros, cuya juventud me defeca la mente, al pensar que el vejestorio de hoy en otros tiempos, hubiese podido con Troya.
Pero por otro lado se, que haga lo que haga, que me comporte como me comporte, que aunque me orine encima y mis gotas salgan sudadas de la heroina que produce el extraño enamoramiento de seres, va ser el fruto de la pasión, la semilla de la potencia máxima, donde nuestras intenciones van a ser verdaderas y no las del imbécil que saca fotos con un cigarrillo atragantado.
Envidio el destino, por haberme distanciado. Pero agradezco la causalidad por haberme encontrado con ella.
No quiero quedarme en la interperie con una manta de color rojo, sangre de titanes y mutantes que lucharon para romper las cadenas de mi abandono personal.
Quiero conocerla en la playa, o en el mar. Quiero tomarla de la mano y esconderme en sus uñas.
No quiero pensar sin esperanza, porque; ¿La esperanza es lo último que se pierde?

20091029

Lenguaje y comunicación

Monte Espinal

Todo pasa ya y se va corriendo otro año. Una cruda realidad de haber pensado que nada cambiaría, pero evidentemente hay cosas que se plantean en el cambio mental, y despues se logran con un poco de autoreflexión. No podria afimar con certeza, la sensación de una sanidad horripilante, porque ese conecepto es algo resultante abstracto e incoloro, ¿O acaso si existen colores para separar los esterotipos sociales? ¿Quien entonces tiene la ultima carta para definir lo sano, de lo insano? ¿Que supuesto filosofico o manifiesto cientifico habilita el estudio de las mentes y su funcionamiento simplón? A grandes ojos todo eso me resulta un enorme simplismo humano y cientifico de aquello que consideramos sanidad. El hombre imberbe, ordenado y sumido en su propia estructuralización considera sus valores morales pro cualquier persona que se le oponga, y salga de su estilo de vida. Mientras que a los ojos del hombre recluido solo asemeja la perfecta imagen de aquello que no debe seguirse.
Un sistema de numeración, ¿No es eso la mente? . Una organizacion perfecta de escalas posibles de prioridad sub-conciente, donde los recuerdos, pensamientos, datos morales, cabidades ideológicas, son ordenadas de manera arbitraria como una enorme biblioteca circular donde para sacar un libro hay que tirar D16+2.
Voy a jugar una batalla naval con la mujer que no puedo tener, pero prometo conservar mi portaaviones para que aquellas que hoy estan conmigo puedan irse, cuando ya el bote esté em fuego puro y solo los lamentos de mercenarios que ayudaron mi máxima ponencia de albergar mujeres en una caja de tesoro. Puede que todo lo anterior lo haya creido, en otra vida, con el mero pretexto de hoy sentirme mas eficaz en cuestiones amoriles aunque por un lado muy oscuro y poderoso sepa que las sensaciones tienen mucho más de sensaciones que de decepciones. Me cansé de esa mierda, de tener que andar tejiendo enjambres como cual abeja crea su panal hermanitario, de las propiedades fisicas de los corazones y su ritual mortuario, de las colmenas de gente-insecto, en donde se evidencia de manera atroz, brutal y espectacular, el pensamiento deductivo y lógico que tan cansado tiene a este mundo.

"Volvamos a la fruta" sería probablemente el mejor discurso politico que querria escuchar. ¿Hay hombres de bigotes racistas y pensamiento ultra destructivo que buscan su realidad en prototipos? ¿Hay humanos o politicos prototipicos? ¿Cuantos valores son realmente intrinsecos en la politica? ¿Son los estados estructuras eugenesicas realmente necesarias? ¿Son opuestos los paralelos?
Pero por sobretodo siempre termine acostandome a las 4 de la mañana en un jueves regular como cualquier otro, donde mis pensamientos se funden con una realidad de RPG y considero la posibilidad de prenderme un ultimo cigarro antes de sufrir alguna especie de letargo. Justo en ese instante veo por mi ventana las cortinas moverse, y ahi aparece ella, tan destructiva y monotona, monotematica, neurótica pero hermosa a la vez. Se mete en mi cama y en el preciso instante que voy a tocarla, se desvanece como humo, y entre solapas, almohadas y calzoncillos, quedo solo de vuelta pensando:
¿Es el sentido de la verdadera libertad una utopia, o da miedo saber que no quedan muchas más opciones para llegar a la revolución de los hipónimos?

Take Back

"Los valores son las normas de conducta y actitudes segun las cuales nos comportamos y que estan de acuerdo con aquello que consideramos correcto"

El problema de semejante afirmación, es que lo que muchos pueden llegar a considerar correcto, para otros no es más que un esterotipo de individuo funcional, cuyo desarrollo esta limitado por aquello de lo social que permite excluir. No hay muchas posibilidades de llevar una vida sana, siguiendo las reglas y las normas de conducta sin algún tipo de resistencia. Un artista crea su propio universo moral, un caminante exige ala vida aprender de la contrariedad y la sobriedad de existencia mientras que la mediocridad es dejada de lado, antes de que las tumbas de lo imperfecto caigan en sus más oscuros rencores.
Es más dañino no cuestionar lo que esta frente a nuestros ojos que acatar un tipo de ordenes que son impropias de una especie repelente de nuestro ecosistema. No queremos la vulgaridad libre, queremos la libertad de ser vulgares, de obstruir los obtusos y presenciar la vida eterna del no orden, ni del Status Quo, ni menos que menos el Equilibrium, delante de los ojos.

20090729

Dardo Oscuro




El puñal del tiempo me destierra al darme cuenta, que otra vez más he caído preso de mis propias mentiras.
He soñado la oscuridad entre tus ojos, y mi condición de ser irreflexivo se asemeja a tus deseos que aun escondes, con ser todo un misterio, que los astros contemplan, en la profundidad de tu dolor.

No se como describirte la osadez que necesito para resistirme a la incertidumbre de descifrar mi propia muerte en aquel sueño del espantapájaros, donde todo parecía tan real, y sin embargo tu ausencia de rostro desfigurado deja de sentirse tan lejana.

Miro tus palabras todos los días y cada vez me convenzo de que no hay nada más entre nosotros que lo que no queremos vislumbrar, que quizá caímos en dos tiempos aleatorios, que seamos los dos polos opuestos de la existencia: la vida y la muerte.
Somos el orden y el caos, pero como todo extremo en algún punto debe equilibrarse.
Últimamente me arrepiento de tantas cosas, entre ellas de dejarte ir, y sentirme un completo inútil puesto que no se de que manera podría entrar mejor en tu mundo, me encantaría ahogar tus penas con las mías, y cargar con todo, solo para que puedas ser feliz.... aunque la felicidad al fin y al cabo serán solo instantes horribles, y no creo que me veas en ellos.
Mi indecisión por la existencia, me ha llevado a desconocer mis demonios, por eso quiero pedirte que me los regales.
Quiero pedirte que algún día mires una estrella o una constelación y le pongas todo tu esplendor, para que yo de lejos pueda acordarme de vos.
Si hoy estoy muerto, es porque te rendí tributo, pero me salió como el orto, porque me hubiese gustado muchísimo que me des un abrazo, un beso vampírico, o un toque gélido al menos. Ojalá el tiempo mutase en algo extraño, y podamos ser vampiros, para cuidarte toda la eternidad, aunque no lo creas y pienses que andar sola vagando por ahí es lo mejor. Y no te culpo, porque el mundo esta lleno de mierda, pero entre toda la escoria, la peste, la gran basura, a veces podés encontrar algún tesoro, y ojalá al menos cuando encuentres un pedazo pequeño de Oro me veas reflejado en él.
El silencio esta desmesurado, puesto que es la primera vez en mi vida, que me siento indefenso ante tu presencia, me siento encantado por la singular belleza de tu oscuridad gótica.

20090512

Correr



Parte IV
(si es la última...)

Ojalá pudiera dormir por siempre. Para ver mis quimeras desgajar las barreras de lo correcto, me gustaría adormecerse hasta la infinitud de los desenlaces.


Miraba el mar y contemplaba como los objetos, la sabia naturaleza y las glorificaciones se iban esfumando. La arena recorría mis mas preciados tallos, mis raíces, mis pies. Una sensación de felicidad insoluble en cualquier otra persona, solo en nosotros dos, aquel instante, ese panorama, barcos pesqueros, un océano perfecto, crestas de ola color azul profundo, aroma a comienzo de noche, estrellas fugaces por doquier simulando un espacio bidimensional.
Paradoja cinematográfica: proyector de ideas acumuladas, sentencia incompleta, sensaciones internas de olvidar la tragedia, para comprometerse con el onírico horizonte misericordioso.
Como si no se tratase de un consuelo, la humanidad lograba someterme a un cofre lleno de expectativas indescriptibles, entre ellas aceptar la preciada soledad, la mancha firme que distingue a una bestia de un grifo, a un centauro de un ser superficial, a una manada de lobos y una bandada de pájaros.
Quizás la soledad es necesaria al subsistir conciente de un hombre y su génesis.
Su creación divina (mucho más antigua que las creencias religiosas) estuvo destinada a ser un peligro andante, ya sea por su afán de lucro, o de poder, de imaginación retorcida a través de los tiempos, sus métodos destructivos y su necesidad incoherente e injustificable sobre hacer mal a otros.
Quizá el Señor de los Anillos no es una historia de ficción.
¿Cuánto permitido hay dentro de los fondos de la mente y cuál es el punto en que la estirpe arrebatará conciencia de su ocaso?
El bello horizonte, de la sabia madre Gaia, me hizo entender que la historia podría escribirse y explicarse en solo cuatro segundos, sobre el final de la hora.
Pertenecer, ¿A dónde? ¿Existe la casualidad, o los hechos importantes resultan ser causalidades sobre el coeficiente de la analogía a los círculos? ¿Es acaso el lobo estepario quien más errado está en su visión sobre el mundo, o es a la inversa, que esa necesidad humana de aferrarse a otros individuos para sobrevivir y enfrentar el miedo? ¿El miedo a que? ¿Al destierro? ¿A caminar como ratas y humanos entre las ilusas creencias de que “Dios” mata y castiga a quienes su moral no esté avalada por el dogma de la ciencia contemporánea?

Ella se acercó y me abrazó por la cintura fuertemente. Sus brazos creaban una sensación de calidez estupefacta sobre mi vientre, su perfecto rostro, su facción iluminadora apoyada en mi jorobada espalda me mostraron que todas estas preguntas que recorrían el laberinto de mi mente, tenían su solución, y yo (tanto como ella), estábamos completamente seguros. Eran aprendizajes. Vidas y recuerdos, dejavúes de otros tiempos, de habernos conocido en la Edad Media, o antes inclusive, pero todo esto recaía en aprender, y crecer, evolucionar.
Pero no evolucionar como una raza preparada militarmente para aniquilar aquello que desconozca y produzca miedo, o enjuiciar a los individuos por sus enfermedades criminalísticas, o vender la moral por unos fangotes de billetes verdes que giran en el mercado mundial, sino como humanos, nada más ni nada menos. Nunca existió una obviedad mayor a esa, evolucionar como humanos.
No logro todavía entender porque si se han resuelto enigmas indescifrables, como jeroglíficos elevadísimos de la civilización Egipcia o los enfocados Mayas, ¿Por qué implicaba tanta dificultad razonar ese concepto: evolución como humanos?

Di la vuelta y la bese, sin demasiados rodeos. Estuvimos un largo rato enroscados, viajando a lugares como en los cuentos infantiles, y finalmente la tome de la mano izquierda, acaricié su anaranjado pelo, mire sus alas y le dije:

- Es hora de partir, el tiempo nos ha llegado y el horizonte no puede esperar más. Hace tiempo que nos viene esperando, y ahora es el momento de zarpar hacia otro lugar, donde las nubes no lloren por los humanos perdidos en su oscuridad, ni la Luna o el Sol quieran suicidarse en cada ciclo. –

No me contestó, puesto que no había nada que decir. Sabía que estaba en lo cierto, y que esta vez el mensaje era muy claro, alejado de toda escoria posible, de negativismo y de objeciones burocráticas, era simple y conciso.
Apoyó nuevamente su rostro en mí, tocó mi pelo y me susurró algo al oído, que no logré descifrar.
A mis espaldas la noche había cedido, ahora solo se veían los lamentos de esas constelaciones que fueron sacrificadas para darle otra oportunidad al hombre, los sollozos de esos volcanes en erupción que despertaron tras años de estar dormidos, toda la naturaleza lloraba a gritos la pena profunda que había sentido.
Se sacó la ropa muy lentamente, quedando completamente al desnudo, mostrando su completa naturalidad. De alguna manera, yo intuye que era mi turno también. Deje mis piltrafas a un costado de las suyas, nos tomamos de la mano y comenzamos a caminar hacía el horizonte, donde brillaba la última estrella viva, virgen de mal y pura de bien.
No sentíamos absolutamente nada, más que una conexión interminable, de toda la vida. El agua del océano resultaba cómoda, tibia y vivificante. No hacía falta hablarle al oído o decir una grosería como era costumbre en mí, sino dejarse llevar por el llamado de la Tierra.
Finalmente seguimos caminando mar adentro, y nuestras manos estaban firmes y cálidas, la mente estaba tranquila, y el cuerpo había dejado de funcionar, pero yo sabía (tanto como ella) que nada había que temer.
Y así fue, que al estar de pies a cabeza sumergido con mi única dama, perdí el conocimiento y el interés de cargar semejante pena por el resto de la humanidad. Los duros infiernos se habían apagado, los círculos de la vida llegaron a su fin, y prontamente estábamos en el último, el más grande de todos, camino hacía una evolución insuperable, donde pudimos entender y dejar de lado todas esas cuestiones materiales, y esas ataduras: impuestos, hipotecas, autos último modelo, celulares importados, comida chatarra, televisores pantalla plana, electrodomésticos, bancos, cuentas bancarias, adeudamientos, boletas de gas, agua, luz, aparatos electrónicos para facilitar la vida, todas esas cosas que hacen del hombre una maquina destinada a perderse en la telaraña de la exactitud, de sus orígenes y sus verdaderas necesidades, que van bastante más allá que su triste y mediocre consumismo por la vida.



Nota:
No se si algun individuo ha leido esta nueva "historia", quiero aclarar que es parte de un sueño, y quizá ahí recae lo esencial: lo onírico que la vida puede ser.
Quienes no hayan entendido nada jodanse por no experimentar. Quienes entendieron mis felicitaciones, pero no se trataba de entender. O si, depende donde este lo esencial de la esencia efervescente.

20090506

Correr



Parte III

Volví a ella.
No supe como entrar, y al fin de cuentas me quede en su puerta principal. Comprender el sentido de la soledad, pudo hacer chasquido en nuestros sentidos más oscuros, mimetizándose con las apariencias de nada, de poner una careta como la justa y misma, de esa boutique estilo londinense, donde había jugado conmigo su inmunda sensación de frialdad.
Todo se trataba sobre esas caretas que el nuevo mundo humano generaba como espermatozoides.
O a lo mejor ni siquiera nos importaban esas sentencias falsas, esos discursos políticos de aire dominguero, esas amistades falsas, o los billetes de anteayer, sino que existir se provocaba con la mezcla de otros colores.

Tonos, blanco y negro coexistían, y sin embargo podíamos ofrecerle al incurable cuadro, un choque diferente, lo que me llevo decisivamente a arrimarme, para comprender aún más lo que ella tenía para decir, y todo este tiempo nunca se animó.
Dibujando en la arena se encontraba, un círculo pequeño, seguido por montones de otros círculos mojados por la arena, y así su anular enervado, tieso, nostálgico, llamó mi atención.
Me senté a su lado de manera pretenciosa. Pude observar un tiempo como recorría una y otra vez el primer y pequeño círculo, mirando fijamente un punto perdido en el espacio del no-tiempo aquella tarde gris de un agosto deplorable. Sus manos cada vez tomaban un color escarlata en sus prolongaciones, resaltando la temperatura fría, que como un aire de anhelo llega a los habitantes, cuando su desesperación, sus agravios, sus hematomas y sus sueños frustrados, planean ahorcarse en un estanque de cera enorme.
No hay retorno para el frío desconsolante.
Me quite las zapatillas, para apreciar un poco más de cerca, una conexión leal con la biosfera. Al mismo instante vi como su nariz, sus mejillas y sus labios, se convertían en un fantasmagórico tono rojizo escarlata. Inclusive, tropecé visualmente con sus pies sumergidos a medio tobillo, en los resonantes y constantes atrevimientos del océano.
Un espectáculo eminente, perfecto, de un apaciguamiento imaginario, pero dentro de esa figura, ese monumento a la vida ilustrada, sabía que un infierno se desataba. Otro infierno, similar al mío.
Puedo recordar que me sentía como el culo. Me fastidiaba bastante la brisa congelada que jugueteaba con nuestros pelos, de cualquier manera, recuerdo tomar su mano (esa que estaba desdibujada casi, resguardada entre sus piernas), acariciar su piel unos segundos, pero nada de esto parecía importarle, puesto que sus ojos habían logrado desprenderse del cuerpo, dejando lo material, lo físico para más tarde.
Yo también estaba ansiando distanciarme de todo lo despreciable, de todo el escorbuto, y me resultaba imposible hacerlo, sabiendo que ella, ya no estaba ahí presente para verme, para evidenciarme al menos, y comprender la situación o encrucijada que el universo había preparado sabiamente.
Estuve un rato largo desorientado, juntando energía me atreví a irrumpir su ritual, aprisionando su mano que dibujaba un círculo continuo que parecía nunca terminar.
La recuerdo helada, como un aliento a esperanza. Me miró solitaria y sin pensarlo demasiado susurró serenamente:

- La vida esta compuesta por montones de círculos interminables. Empezamos en el más pequeño, para crecer con experiencias y vivencias, evolucionando y abriendo nuevos caminos, otros círculos mayores. Cada momento de soledad, cada destierro, cada depresión, hace tocar fondo, para darte cuenta que estás en lo más bajo, y más de eso no se puede ir, excepto ascender a círculos mayores -.

Vacilé, me percaté de sus palabras y con total seguridad le dije firmemente:

- De eso se trata todo esto, tocar fondo y crecer, revolver entre toda la mierda, para encontrar tesoros, que resultan inexpresables. Aquí y ahora, revolví entre toda el rejunte de basura de este último tiempo, pero como cortesía inmediata, entre en esa boutique abominable. -.

- Transité todos estos últimos círculos – dijo señalando los dibujados más amplios- pero nunca encontré algún tesoro en ellos, solo el saber que al final de cada uno de estos, algo nuevo germinaría de manera causal. Toparme ahora con esta realidad, me hace tocar a la cúspide de mi vida, que ha sido de lo más grata, de lo más sulfurosa, pero una de las que mejor quiero recordar. –

- ¿Porqué me preguntaste si yo creía que nuestra relación iba a funcionar? – pregunté reflexivo.
- Porque percibí desde el primer momento, que tu soledad y la mía, tu incongruencia, tu desapego por la vida, iba a unirse con mi abandono, era solo cuestión de tiempo...-.
- Entonces... ¿sabías que todo esto iba a pasar? –
- Sí... lo supe en el momento que corriste para seguir mi camino, aunque dudé de a momentos si realmente habías entendido de que se trataba todo. –
- Corrí porque entendí tus palabras, que de alguna forma, se asemejan a las mías, a tus incongruencias, tus desapegos por la vida, y mi abandono... era cuestión de tiempo saber que tu frialdad eran solo máscaras para protegerte... ¿De que? – dije sosteniendo sus manos cada vez más fuerte.
- Protegerme de entrar en un nuevo círculo, que no voy a poder ver, ni voy a poder compartir, porque por más que en este momento sintiera como todas las penas de mis memorias clausuradas se disipan, nuestros mundos son diferentes, y nunca vamos a poder unirlos. Por eso, la mejor solución es huir, escaparse y que nuestros anillados ciclos circulares nunca se destruyan entre sí. – contestó preocupada.

Solté sus manos. Dos segundos atrás pude sentir todo ese tormento que la embriagaba. Era de un poder indiscutible, de una oscuridad imploradora, y la implosión de todo eso, lograba hacerme jactar de que los infiernos existen. Pero no existen como una imagen divina de la lucha entre ángeles y demonios, sino dentro de cada ser, cada especie reprimida de sus verdaderos ideales, la bestia vampírica la culposa sensación de un hundimiento completo.
Lleno de mierda se encuentra el pensamiento humano, al luchar contra indescriptibles atrocidades que intentan ser los grandes misterios de un siglo abandonado en el escalafón de la evolución.
Motivos cuestionables resultan, agrupar a las sociedades como venados tuertos dentro de un rebaño abominable de ideologías secundarias, donde la mejor vanguardia es aplastar los sentimientos con la cadencia anti estática de ser unos imbéciles conformistas con el entorno material.
Insuficiencia vivencial, un límite descomunal entre la espada y la pared. Parecen ser más los problemas que el burgués se genera, que los que realmente se muestran visibles a la realidad inherente.
Una búsqueda fétida, a separarse de lo que realmente vale la pena luchar por, y por lo que realmente la escoria acumulada en las grandes ciudades, intenta hacer creer a sus habitantes.
Ciudadanos ilustres, de pensar equívocamente. Aldeanos inferiores, son, por el simple hecho de negar sus vulnerabilidades, y aquel osado héroe que logré hacerse cargo de lo que le toque, es un sapo, una larva, un gusano de mil aptitudes ante el ojo enjuiciador de la denigrante sociedad atormentada, translucida e irracional.

Entendía su pena, regar una flor de luto, entre tantas tumbas espirituales, era como sucumbir ante el terror norteamericano.
Como todos esos organismos simulados de nacionalidades soldadas, que buscan excusas para sentirse “honorables”, y condenar los métodos usados por otros gobiernos defactos en el África, en la demolida Sudamérica, asentamiento hoy y siempre de las grandes potencias. Todos ellos, torturados de las justificaciones injustificadas, de los procedimientos oficinescos, esa diarrea, ese colon putrefacto, agonizable simbiosis de la analogía a la mierda indestructible, a todos esos soretes de color blanco, fuesen ya por su incompetencia, o el magisterio de haberse arrinconado por el vacío.
Supe que involucrarme sentimentalmente con ella, sería un escape a todo lo anterior, pero que dolor saber, o conocer, el infierno propio y el ajeno, cuando afuera en el exterior, la vida humana usa bocetos coloridos, intentando esconder su verdadera cara.

- Estoy dispuesto a destruir cualquier círculo, tocar fondo, pero crecer siempre...aunque eso simbolice terminar con este ermitañismo que nunca deje de predicar. – le dije profundamente.

Nuestras manos continuaban firmes. El frío iba consumiendo la tarde, prontamente las olas del viejo mar acompañaban aquel perfecto sol, y sus compañeras nubes, que desnudas en su andar, acribillaban al resto del tiempo, hilando fino una tela maestra donde pronto la noche ascendería para iluminar aquellos veleros pensantes, tan perdidos es sus trayectos. Gaviotas y otras aves revoloteaban con el llegar de algunos barcos pesqueros, su profunda paz interior en esos marineros, preparaba el repentino alejamiento de los ruidos en la molesta ciudad.
Mis creencias sobre la necesidad eficaz y correcta de los cementos con ventanas, iban generando sus dudas, y sutilmente llegaba a pensar que tanto mejor sería, y cuán educado, era sumergirse en ese océano marino para nadar por siempre y despertar cuando todo haya terminado.
Las analogías del ángel sobre los círculos humanos, sus crecimientos, experiencias y el avance tocando fondo, hacia el ascenso, aturdían mi mente. La inspiración divina para existir, estaba frente a mis manos, mi espíritu y no pude hacer más que dejarme llevar. Todo contra lo que yo luchaba, pasaba a segundo plano, toda ese gente que pensaba en los coyotes alejados de su manada, eran gases impertinentes, tirados al azar con la más indiscutible flatulencia.
Necesitaba respirar de repente. Me levanté, deje sus manos durmiendo con su rostro entumecido, caminé hacía lo orilla y metí mis pies en el agua salada. Una vivificante energía recorrió todo mi cuerpo, mejorando mi visión, mi sistema cardíaco y aclaró también mis pensamientos momentáneos. De a poco, las llamas iban suturando, mientras que mi reinante caotismo era zurcido con hilos de mujer en tarde fría, sobre un agosto in memorioso de ese inconciente colectivo llamado existencia.
La joven angelica finalmente salió de su trance, al instante justo que yo había procesado mis pensamientos.
Prendí un cigarrillo, el primero de la tarde, para ultimar los rayos de luz.

Una película de cine ruso, al acabar el día, con sus vientos perfectos, moldeando y esculpiendo las preocupaciones, el constante repiqueteo del agua, mis ojos cerrados y pude entonces encontrar todo lo que necesitaba. Tantos años sin darme cuenta que siempre todo, había estado ahí. Inclusive, el mar, los árboles, las omnipotentes montañas, los insectos, los animales, el frío, el calor, las brisas primaverales, otoñales, veraneras y de invierno también.

20090430

Correr

Parte II


Al darse cuenta y percibirme como una persona diferente, cambió su máscara para hablar sinceramente y sus palabras fueron:

- Huir es siempre el camino hacia no involucrarse. Es mejor correr que sentirse desalmado....-
Sorprendiéndome, la miré a los ojos y le contesté:
- Correr no es el mejor camino, el futuro va seguir desarrollándose... aunque así no lo creas... Me hacés recordar a alguien... de una película, pero no se quien...-
-Titanic.-.
-¿Qué?- pregunte confuso.
-Titanic, a esa película te debo hacer acordar.- dijo ella sensualmente, creando una sonrisa en su rostro.
-¡Claro! ¡Kate Winslet es quien yo digo, tenés un parecido interesante, por no decir escalofriante.-
-¿Pero de que sirve parecerse? ¿Si en realidad no hay nada adentro? –
- ¿Nada donde? – .
- Dentro mío, y dentro tuyo.... por algo estamos acá, en este lugar, en este exacto momento.-
- No entiendo... me siento desconcertado.- dije levemente.
- No importa. No soy fácil de entender, y el mundo me es demasiado enredado para saber porque estoy aquí, porque vivo, existo, en una realidad inherente a nosotros. ¿Porque siempre un ave de alas recortadas y un coyote de pelaje grisáceo, son fenómenos de una exposición como este lugar?-.

Tras pronunciar estas palabras, dejó toda la ropa en su lugar, me miró de reojo, y comenzó a correr lejos, abandonando la boutique, a su gente, y a ese show de fenómenos que segundos antes me dejó inútil, de manera tal que mis extremidades no reaccionaban.
Sentía el hundimiento, sentía el medallón perdido bajo el océano atlántico, pero por sobre todo no me sentía para nada.
Era como si de repente ella resumió delante de mis narices, todas las respuestas que mis años de erudito insignificante me habían costado. No sabía ya que predicar, ni contra que ideología blasfemar, solo quería huir, salir despavorido, esfumarme, desintegrarme entre rosas de espinas áureas, ahogarme en sangre de inocentes, levitar o volar hacía un volcán en erupción, dejar el lugar, escapar, correr.
Vi su reflejo detrás de un enorme y soberbio ventanal. Ahí estaba esperando que sus palabras hicieran efecto. Nos quedamos largo rato mirándonos, hasta que volvió a mezclarse entre la lluvia, la niebla y corrió cruzando la calle, camino hacia la costanera donde el mar esperaba. Huí de aquel cementerio de vanidosos, la pude divisar entre todo el desconcierto, pero ella no se percataba de nada, excepto su andar, su huir de todo y todos.
Tras llegar a la costanera, y posando frente a un pequeño muro de piedra fina, miró en dirección a mí. Corriendo de repente me encontraba, hasta que encontré señales de su mirada perdida, y me detuve a pocos metros de ella.
Todo lo que sentí en ese momento fue destierro. Abandono para ambos, dos individuos entre una colonia de hormigas invisibles, que trabajan para producir su propio entierro. Los colores vivos del mundo de repente estaban difusos, inestables, inalcanzables, pero fronterizos. Decidí correr hacía ella de manera sagaz.
Sus ojos al presenciar mi movimiento, propusieron una rápida retirada, entonces ella comenzó a correr nuevamente.
Acertado en mi profunda decisión, logré adelantarme unos metros y tomar su brazo, atrayéndola a mí, de manera tal que un escape, por parte suya, resultara dificultoso. Así fue que me miró preocupada, atareada por la situación, y con una profunda pena en el alma dijo:

- ¿Vos pensás realmente que nuestra relación llegaría a funcionar? – .

Unos instantes de meditación habían llegado a comprender que en aquel instante, el show de fenómenos simplemente se había desvanecido, transformando su cuerpo etéreo, en una causalidad.
La música en mi mente cambió repentinamente, me detuve a pensar en su pregunta, simulando alguna especie de reflexión momentánea, intentando incluso descubrir la posibilidad de facilitar mis decisiones.
Tomé su brazo fuertemente, y logré ponerla frente a frente. Nuestros ojos se tocaron, nuestros egos, los millones y billones de tipos de energía que llegaríamos alguna vez a conocer, entendieron que el destino nunca forjó algún gatillador por sistema de computadora. La vida hoy, y a partir de ese momento, comprendí que se trataba de atajarse con un escudo emocional, a todos sus escenarios. Inclusive esos pedestales insostenibles, donde la ceniza volcánica es el único efecto posible de abandono.

- No lo sé, pero estoy seguro que no vas a sufrir – contesté sabiamente.
- Pero voy a emocionarme, y no quiero hacerlo, cuando alrededor mío crece solo malaria, y escombros.-

Sinceramente no supe que contestar.
Sinceramente no se me ocurrió absolutamente nada indefendible para arrimar a ese momento perpetuo.
El ambiente calló. Saltó ella el pequeño muro de piedra y se dirigió a la orilla de esa especie de playa en plena ciudad. Se sacó sus lujosas botas color celeste, dejando a la intemperie unas medias de color blanco pureza.
El viento comenzó a soplar, y su traslucido vestido moderno, se volvió en un ala flameante de color perfecto, evidenciando y transmitiendo una sensación de viveza a la bien abandonada gran ciudad.
Se sentó a un costado de las primeras pequeñas olas cristalinas.
Fue ahí cuando pensé en el lobo estepario de Hesse. Recordé un dilema perfecto planteado que me hacía entenderla, y no poder discernir ante nada ni nadie, la peor sensación de mis bienaventurados pensamientos. No era una historia trivial, ni mucho menos, pero nuestras circunstancias nos revelaban la abundancia en materia de escoria, quizás más de la que un chacal y un ave de vuelo aporreado pueden aguantar.

“Cada época, cada cultura, cada costumbre y tradición tiene su estilo, sus ternuras y durezas peculiares, sus crueldades y bellezas; consideran ciertos sufrimientos como naturales; aceptan ciertos males con paciencia. La vida humana se convierte en verdadero dolor, en verdadero infierno sólo allí donde dos épocas, dos culturas, o religiones se entrecruzan.”

Así me di cuenta que lo nuestro no fue casual, nunca nada de todo lo transcurrido fue casual, sino que algún motivo albergado existió en todo ello. Uno, varios, centenas, millones o cuatrillones de motivos por los que dos seres, sobresalen a toda la naturaleza de su entorno, causando un viaje hacía un infierno, un infierno sin igual, donde no existen las flamas sino la sensación de quemarse internamente, de obtener un cuadrillé de huesos machacados, aplastados y destruidos por el sistema de un putrefacto portal donde el humano genera su auto destrucción.
Evidencié sus palabras de tal manera, que miré alrededor y fue más que claro la panorámica visión.
Autos, humo, portafolios andantes, hombres asfixiados por sus sogas al cuello, cemento por doquier, colores oscuros, carteles propagandísticos enormes, con frases estúpidas, inconclusas e insoportables, la contaminación sonora, auditiva y humana creaban un campo de batalla.
No me pude concentrar, pero igual lo hice.

20090429

Correr



Parte I

“My Love is like a flower, daisies are always free. You’ve to let it be free”
BJM

De repente se sumió todo en un momento nupcial.
Siempre hay una razón por la cual nunca me enamoro de ella. Es la única en la que yo realmente creo....

Se despertó mi apetito dentro de aquella enorme y anticuada boutique estilo londinense. Afuera llovía un panorama complejo, lleno de exactitudes meteorológicas que impedían a sus espectadores, abordar alguna posibilidad de escape.
Solo su presencia me atiesaba las extremidades, los huesos y sorprendentemente todas aquellas ganas de narcisismo injustificado se replegaban como salvajes corderos de las estepas.
Una energía celestial rondaba sus praderas, mientras que tan alegre y sutilmente, ella ignoraba mi presencia.
No quizá una ignoración despreciable, ni mucho menos una despectiva, puesto que mi conformismo ante la vida, reflejaba ciertas sensaciones positivas en el resto de los paseantes. Si bien me sentía presumido, y etéreo a la vez, estaba seguro que algo se traía en manos mi peculiar destino.
Lo que más llamo mi curiosidad de aquel momento, fue una canción en particular de Dandy Warhols que sonaba de manera apasionante, fusionando mi propio surrealismo con la realidad utópica.
“Los chicos son mejores, chicas estén atentas.”, señalaban los altavoces del lugar.

Pasé cuatro veces delante de sus ojos: cuando la conocí en otra vida, cuando pensé en ella y ni siquiera me percibió, cuando la soñé, y ahora que estaba frente a mi perspectiva colegial de una tarde de invierno.
Perfecta en su estado, su solidificación de independencia leal, de pensamiento leve y jubiloso, un toque mágico de su belleza adornaba el estereotipo clásico del lugar. Su perfume a color naranja aplanaba mis pupilas, dejando mi alma y mis emociones al desnudo. Simplemente me sentía inútil, cruzando la puerta, en pantaloncillos sabor a mierda, un destierro de la puta madre, y mis calcetines a medio comer por el tiempo despilfarrado entre ida y vuelta del infierno.
Seguí mi curso pasando muy cerca suyo, de tal manera que por unos instantes el tiempo de aquel entonces, se tomo todos aquellos milisegundos necesarios, para que ambos apreciáramos las casualidades del azar.
“Espero volver a verte”, me dije en un trance psicodélico. El cristal de mis sueños, de mis profecías y mis deseos más profundos generaban una linterna de color rojo que desgastaba su atención en mí, por primera vez, dejando de lado al resto de los errantes individuos en aquella estructura plena y puramente consumista.
No se porque, pero podría pensar de mil maneras como sumergirme en ella. El único equipo adecuado que tengo es mi emblema de lobo estepario, mi infravisión productiva, mis narcóticos anti desesperación, y la constante búsqueda de un espiritualismo, de una creencia no fundamentada en la decepción.

El universo está lleno de causalidades, no casualidades. Ningún ente rige desde un trono omnipotente, y la naturaleza es perfecta, a tal punto que se auto regenera, dejando al hombre como la criatura más débil de todas las especies.
Esto es tan cierto como que la debilidad mayor de esta raza es poder sentir, poder pensar, actuar y proyectarse a si mismo sobre un futuro impreso en las constelaciones que hoy no están.
No se porque lo hice, ni cuales fueron los principales motivos que justificaron mis acciones, mucho más no podría decir, sólo albergar la posibilidad de que una epifanía se apodero de mis actos reflejos.
Era lo que tenía que hacer. Un hombre hace lo que no debe hacer en el mundo contemporáneo y perdido, para mí fue necesario desterrarme de tal manera que su perfecta biología no llorara más, ni se emocionara o sintiera un desagrado mayor al que produce el siglo XXI.

Vendía imágenes ella. Les vendía a hombres y mujeres la alucinación perpetua de sentirse galanes, donde el cutis era una pradera recubierta con una especie de baba de consistencia gomosa, que daba al portador un asemejo a diferentes colores, también vendía a sus elegantes y aburridos cabellos una elegancia cuestionable, y por sobre todo, ella se sentía agobiada por semejante mentira publicitaria.
Esa obsesión de entregar al hombre cosas innecesarias para existir. Entonces comprendí, ahí mismo, sin rodeos o pensamientos negativos, que todo es producto de un algo, cuya base es injustificada mediante algunos incoherentes, que justifican a sus acciones como el algo de otro producto misterioso.
Algo así como decir que las empresas y la educación deberían fusionarse. Tan estúpido e ambiguo resultaba aquel concreto lucrativo, que vi la desesperación en carne ajena.
Vi la compulsividad de los comensales, que como bestias mitológicas hambrientas, gastaban sus pedófilos cupones (que cuatro horas atrás habían sudado para tenerlos en sus bolsillos) engullendo y devorando a su paso todo producto o artilugio falsete que se encontrase dentro de su rango de visión.
A mis ojos, no podría hablar de una crisis económica mundial, mas bien demostrar el porque del decline social, cultural, artístico y humanístico de la raza.
Pero me importaba ciertamente un carajo, lo que las sombras vanidosas hicieran de su existencia, yo me manifestaba por ella.

Finalmente conseguí juntar obscenidades y me dirigí a inspeccionar el lugar. Sabía internamente que nada de todo lo que ahí existía me parecía relevante, sin embargo no pude dejar de lado mi recurrente curiosidad e inspeccione algunos malévolos productos que se encontraban en los laterales. Me llamó la atención un líquido viscoso que eliminaba todo tipo de cabellos muertos, a cuesta de una considerable anexión de riqueza, además, la inversión opinaba en su envase de la siguiente manera:
“No se garantiza una efectividad segura. Pueden existir efectos secundarios al cabo de unos días, en tal caso la empresa no se responsabiliza por los daños causados, sean de carácter letal o produzcan algún tipo de contusión. Ante cualquier duda consulte a su médico.”

Quizá también ahí entendí el funcionar de la industria mundial. Vender ante cualquier duda, sin la menor duda de sea lo que sea, funcione o no, algún idiota siempre lo va comprar. El problema crecerá cuando sean millones de idiotas alrededor del mundo que adquieran su réquiem en pócimas a base de químicos.

Tampoco me importaba realmente, pues había leído de chico por ahí que cada imbécil se hace cargo de sus propias estupideces, y por ley, yo tenía las mías.
Hubo otra enorme gama de inútiles artilugios evidenciados (que no valen la pena mencionar), pero sin embargo, en un particular instante dirigí mi atención hacia un joven adolescente que parecía no encajar demasiado en el ambiente. Sus ropas de lo más común, y de preferencia oscura, incomodaban al resto de los insectos. Se lo veía contrariado y ofuscado a la vez, por lo que accione a brindarle una ayuda nigromántica. A toda esta escena, el ángel de los postergados, se posó unos metros detrás de mí y del muchacho.

- Veo que hay algo perturbante en tu mirada... ¿Puedo preguntar que te atormenta? – dije de manera fugaz.

El joven sorprendido por mi repentina labor, miró desconcertado y respondió:

- No se... puede ser que consiga ayudarme. Tengo que regalarle algo a mi novia, pero no se que... no encuentro nada de utilidad y apenas me quedan unas horas para ir a verla, es su cumpleaños, ¿Sabe usted? –

-¿Qué edad tiene? – pregunté curiosamente.

- Es... un poco más grande que yo, tiene unos......veintisiete, no, ¡Veintiocho años va cumplir hoy! –

Asombrado por la situación, reflexioné unos segundos muy breves y revolviendo entre mis experiencias y recuerdos, le dije:

- Es una mujer prepotente, no espera cualquier cosa de un joven, menos de su amante. Tengo una idea de algo que puede interesarle. –

Incomodada o sorprendida por nuestra conversación, la joven interrumpió diciendo:
-¿Por qué dice que es una mujer prepotente? – y como fastidiada esperó una respuesta.

Yo, ignorándola de manera amistosa, acudí al joven indicándole que me siguiera para hablar alejados, sin que ella pudiera escucharnos, lo que terminó produciendo cierto jugueteo, donde intentaba escuchar de qué hablábamos nosotros.
Nos alejamos hacia la sección de los perfumes, y la joven ángel con aires de curiosidad extrema, se detuvo frente a unos estantes con ropa femenina, generando un orden entre ellos, y a la vez intentando prestar atención a mis instrucciones sobre el joven adolescente.

-Un perfume exótico, suele ser una de las mejores opciones. Son caros como todo lo que hay aquí, pero ella va sentirse especial, sabiendo que huele algo diferente a todas las mujeres con las que has estado. – indiqué sutilmente.

El muchacho se quedó perplejo y no exclamó, ni objetó, ni dijo absolutamente nada de nada. Me miró de reojo con seguridad, y buscó dentro de sus bolsillos treinta y cinco arrugados pesos. Por una cuestión monetaria no le era suficiente para pagar los delirios de la tienda estilo londinense, de alineamiento conservador, lucrativo e incluso elitista.
Al cabo de unos instantes, aparecieron otros dos muchachos de las mismas características al anterior, con la misma vestimenta, y entre los tres procedieron a juntar una suma equivalente al perfume extravagante propuesto por mi persona.
La joven pelirroja estaba asombrada. De repente se había congelado observando la situación, mientras que me di la vuelta y la sorprendí, intrigada en toda la secuencia anterior.
Rápidamente se sonrojó, posiblemente sintió vergüenza, y me dio la espalda.
Sin pensar esto como un impedimento, me acerqué le toque el hombro y quise entablar una conversación. Su mecanismo de autodefensa fue reflejado mediante una frialdad desconsiderada, adoptando una personalidad semejante a la de toda la escoria del lugar. Con aires aristocráticos, intentó rechazarme, mientras que doblaba ropa horripilante con símbolo de cocodrilo y palos de golf. Sabía yo, que su elitismo, era solo una propiedad de la careta diaria, empleada para repeler aves de vuelo bajo, de mediocridad absoluta, pero esa débil táctica no iba funcionar contra este viejo felino.

20090415

He never seen the sun, but he never stoped trying



No importa si se ve o no. Lo esencial para los ojos está ahí, estimulado por la ilustre conciencia y la necesidad de adormecerse momentáneamente.
En tu cabeza siempre está la necesidad de usarlo.
En tu cabeza está la necesidad de usarlo.

Actualmente no pienso porque me guste, sino porque lo necesite.
Aclarar los marrones oscuros con necesidad fisiológicas es lo más interesante de la existencia. Aprender a manipular el pensamiento oscurista, que toma por costumbre fastidiar con irreverentes propuestas para hacerse rico, pero de una necedad nefasta.
Podría hacer poesía con tu cabeza si me lo propusiera.
El cambio sería tal, que abstenerse no es una oportunidad, ni mucho menos una necesidad, porque al fin y al cabo;
¿Para que necesitar? , ¿Para que absorberse en un mundo inocuo?

El elixir del existir está en todas las fronteras de la mente. Dibujada en colores de la fauna aparece la inspiración mágica al cruzar embriagues celestiales con la famosa paz inoportuna. Retorcido en su pensamiento y arrogante en deficiencia, habla géminis desde el lugar más puro en la tierra: la tierra.
La cuestión material no es más que una clarividencia, del hombre muerto. Ese hombre que perpetró su mejor tiempo con el mal augurio de encontrar un camino, aquel hombre cuyos destellos mentales están reprimidos a un simple abrazo, aquellos hombres que vendieron su pensar ético por una habitación de papel verde.
Nunca ninguno vio el sol, pero dejaron de intentarlo.

El hombre botella nunca vio el sol, pero hasta el día de hoy sigue intentándolo.
Sus cabelleras ideológicas no tienen retoques. Su mente está esclarecida por la meditación premonitoria de su propia moral. El hombre más conocido por sus aptitudes físicas, su capacidad de elaboración, de sostenerse a sí mismo fuera del orden establecido.
Es el hombre de un status quo bizarro, pero audaz.
Ni siquiera podría decir que su mundo es más bizarro, que el actual impuesto.
Hipocresía militar, mandato ridículo su ciencia, y hasta optimizado con reglas y dogmas absurdos sobre como mantener la desgracia de miles.
Una pirámide opulenta donde la base esta construida a manos de morenos.
Arriba color verde y amarillo. Demagogia e ignorancia son sus cúspides, mentira y crueldad las aristas, mientras que los cimientos (cansados ya de luchar), esperan con antelación la demolición de tal injusticia arquitectónica.
Ellos nunca vieron el sol, pero siguen intentándolo hasta el amanecer de sus desgracias.

Como menstruantes mounstros decapitados, descabellados hiladores de una sentencia destinada al desafío de intelecto, siguen las bases asentándose hacia el poder de la verdad.
Pero la verdad es irrelevante, puesto que su hermetismo crea desconcierto e intolerancia.
Marchando hacia el tren de las montañas, aparece la luz cegadora del exitoso marcho filosófico.
Pensantes pensadores destellan, pero existen otros que no quieren vernos unidos, pero si exterminándonos.
Sin embargo nuestro hombre es débil en materialismo, y fuerte en su existir. Sus vicios cuentan la historia de sus necesidades, sus extremidades apenas desean agredir a otros.

100 Millas en cuatro segundos

Nunca se me ocurre crear por placer.
Más que nada se me ocurre pensar, y aunque eso sea un alivio y una maldición,
no me conviene ser llevado con mis pensamientos, porque de hacerlo podría entrar
en un cataclismo espiritual de sobreflujo.
La inspiración viene solitaria, siempre llega de cualquier manera.
Tiempo de pensar en todos los quehaceres del existir, buscando ese existencialismo indiscutible, dejando de lado la razón.
La razón indiscutida de un hombre que vive con su cabeza.
Pensar es omitir vivencias necesarias.