20081229

Soy el cielo y a veces veo el sol

No creo que pueda ser el hombre del 2012, con toda su alegoría y sus respectivas emociones hacia la muerte, pero me siento tan poderoso como un helecho en pura ramificación.
Hoy te necesite para conectarme con el sol, algo así más de 500 horas de necesidad
antropológica y unos 200 minutos de existencialismo dentro de tus cabellos. Fui, vi y vencí, pero me hubiese encantado raptarte un rato, llevarme tu alma como talismán herbolario y ayudarte a florecer entre los árboles, entre los pájaros poner un nido de esperanzas juntas, renacer entre el agua que desborda los glaciares hasta llegar al fin de los fines, para que así pienses que el pasado es el futuro modificado.
Escucho ahora las mejores canciones entre el eco de los cipreses y pueda acordarme lo sublime que olía tu pelo esa tarde en el patio de la basílica, molestándote a caricias en la mejilla y en el cuello, cuando hacía dos instantes atrás le dije a un amigo: “Esa chica de anteojos, pelo rojo y de uniforme, me disuelve.. quiero conocerla.”
Hoy me origina el mismo efecto esperar sentado, y haber consumido toda la energía que me quedaba los últimos 300 metros de peregrinaje solo sabiendo que iba a volver a verte, y que hace noches atrás tome el mejor vino en copa, pensando en porque odio odiar.
Y aunque hoy no vaya a ser el día más feliz desde mi vuelta, no importa, porque voy a seguir esperando tu carroza entre el empalme del sentimentalismo y la unión, para que a pesar de todo, el infinito sea mas piadoso que en las películas como para ofrecer una segunda oportunidad, al buitre mas carroñero de todos. La autorreflexión existe, pero de a ratitos resulta imposible demostrar el nivel de creencia al exterior.
Y aunque te parezca extraño, todo sucede dos veces por el mismo motivo que la inicial,
¿Recordás la primitiva sensación al mirarnos a los ojos, abollarnos en siglos de almas perdidas para llegar a la conclusión que valía la pena jugarse esos ratos de inocencia adolescente y profundizar la poesía de nuestra vapuleada incongruencia temporal?

20081214

Conservaciones

“Y vos también, me haces sentir re bien”

Y ahí estoy tirado para siempre, irritándome en el porque de los cuales, fue el error más grande, si haberte conocido o denegar que me cuesta existir del lado ajeno. Me cuesta comprender porque he de jugar el vil papel, de ser un grosero, un insolente viajante de corazones, con una pierna izquierda a medio magullar, una mente promiscua y un sentimiento partido de alguna vez cortejarte, aunque sea un ratito como en las películas...
No puedo entender que me hace aterrarme de mi propia idiosincrasia hacia tu sexo, no apuesto a ganarme tu selva, ni cortarte las alas, ángel etílico, pero si pretendo demostrarte que el sabio más audaz, es el que peor se viste, y no el que leyó el libro más grande.
Quería enseñarte que la religión estaba dentro tuyo, y que me perdones aquella noche que no tenía plata para pagarte una última cerveza, después de darme cuenta que ni siquiera estabas ahí, pero mis pulmones ya palpitaban toda la nicotina que ocupó tu desaparición.
He alucinado, e inoculado el destino de ser infiel al karma. He apestado la existencia con los nuevos viajes, cuando ni siquiera mi remera y mi vaso de vino son capaces de hablarte, ni contarte o preguntarte si eras vos la chica bonita de la fiesta, y entonces así podría comprobar si me retorcía por saberlo, o por jurarme que ibas aparecer.
Capaz no entiendo porque nada. Capaz entiendo que nada es eso: absolutamente nada. Tener nada, es como tener todo, pero sin nada que valga la pena. Acobijar ilusiones en cubeteras de cerveza, entre nubes de cigarrillo verde bonito, da igual como jugar mis fichas de ajedrez en ese futuro que no se va ver de la mano tuya.
Si bailaba y mis ojos brillaban, era porque tu pelo se veía espectacular. El detalle de tu fino calzado color negro, alegró toda mi noche, aunque supiera que me quedaban dos cigarrillos o un billete de dos pesos.
Cambiara todo de la nada que tengo para volver a verte bailar y sentirme afortunado de estar en la prisión de mirarte, no podría nunca tocarte ni asegurarme de que tengas interés en coagularte en conjunto, porque el destino se forjó ayer en color medio grisáceo lila.
Quizá si me devoraras un poco, no lograrías engullir el todo de mí, yo podría tragar un pedazo de tu esencia y dejarte por siempre en el recuerdo para que cuando me esfumase, ni la marcha ni el dolor sean la misma crema de los problemas. Sería más fácil aún porque al menos hubiéramos probado el fruto divino del edén, y que castigo hermoso y atormentador sufrir delirio porque has decidido no masticarme.
Quizá todo sea producto de mis halagos a mi mismo, o de mi vil egocentrismo que se tortura a si mismo por no sufrir la derrota del antítesis, o por ser una vulgar enzima de color alga marina, que irradia, emite, desprestigia y florece toda la pena, y la somatización de elegir el camino mas errado. Quizá no recuerdes el porque de la carta, ni recuerdes el porque de ese disco hermoso, quizá nada exista después del todo, y horripilantemente he dependido una vez más de la fantasía que me producen las palabras, quizá se me ocurriría pensar que te vas empachar de todo lo que tengo que decir, aunque nada te guste, o creas que no te guste, porque desconoces toda esa paleta de pintor que son los colores que he vivido.
No puedo creer ni pensar que haber soñado con despertar entre tu brazo derecho fue una alarma falsa de porque no debo ser hipócrita con mi ego, y reconocer que no existe castillo capaz de soportar tu asedio.
No creo que aceptes el todo terminar en la nada, o dejar de sentir el apetito de destrucción, hemoglobina de las cosas que no querés complicarte, es el tiempo de tu vida para hacer hoy lo que mañana no vas arriesgar... es tiempo de pensar hoy lo que mañana vas a dudar...
Es tiempo también de creer en que algo vas a necesitar de mi, cuando entiendas lo que pasó dentro de mis lápidas, vas a tener que conquistar el éxodo de estos versos, para sufrir el vació de pasar esa noche eterna sin tiempo de pensar el cuan de todo, y la nada que me aborda haberte conocido para retomar el camino de esa misma soledad......
Soledad abrupta, creciente y menguante en noviembre, asechante en verano e insoluble en humanidad el resto del año, del siglo y del tiempo.
Pasantía me gustaría ver un último rato a las 7 de la mañana de un domingo, comprándote rosas y claveles en la esquina de Boedo para saber que mañana nos vemos, en el mismo sueño y en el mismo lugar de todo.... o de nada.

20081124

Vivo al fin




Las películas y el cine tienen algo en común: la vida real. La música y las drogas existen para si, la cadena de auto sustentación suelen ser los peores problemas de aquel que irradia estructuras inservibles. No existe nada imposible sino complicado. No existen laureles sino coronas, pero estas últimas no pretenden estar como halo del ego, y fomentar la soberbia de lo imperdiblemente lógico que resulta sentirse un personaje. Quienes juegan personajes saben muy bien jugar ajedrez. Sus tácticas son aplicables, su cobardía o valentía a la hora de existir, radica directamente en el nivel de juego. Un oponente débil e indeciso presenta una baja de moral en sus fichas, y en sí mismo. Quienes se creen toscos y duros, completamente la imagen del macho idiota, van a la guerra sin cuidar sus fichas. Sus únicos dos pilares, como sus dos únicas torres, suelen ser la belleza y lo superficial.
La vida entonces es como un ajedrez insolente, ataca y ataca, defiende demasiado bien, y castea hechizos inexistentes sobre los seres. Amor, odio, lujuria, avaricia, codicia, dejaron de ser pecados en el mismo momento que la ciencia entró en las mentes de los jóvenes.
La lógica y la razón parecen ser fundamentales en el fin del principio. El materialismo, la globalización, el dogmatismo, el imperialismo, la decadencia social, los desastres climatológicos, la estupidez rata-pesticida corta yugulares de todas las sociedades involucionadas es la excusa perfecta para plantar la semilla de la ignorancia. O la manipulación, lo fundamental: vivir para trabajar. ¿Trabajar o vivir?, ¿Vivir, vivir, vivir, trabajar, morir trabajar? ¿Morir, vivir, morir, trabajar, trabajar, trabajar, morir? ¿Morir ir y venir, trabajar, vivir o morir viviendo? ¿Trabajar muriendo, o vivir trabajando?
Los emblemas y los anagramas estúpidos son las respuestas al futuro.
Mierda por doquier en sus mentes, cromosomas imperfectos de los miedos e inseguridades de antiguas generaciones. Generaciones acribilladas por la autoridad, la autoridad confundida y definiendo los lechos de vida de sus pobres cabezas oprimidas. El rojo fervor va muriendo de a poco, cuando el blanco paz inunda los cielos, los mares y las puertas del infierno.
Somos infernales mercenarios para la nueva revolución. Los mercenarios nunca mueren, solo se reagrupan en el infierno. Todos existen y viven para ser mercenarios, pero solo algunos logran comprender porque sostienen las vivencias que llevan, y los lugares que transitan, los medios que acompañan, los viajes astrales y no tan astrales, los viajes psicodélicos, o de color verde con papel de lillo. Parecería ser que es mejor fenecer con las ocho horas laborales, que buscarle una vuelta a la situación, probar llaves en diferentes anzuelos y llegar a la conclusión que los mercenarios están mejor pagados, por el universo.
Los ojos que tantas cosas nos han recriminado, les gusta pensar que su territorio no está en crísis, y que fuera del rebaño, todo está mal, y es oscuro, cuando la oscuridad es el peor enemigo del hombre.
La oscuridad suele trascender en la vida de las maneras más inesperadas. Los lujos, las cuestiones materiales y las estructuras existen porque la oscuridad es más fuerte. El cielo y la luz escasean, pero solo se encuentran refugiados, como los guerrilleros de un país que pelearon y murieron en las alcantarillas, porque los gobiernos de mostacho no querían ni quieren un pueblo que cuestione.
Nos entrenan como maquina de matar la vida, con rutinas, prejuicios, envidias, emociones semi existenciales, guerras ideológicas sin sentido, manipulación genética, pero cuando una pequeñísima línea de la vida se corre un milímetro, es motivo de enjuiciamiento.
Las antiguas generaciones lucharon por su sueño, un buen salario, horas encerrados en cuatro paredes y sumisos a un cacique, nosotros queremos la revolución, y la queremos bien. Mentes al pueblo, y dejemos los fusiles de lado.
Somos si, mercenarios y revolucionarios seres de energía que destruyen y desmitifican toda la basura que hemos engullido por siglos y siglos, nos mataron a nuestros padres jaguar, a nuestros padres águila y a todas nuestras profecías…
¿Quién podrá matar ahora los mercenarios fénixes que juegan a capella los espíritus oprimidos de nuestros aborígenes, nuestros guerrilleros ideológicos? ¿Cómo podrán destruir las sociedades las mentes puras, los corazones sanos?

20081118

Lustrabotas de avenida




Luchador de la locura cotidiana. Luchador de la mediocridad sub alterna, y luchador del apaciguante derecho de autodeterminación. La nada es nada, la cabellera es la yugular de los poderes etimológicos que nos sirven para amar y para odiar.
Ya no creo en lo que creo, ni creo en lo que creeré en un futuro. Vos estás dado vuelta, y al derecho estoy yo. Transitando el camino de loco através de los 22 arcanos mundiales. El hambre, la desesperación de ser un joven inverosimil, una oveja negra afectada por su propia autoestima.

20081007

Levantáte y andá




Ya no soy una Biblia alcohólica. Ya no soy un ente defraudador, ni un pobre encrucicjado en las relaciones amorosas con el querer perfilarse de alguien.
Un haz de espiritualidad cósmica es quizá la mayor de mis ambiciones, profetas de la vieja África y las traducciones de aquellos cánticos espirituales.
Me gusta confiar en las cartas del tarot, y creer que todo es moldeable.
La chica de la esquina me gusta, y es muy fuerte.
Fuerte el placer de su cabellera mientras derrama resplandores de energía buenista, de complejos ultra etimológicos me torna, comprender la situación que me acompaña.
Voltearme a su puerta, a sus ojos y creer que Jah Rasta es una mentira.
Debo haber probado más drogas que religiones, más ilusiones que decepciones, y más depresiones que ambiciones.
En todas ellas descubrí el amor profundo que produce sentir el cambio, evidenciar los acontecimientos, pensar en blanco y descubrir una posible meditación.
Así es como me cuesta ver el futuro. Pero también es así como quiero ver el futuro. Ya no somos moralejas, ni somos reflexiones del ebrio.
Ya no quiero jugar al Bukowski, porque de esos solo hay uno, y muchos caminos, pero todos ellos conducen al creerse impotente,
al ser irreverente con uno mismo, a deprimirte y sentirte feliz de haber tomado semejante ideología como la de él.
La Tierra en crisis es el peor de los libros. La peor de las realidades, de cuando era chico y veía los dibujitos de “Capitán Planeta”.
Montones de imbéciles, mounstros, y empresarios acribillando a los hermanos de gaia, sin rejuvenecer la última pizca de nuestra alquimia, entre humanos y desolladores.
Siento la bravez del ser y me dan ganas de estallar. Siento a la vez unas ganas tremendas de seguir leyendo, para cultivarme y no ser un espíritu de poco lujo, con traje y corbata, portafolio cargado de miedos e inseguridades, en pleno Florida, camino al fucking subte.
Una crisis etimológica, de errores, de problemas enseñados en los antepasados de las almas.
Errores sin perdón de cómo estereotipar nuestras vidas entre libros inútiles de contenido economista, estereotipos o clichés soberbios de cómo tomarse un taxi y gastar menos dinero, errores antropológicos de tener miedo a lo desconocido.
Creerse el peor error de la vida, que vivir es ganar dinero.
Como el anillo de Sauron, una vez que tenés mucho, querés demasiado. Pero no va haber nadie que destruya el anillo, y cada vez se vuelve más interno, y mas sofocante.
Hace tiempo que vengo sintiendo de cultivar a Sauron dentro mío. Mi estomago ruge todas las mañanas,
y entre mate-cigarrillo, cigarrillo-mate, mate-cigarrillo-mate, cigarrillo-cigarrillo-mate, mate-cigarrillo-cigarrillo-mate, me he dado cuenta que deje de levantarme, dejé de ir, dejé de mirar.
Es más el hambre que sentía, que las posibilidades de ver un mal dentro mío.
Me gusta sentirme que el alma se cultiva a través de los efectos diuréticos.
Me gusta pensar que el reggae es la música del alma, y que nunca voy a ser rastafari, no porque no me guste sino porque no me gustaría llegar a esa meditación.
Recuerdo mucho, pero me olvido poco. La mente en frío, y listo para la meditación.
La veo a ella todo el tiempo en mis sueños, pero la recuerdo demasiado.
Tengo el bolsillo lleno de semillas, pero no hay flores para cultivar.
Mis ideologías aventuradas en la psiquis, pero ningún sentimiento revolucionario.
La espiritualidad en alza, pero ningún objetivo contundente.
La necesidad laboral urgentísima, pero sin métodos antroposóficos.
La salud mental en recuperación, pero nada para ingerir dentro de mi insanidad.
Una bocha de flores azules para regalarle, pero ninguna para destruir.
Muchísimas oportunidades, pero cuatro paredes de mierda y cemento.
“Trataré en los próximos días de creerme la belleza, aunque exista el bienestar”, leí en algún lado.
Lo único que puedo saber hoy, es que Saruman va caer, y mientras conserve mis poderes, mientras mi fé en alto esté, y la imaginación abierta, la batalla será mía.
Voy a ser profeta para hacer creer en algo, y voy a creer en algo, cuando te des cuenta de los códigos.
Cuando tu libertad sangre alcauciles podridos, y tus orgasmos saban a miseria, vas a levantarte e irte.
Yo me levanté y me fui, te gané de mano. ¿Nos vemos el jueves?

20080928

Pequeña aprendiz (2da parte)




Ya no me escribas más que me desespera.
Me gustaría mirarte a los ojos y decirte que va estar todo bien, o que voy a poder llegar a vos, y en vos.
Que voy a ser un tipo rudo y fuerte, que va satisfacer todas tus necesidades, y mientras vos me mirás desde la cama con ese vestido rojo,
esas trenzas y un dulce en tu boca.
Ese dulce, pico dulce, que sabes, es tu mejor amigo, porque somos insuficientes el uno con el otro, y yo no puedo llegar a vos. Estás del otro lado de la pantalla, y por más que intente tocarte no me va ser fácil acribillar todas mis fantasías, taparte la boca para que no grites los estereotipos, morderte un labio para no escuchar balbuceos, tocar tu pelo para que no te sientas hermosa, quitarte una hebilla de mariposa color naranja junto a ese moño tan suculento que lleva tu cabellera lacia, para que así no te sientas atada ni ridícula.
Me gustaría atarte de pies a cabeza, para que valores tu libertad emocional y no sientas
violadas tus necesidades, me gustaría quitarte la mano que reposa en tu pecho virgen, junto a ese anillo faldero que bien defiende lo más egocéntrico de tu colorada alma.
Sos sangre pura. Si te toco, me voy adentro. Si voy dentro tuyo como un inexperto, corro
el riesgo de que me rechaces, y de no volver nunca más a tu isla, a tu templo fugaz, a tus
carnes ni tus dulces.
Sería genial poder escuchar discos juntos, chocar las copas de vino tinto, pero tu boca todavía no esta preparada, ni tu belleza tampoco, puesto que sino hoy estaría dentro de tus sábanas y no desde esta prisión de caramelo.
Almíbar estilo aceite petróleo con toques de nicotina, palacios verdes florados, con hadas lesbianas y abejas seductoras que crean tu cuerpo una y otra vez, cada vez más así sembrando la seducción de tu mirada celeste fluorescente, de tu pelo, látigo baboso color mandarina, fuego de fuegos, aplanadora existencia que sustenta mis días de higo y manteca rancia hasta que abras tus portales de carne y amor.
Creo en el amor, en el sexo, en tus cabellos, en la cerveza, en tus ojos divinos, en el demonio, en tus llamas, tus pies diminutos, tus piernas eclesiásticas y tu neutralidad frente a mi. Tu antítesis, tu espejo deforme, que te muestra lo que nunca captarías si tuvieras poder de elección. Tu raza es excepcional, la mía experimental.
Tu santidad-virgo es un paso al inframundo del entierro espiritual, pero como me gusta pensar que soy el único y el primero en andar revoloteando a tu lado.
Si te viera malabarear me descompondría muchísimo, puesto que soy alérgico a verte hacer cosas bonitas, aunque me vea como un imbécil, y mientras cruzo Córdoba casi me arrolla el 109. Me gusta tu juventud, porque yo viví la mía, pero igual te envidio, porque sos bonita y quiero meterme en vos.
No voy a decirte que no soy un idiota, porque de eso vivimos todos, pero se que soy un idiota con una ampolla terrible en el dedo índice derecho, y además tengo una creencia en mi mismo que te puede deslumbrar.
Así como vos y tu firmeza a no dejarme entrar ni hoy ni nunca, porque sos hermosa, porque caminas excelente, porque fumas un cigarrillo como si deleitaras los vicios, porque te tocás el pelo de manera escrupulosa pero sin remordimientos, porque te tocás y yo me siento hipnotizado, dispuesto a volverme skinhead si así lo quisieras.
Se que nos llevamos casi seis años de muchísimas militancias, con los comunistas, con los troskos, con los reformistas, los peronistas, los anarquistas y los hippies dragones.
Pero no puedo sentirme de otra manera, más estúpido, menos audaz, más esquizofrénico, y muchísimo más autómata de lo que era antes de conocerte.
Envidio que me trates así con indiferencia, pero sabés que me fascina el lunar en tu mejilla derecha. Tan cerca de tus labios, de tu pequeña boca, un manantial perfecto para embadurnar con crema chantilly y chocolate blanco.
Y así debe haber más de mil billones de motivos por los cuales no querés estar conmigo,
debés tener más de ciento cincuenta afirmaciones de tus padres por las cuales soy ante tus ojos un alcohólico, también tu mejor amiga (quien es mucho más fea que vos) te debe haber dado una razón por la cual no darme una oportunidad.
Se que no te entiendo, pero en el fondo te entiendo perfectamente. Si me pongo en tus uñas, trataría de poder crearte una infección sentimental, así después puedo jugar al doctor un rato, y mostrarte el lado más rescatable, más responsable y más aburrido de mis personalidades.
Nunca me había fijado que tus atributos físicos eran tan idealizables.
Ahora que estoy aprendiendo escultura, te haría una replica exacta de tus tetas, de tus culos, de tus soberbias piernas, de tus cristalinas ideologías, de tus ombligos antipelusa, de tu pobre y pequeño corazón traicionado por los pocos hombres que conociste. Quizá más tarde me resistiría completamente a enamorarme de mi creación y poder hacerle todas las cosas que quiera, empezando por penetrarla de manera eficaz hasta llevarle el desayuno a la cama, mientras me tomo una cerveza roja. Pero después cuando pasara por la puerta de tu edificio te vería sonriente, y me daría muchísimo cargo de conciencia, así que volvería de manera muy veloz con la bicicleta de lona, a quemar la maldita y endemoniada creación frankenstaniana que hice por vos.
Hoy fui a pegar faso en parque centenario y mientras esperaba al pity me puse a pensar en las cosas que me gustaría hacer con vos.
Vaciar la heladera de casa, sacar la basura, tender la cama, limpiar el baño, ordenar mi
cuarto, comprarme ropa, verme alineado con el mundo, tomar cerveza en menor cantidad, hacerme un tatuaje, acompañarte al cine a ver una nueva de Tim Burton, escuchar juntos a Kusturica, estudiar, recibirme, ser alguien, dejar de escribir, obsesionarme e ir al baño tan seguido en el día. Después me di cuenta que ya había pasado una hora y media, que no tenía faso, ni motivos para que te acerques a mi.
Después de todo me doy cuenta que poco me importa, más que compartir un ratito juntos.
Me doy cuenta que sos lo más hermoso que vi en toda mi vida, y que te quiero mucho.
Ahora también me doy cuenta que tu inocencia está perdida, tu alma, tu espíritu, tu sexo
y tu amor también lo están. Y aunque hayas estado todo este tiempo delante mío, me arrepiento no haberte dicho todo esto cuando me mandaste aquellas fotos.
El cielo para mi ya no tiene color, el tiempo da igual, la cerveza está siempre tibia,
y aunque ya no camines más en este mundo siempre voy arrepentirme de no haber hecho nada.
Y como me gustaría que nunca hubieras muerto, que estuvieses viva y un rato al lado mío,
tocándome la frente un rato, jugando con mis dedos y diciéndome cosas feas al oído.

20080924

Pequeña Aprendiz



Pequeña aprendiz


Te veo todas las noches en el bosque. Te veo por eternidades de afortunados momento que he de querer pasar contigo. Tocar, tener y velarte en tus más profundas intimidades.
Contarte los secretos que a nadie confesaría, mirarte a los ojos y no poder prometerte nada, pero sin embargo, cargaría tus preciosos montes lunares, como un fiel lancero de un rey medieval.
Pequeños ojos son tu tez, acalorados cabellos significante de un poderoso cáliz, ceniza de fénix embriagador, de mis destellos sombríos hoy contigo, pequeño corazón.
Cada vez te siento más lejos, más clausurada para todos mis pecados. Que no son más que no haber hecho nada con mi vida, hasta haberte conocido, y pedirte a gritos que me contengas…. O la luna hoy, no brillará suflé, y tus momentos junto al horno del corazón inerte, van a ser despellejados por dejar que abandonaras a quien más te necesita hoy.
Tibia belleza la tuya, pequeña aprendiz.
Tibio calor hecha tu cuerpo en mis venas,
Perfecto hedor a tu rojizo lunar emocional, pequeña aprendiz.
Pequeño picaflor sentimental, no busques excusas ni pretextos para conocerme o para tenerme.
Pequeña necesidad se torna, levantarse todas las mañanas y consumar tus ojos, venerando tu muerte, tu sentencia lejana y tu abandono, pequeña aprendiz de las tristezas.
Aquí encrucijada tu caminata se encuentra. No pretendas creer que vacilaré al escucharte negar lo que me pasa hoy contigo, no creas que mis sentimientos pornográficos, eróticos o románticos, son una negación porque vos bien sabés que el ahora es ahora y el nunca está cercándote.
No trates de darte cuenta el porque de las cosas, hundirte en un llamar a la conciencia, o simplemente tomar el teléfono y consultar por mi. Yo lo haría si tuviera algo que me atara a tus hermosas pequeñeces.
Pequeña emperatriz de mis deseos, abre esas puertas que ya es tarde y tengo frío.
Pequeña aprendiz no me maltrates, por lo menos un rato, hasta que recupere fuerzas y pueda hacerte entender todo lo que quiero decir. No piensen que soy sumiso, ni tampoco un papanatas, soy solo lo que quieras verme ser.
Crecer grande, fuerte y sano. Olvidate de eso, y volvé a casa que todavía no es tarde.
El sol se pone sobre mi vejez, y ya no puedo dominarte más. Te dejo que partas, con la condición que vuelvas a verme, como rey de mi tierra promete recibirte con el mejor monumento a tu vespertino y vivificante cabello, tus ojos, y todo eso que nos hace bien.

20080915

De pensamientos e inconclusiones



Albergues y desprendederos



Es muy difícil darme cuenta de las cosas. Hoy no siento que estuviera escribiendo de verdad sino, haciendo algo que sentí que ya hice… como si se tratase de una especie de dejavú.
Inclusive estos pueden a veces olvidarse o simplemente dejarse llevar por lo que nos emiten de vez en cuando, como muchos tantos recuerdos de otras vidas pasadas, de noches de pedorreras increíbles,
de hasta algún ser lejano que ya no quiere saber nada de nadie, como en este momento probablemente esté sintiendo.
Es también muy difícil descubrir porque los dejavues vienen a nuestra vida. En mi caso particular, quizá es porque son una manera de darme cuenta justamente de todo esto que me resulta tan difícil.
La otra noche cuando fui a la fiesta, por ejemplo, hubo una revelación cósmica referente al sexo femenino. Había divisado yo, entre tanta cerveza, entre tantos antagonistas, y personajes emblemáticos, una mujer de cualidades rojas (y no comunisticamente hablando, ojo) quien me llamo más que muchísimo la atención. Principalmente porque ella resultaba ser una especie de especies no encontrable de manera fácil en cualquier lado, motivo de más por supuesto para corresponder una táctica de ataque lo suficientemente eficaz.
El problema fue que no era cuestión de tácticas, tan simple como suena: fijar un blanco, poner objetivos y desplegar una estrategia….esta vez se trataba de una misión más difícil: vencer el temor al rechazo.
El temor es una cuestión profunda y únicamente psicológica. Es donde intervienen el juego y la batalla eterna del hombre versus su propia mente, aquella arma de doble filo, que puede hacer todo oro, o puede destruir e hundirte en la propia mierda como un triple hundimiento de un Titanic de veras, no un crucero romántico. Pero no son solo contradicciones mías, sino que este ejercicio realmente resulta muy complejo de analizar,
las mentes y los humanos, son como ejércitos constantes de seres ideológicos, completamente fanáticos, que
chocan unos contra otros buscando el mejor equilibrio posible entre la locura y la esquizofrenia momentánea, temporal o eterna.
Después ya no importa absolutamente nada, y suena el tema ese de Jim Morrison: “Vamos gente porque están tan depre”, el resto es pura catarsis drogadicta.

Volviendo a las raíces, no quería por supuesto que se tratase de cualquier cosa, debía ser evidente el momento en que yo desprendería mis hormonas egocentristas para así mostrar la perseverancia que llevo dentro mío, y que solo cuando estoy ebrio o me importa todo un carajo, suelo realmente (y subrayado) desprender mis muchas máscaras. Y es como decía también Oliverio Girondo en uno de sus grandes poemas: “Mandarlas todas juntas a la mierda.”
Y se siente así, más allá de la indecisión ante todo, y lo difícil-engorroso que resulta darse cuenta.
El tiempo pasó como era costumbre, y no tuve peor idea que ir al baño, sentía que debía desprender toda la cerveza ingerida, más unas cantidades considerables de estupefacientes, del estilo: cigarrillos de pólvora, verdes, con muchísimo alquitrán, también algún cigarro OCB de combustión lenta, entre montones de barbaridades que no tendría sentido ni hoja traer al contexto. Conservando la orina adolescente, me dirigí con mucha efervescencia al baño. Estaba completamente vacío de personajes carne-hueso, y no lograba comprender entonces de donde invadían mis fosas nasales esos espíritus en forma de olor tremendo, putrefacto, abominable, infiel, completamente humano, y un leve torcido de tuerca.

El Ansia
(mini relato autoreflexivo)

Anoche soñé con Carito. No se si debería ser insulso, o un verdadero aventurero para avecinarme entre nuestras memorias conjuntas.
Era todo plateado. Un condominio de lo que podría haber sido todas estas noches de drogas fumables, armables y esos alcoholes a base de lúpulo, cebada destroza negligencia, que nos han llevado hoy a sentirnos perjudicados, más allá de lo que piense ahora.
Es difícil pegar dos o tres palabras cuando el umbral pasa a la necesidad de aplastar ideológicamente todas las mujeres que no supimos entender, y pensar: “Que boludo, la cagué”. Años más tarde siguen en pie las mismas propuestas de casorio (entre otras discriminaciones), pero ahora te dan ganas de ser un buen tipo de vez en cuando.
Es que yo creo que son muchos años de diferencia (o no), pero eso seguro que es un buen pretexto para no comprometerse con nada, ya que hay personas, y escritores.
Estos últimos atentan contra todas las estructuras pensando que la libertad es óptima, y ahí vamos a engullir el mundo, a mostrar lo más preciado que tenemos: el ego.
¿Pero que sería de todo, o de nada, sin el ego? ¿No es lo que hace lo verde desmentir todo? ¿Hay posibilidad de conjeturar contra uno mismo, buscando la menor posibilidad estadística de comerse la pared más dura, con cemento, rocas de granito, y baba de mariposa? ¿Es o no es un estado de animo el ego monotemático, dependiente, aplastamiento verbal de todas las ganas habidas y por haber, de masturbar el pensamiento con la mayor de las destrucciones? ¿O no es eso también lo que asegura las buenas indecisiones aunque te des cuenta que se acaba, y el tiro te salió por la culata esta vez, y no como preveías tiempo atrás?
Después quedás como un idiota en San Telmo con el culo al aire, y aunque ves mierda por doquier decís: “Buen día loco, voy a tomar una birra.”
Y quizá así debe ser. Quizá también la frialdad y la irrealidad sean producto de un ego imperialista, subyugador de pobres crios con autoestima, esos inventos del hombre.
Los únicos problemas deberían ser: Dios, los puerros, el imperialismo y alguna otra sutileza que no se me ocurre.
¿Y porque sos escritor? Me preguntó alguien una vez. Pelos ondulados, mirada desafiante, piernas tremendas, ebriedad amorfa y una noche de sábado. Yo como siempre, la mirada en donde más conviene, mi último cigarrillo, el olor a suciedad, las zapatillas de lona hechas mierda, me quedé pensando hasta que me evacuaron….por tocarle el culo a la dueña del after cerca de casa.

No tengo la menor idea. Quizás por la ebriedad que este supone me gusta escribir, y jugar al camaleón, o a una obra de teatro con Alfredito Halcón, donde yo soy el malo, y el es el padre abusador alcohólico que tiene ganas de sentirse patriarcal. También puede ser el ansia de llegar al límite siempre, de terminar los días, las madrugadas y las tardes de vez en cuando como si fuera el último momento de todo. Nadie está preparado para el más allá, para lo que sea que haya allá si es que realmente hay algo. Yo sueño por poder reunirme con Ernesto, Lou Reed y Jim Morrison, para preguntarle todas las cosas que nunca entendí de su música, y su revolución foquista pero eficaz.
De cualquier manera, después está la abstinencia….difícil de clasificar, de encontrar y de reprimir. Todo se retrocede en una carestía, la cháchara con los amigos: Popper, pepa, bicho, pasta, pasti, faso, tuca, cucumelo, jeringas, merca, bong, in-gravity, flasherines, heroína, y no vayamos al límite que voy a necesitar una colorada. De esas que tienen pecas, como si fueran cicatrices de vidas pasadas, marcas de existencia, que demuestran cuanto pretenden, pretendieron y pretenderán sus codicias-follajes neuro colóricos, coléricos, coloridos pestañeos de momentos intrascendentes que no vivimos juntos, amamantable vicio humano de que te acompañe, y como un imbécil te perdiste la oportunidad de hablarle la otra noche.
“Women seems wicked, when you’re a stranger, when you’re alone.”
Y sí. Quiero escuchar a la mariposa desquebrajarse completamente, antes de caer en el sueño profundo, cancelar mi suscripción para la resurrección, y mandarme mejor al loquero. Cuentos de hoy, ayer y siempre, serán inmortalizados por los corazones latientes de tantos zorros, nonagenarios espíritus que desean algo más que estar. Pero no hay nada que temer, porque yo estoy acá, y te invito una cerveza cuando nada tenga sentido, como ahora al leer toda esta epístola.

20080913

Cuestiones materiales


(O conversaciones conmigo mismo)


Estuve toda la semana pensando en los sueños, pensando en que hacer, en como hacerlo y lo más importante porque hacer lo que se que debería hacer. Métodos reflexivos de un calibre delirante, pero una reflexión súper necesaria para cualquier procedimiento metódico de mi mismo. Me hubiese gustado dejar atrás todas las cosas que me hacen bien, quiero mostrarle todo lo que conozco para que vea de una vez por todas que soy un buen tipo. No soy inerte a la sociedad, ni soy soluble en desorden social, pero vengo con un plus de ideologías escalofriantes, una cirrosis de prima y un corazón de púas eléctricas. Me siento como la guitarra de Jimmy Page a veces, otras simplemente la aguja que entra en cualquier brazo.
Cambié los discos, pero no encontré nada en el cofre.
“Espejo, espejo, pregúntale a tu hermana” es todo lo que escucho en sueños, ya las violetas
se tornan grises, y que tragedia vagabundear en lechos comunistas sin sentido, tremendas
ambigüedades de todos estos años de puro poder verde.
Tubos cónicos y no tan cónicos de extracciones neuronales que me han llevado a la
desinhibición molecular, haciendo crecer el campo donde probar experiencias nuevas.
Recuerdos de “Pánico y locura en las Vegas”, noches enteras mirando el póster del Che que
a través de la TV se ve como un duende maldito que reza porque alguien se vaya.
La bolsa de clavos que desaparece, las llaves de casa, la pila recargable, el medio 25,
y ninguna puta planta que crece, energía de mierda ronda todos lados, hasta que me enteré
que el cable estaba mal conectado y no hay que dejar que desperdiciemos la juventud.
Más que apología a las drogas, esa especie de mito imbécil entre pseudos artistoides para
creerse que todo se ve más psicodélico, cuando en la calle te muestran el psicotismo, ese
algoritmo de humanos descalabrados que van por senderos utópicos a sus vidas.
Mensajes de texto inconclusos, palabras trasgiversadas que no tienen sentido como:
“Dale papá hablamos (carita feliz)”, ¿Cómo voy a saber si vamos a poder hablar,
no puedo prever cuanto tiempo voy a conquistar, o si mañana me levanto y me encuentro
en una película de Cronenberg donde me salen bichitos de la panza que terminan volviendo a
todos super eróticos, lujuriosos que se cojerian hasta un Ministro de Justicia fachista?
No puedo ver cuando esta frió. Me hiela la sangre, me transmuta las venas y me rompe las
pelotas completamente. Es como si la muerte vomitara detrás de mí. El cartel de Flower Power
se mueve constantemente y me acuerdo del sueño con Carito, ese en que soy súper guapo
y ella súper reprimida, entonces nos miramos a los ojos y la telenovela sigue. Después
resulta ser que su esposo muere y me la encuentro en el casino vestida toda de blanco
fluorescente, y me dice: “¿Por qué no viniste al velorio?”, simplemente no se que responder.
Si te morís es mejor dejar disfrutar al difunto su último momento, y yo no quería invadirlo
con mi energía de: “Que bueno ahora me le tiro a tu esposa”, quizá en una de esas me toca la desgracia por pelotudo.
Dicen que escribir es auto terapia, y también hacer drogas, como Hoffmann, que pudo comprar
una fórmula viajativa para terminar en pie, en fiestas electrónicas con mucha gente en nivel 153 e inclusive el mismo estaba en otros caudales.
También un buen solo de guitarra ayuda a canalizar las cosas que no sirven de mucho.
Tampoco ayuda demasiado con sus melancolías, pero al fin de cuentas la escritura debería
funcionar como una terapia, porque sinceramente tengo profundo temor a develar mis misterios, mis locuras, mis personalidades, mis maldades, mis esquizofrenias, mis malestares, mis viajes astrales a alguien que fuma tabaco feo de pipa, o cruza las piernas en un sillón más soberbio que el mismo estado capitalista. Pero que bien hace la cerveza.
Estoy psicodélico hoy, veo colores donde no debería, huelo a plantas donde más me desespero, y la veo a ella mientras menos la necesito.
Al final de cuentas comienzo a vivir cada día nuevamente pensando en diferentes maneras de cambiar la inercia que producen los dedos, sigo sin embargo encontrándome con la misma justificación de que nada es tan importante como la nada misma. Deseos de arte progresivo me aterran, pensar que tiempo atrás hubiera cazado un rifle al hombro, cargado la bandera de ideales muertos y hubiera salido a pelear contra la dinastía, pero hoy no siento ganas ni siquiera de mentirme a mi mismo con ese estilo de política secundaria.
Juntos o separados vamos hundirnos, pero prefiero decirte todas las cosas que me he guardado todo este tiempo, para mostrarte que quizá mis propuestas sean de lo más escalofriantes, pero tenés que saber lo corta que es la existencia, y si ya la hemos visto tantas veces en los sueños constantes que atormentan y purifican… mejor dejemos la estructura, para poder jugarnos e hundirnos en una enorme laguna y apagar las luces de todo lo que tan arrepentidamente denunciamos, de tantas cosas que nos dijimos sin pensarlo dos veces, voy a curar mis hematomas para mañana llegar a tu departamento con un cigarrillo en la mano y un chocolate en la otra mano, para mostrarte que aún veo, pero sigo sin saber para donde está el camino que deseaba retomar.

20080904

Alabados sean los lunáticos




Música para chicas con armas

Voy a ser rápido e indoloro. Estuve escuchando mucha música todo este tiempo, y llegúe a la conclusión de que cada vez me gustan más discos, y más bandas, más artistas y menos solistas. La mayoria están esculpidos a base de montones de sustancias extrañas, pero ¿Que importa? si su música perdura con los tiempos... el claro ejemplo de Lou Reed, Jim Morrison, Luca Prodan, Jimi Hendrix, Brian James (ex Rolling Stone), Ozzy Osbourne, Rhandy Rhodes y bueno... podria nombrar muchos más pero si siguiese, nunca voy a concluir en algún punto que sea tangible.
Existen pocos tipos grosos, uno de ellos es: James Newell Osterberg Jr, o vulgarmente conocido Iggy Pop.
No se si es alguien que me gustaria cruzar algun sábado a las 4 de la mañana en San Telmo, porque estoy seguro que me comería un viaje tremendo, dos minutos en su vida deben de ser demasiado agobiantes....
Bueno de cualquier manera acá va otro gran disco para conocer, si bien tuvo sus discos solistas como "Lust for life" (conocido tema en el st de Trainspotting) anteriormente tocaba con The Stooges. Fueron percusores en su época tipo por los años 70, y de hecho abrieron las puertas al desarrollo del Punk en zona. Así es la cuestion que montone de otros celebres punkeros reconocen a Iggy Pop como el mayor exponente de todo esto.
Este disco se llama "Fun House", y suena increible.. especialmente los primeros temas, inclusive hasta el final te dan ganas de romper todo.
Tambien se suele asociar esta banda con el genero post-punk, lo cual es bastante correcto, pero en realidad no importa demasiado... lo único importante es la voz ronca del hombre elastico (aclaremos que hoy tiene casi 60 y algo de años), esa sensación de aburrimiento y de destrucción. Obviamente entre tema y tema escuchamos alguna analogia de las sustancias...
Este disco junto a "The Stooges" alcanzó muy poca fama en sus tiempos, pero después increiblemente comenzaron a tocar en muchos lugares hasta el dia de hoy que con mucha suerte los podemos ver.
No voy a decir ninguna boludez más excepto que dejo de poner links a sitios donde descargarlo, debido a que algunos me estuvieron hinchando las pelotas, es decir busquenlo que vale la pena.




20080901

4: Historias de no creer

Hoy no tengo ganas de poner textos pseudo intelectualoides, de cualidades artisticas redoblantes de comentarios, sino que me siento ateo, exaltado, de mucha molestia general, entonces decidi que prefiero por un dia dejar el papel de lado y ser aburrido, politico, molesto, demagogo e intrepido si las autoridades me lo permiten. (Y si no me lo permiten, me la pueden.... en fin)
Todo este tiempo estuve haciendo un "nachdenken" como dirian los alemanes, que es algo asi como pensar profundamente sobre cosas. Cabe meter entre mis deseos de arruinar todo, que la otra noche me vi un programito llamado "La Liga", (seguro muchos de ustedes lo conocen), no soy de creermela mucho con la TV (o escoria) pero el informe momentaneo me llamo mucho la atencion.
Hablaban sobre la soja. Como muchos saben, argentina es hogar de payasos, marionetas, mimos con lagrimas de cocodrilo, peronistas, pseudo revolucionarios, asalariados intrasigentes, y un pueblo devastado por los medios.
La publicidad nos vende el mejor materialismo, la TV el vacio emocional con series como "Por amor a vos", el vacio cultural con "Bailando por un sueño" y todas esas cosas ya bien conocidas. Sinceramente me siento enfermo, por no decir agonizante.
Retomando, me parecio super interesante el informe porque mostraba este producto por lo que verdaderamente es: capital puro.
La soja es cultivada con millones de pesticidas, insecticidas, fertilizantes quimicos, los cuales son tan pero tan nocivos, que sus barriles contenedores con el tiempo comienzan a auto carcomerse. Tal es asi, que las maquinas fumigadoras "Mosquitos" esparcen estos quimicos por todos los campos del norte, de Entre Rios, Santa Fe, etc. De esta manera millones de nuevas enfermedades se abren: Cáncer, leucemia, insuficiencia renal, fallos respiratorios, malformaciones, hasta la muerte de criaturas muy jovenes.
No solo esto, sino que la tierra queda basicamente inutilizable, porque en cuestion de muy poco tiempo las napas son contaminadas, los rios, la vegetacion alrededor, y los habitantes de turno también.
Una mierda completa, si me preguntan a mí.

La soja no tiene un gramo de valor nutritivo. ¿Porque? Simplemente porque la soja que se cultiva en argentina es transgénica (Vease "Menemismo" en diccionario). Argentina es el segundo productor más grande de soja despues de EEUU, tb están Brasil, y otros paises europeos. En el resto del mundo está prohibida su plantación por todo lo anterior.
Ahora....¿Seremos tan estúpidos los argentinos que dejamos que todo nos pase frente a los ojos? ¿Podemos creer realmente en las propagandas del campo, que intenta reivindicar su postura dictatorial, la misma usada para apoyar al gobierno de Onganía, Perón, Videla, y decir acaso que lo de las retenciones va más para proteger al "pequeño chacarero"?
La fruta de la tarta del campo y el gobierno, es una pura disputa burguesa de quien hace mayor cantidad de dinero.
Mientras a nosotros nos vendian la "pelea mediática" de 100 dias, afuera las 6 empresas exportadoras de soja facturaban 400.000 U$S mensuales.
Todo en este pais es teatro, lamentablemente del malo. ¿Sabian inclusive que durante los juegos olimpicos en China, se desalojaron millones de tibetanos?
Pero ganamos medallas de oro loco....

El punto de todo es el siguente: tanto el campo como el gobierno saben muy bien lo que hacen, lo que exportan, la cantidad de gente que reagrupan, y dentro de sus planes lo último que está es defender al que menos tiene.
Siendo exportadores primordiales de esta droga transgénica, podriamos vivir de manera similar a cualquier pais europeo. Hoy se produce un caos social, donde el pueblo se pelea para re tomar la bandera de simbolos y personajes que carecen de utilidad y solo son puestos ahi para eso, consumirlos. Acuerdense de Cobos sino....
Es menester que un gobierno semi-peronista, inclusive diria bonapartista, le importa un reverendo carajo que en el Norte hay sequia, en el sur cada vez más los recursos naturales son sobreexplotados por petroleras, en la ruta mueren millones de personas al año, en Misiones muchos chiquitos mueren desnutridos, en Capital el smog cada vez es mayor, muchos casos de neumonia resurgieron, la inflación descostilla al que ya no le queda nada, los jubilados cobran una miseria y son desbaratados todos los dias por el corrupto PAMI, Macri destruye la educación pública y el gobierno nunca le puso un freno, los colegios secundarios se levantan, las universidades de Sociales, Filosofia y letras también comienzan a elegir sus batallas, y los escritores empezamos a querer abrir un hueco tan grande que algún dia seremos partidarios de un 2045 donde tomemos un whisky y fumemos un habano diciendo: "¿Te acordas che de la epoca esa en argentina que eramos medio bobos y todos los dirigentes no cagaban? ¡Jaja! ¡Ahora mira donde estan todos, y ya ni lo piensan dos veces!"
¿Que me dicen entonces, que las cuestiones son de estar con el CAMPO o con el GOBIERNO, cuando digo yo, no es más importante dejar el romanticismo aplastado y poner las plumas en remojo para por fin patear todo y recuperar lo nuestro?
Para finalizar, la soja es una mentira. El campo es una mentira. Los pinguinos son una mentira. Vivimos en una mentira, y si no nos despertamos de este sueño destructivo, mejor que nos inclinemos, nos pongamos en cuatro patas y esperemos que nos entren duramente...
¡Ni con el campo, ni con el gobierno, con el futuro!


PD: Cito a Manson, si, ¿y que? Fue uno de los únicos tipos que resulto una amenaza tan grande que tuvieron que crearle cargos judiciales estúpidos para parar la masacre ideologica que se venia en gringolandia. Acá es lo mismo, que no inventen cargos para parar la masacre ideológica.

20080811

La prision (inconcluso 2)




Un crédito en el mundo correcto




Y la colorada tristeza se asomo detrás de mis oídos. Era tiempo de jugar al poker, de tomar un escocés, de sentirme arrogante por poder soñar y comprender cosas que ante no jugaba, ni pensaba que llegarían a existir.
Todo se volvió blanco y negro. Flashes constantes de nuestros cuerpos juntos, de ella preguntando si molestaba, y yo como un completo inútil respondía: “y….esta bien”.
Ya no hubo intersección de calle, pero las paralelas de mi existencia se fueron juntando, y terminamos a las dos de la mañana en el bar del centro, ese tan acribillado como si se tratase de la vieja Gergovie.
Su hermana y ella, Clarisa y Candente sus nombres, y que par de costumbres formamos aquel momento, en la esquina del lugar, teñido de oscuro sombrío. Alejado de la civilización, prepotentes de costumbrismo nos mirábamos los tres a los ojos, y montando diferentes posiciones nos habríamos a una nueva charla hiper espacial.
No hubo política, no hubo condiciones, simplemente dejarnos jugar.
Quizás Candente era más abierta, o quizá toda la cantidad de cerveza se le había subido demasiado
(como si se tratase de una replica de mi mismo) y sus sentencias se tornaban cada vez más eróticas,
y me recordaba que todavía debería tener una jurisdicción donde partir mis emociones.
Al final todo fue en vano, el alcohol subió a la sangre y nos descalabramos ahí en el piso mismo,
lleno de hedor y remordimiento, pero al menos pudimos tocarnos las piernas y el resto de ellas.
Sería un leve recuerdo para mis organizaciones, aceptar la necesidad de subirme el autoestima, debutando mis
momentos más romanticotes (o más persuasivos) con aquella belleza multifacético que toca todo lo que
convierte en oro.
Y si.. me sentía un lingote, un dólar americano, una corona checa, una libra esterlina, sin perder más tiempo
en devaluaciones tiré mis ultimas jugadas, sembrando así la necesidad de acreditarme dentro de un cuerpo
tan ingenuo, tan osado, y tan puro a la vez. No hubo dolor, solo hubo incongruencia de mi parte.
Una enorme racha de saliva humana cubrió las dos cabezas, los labios mojados en lágrimas parlantes,
una mezcla de drogadicción y películas de cine, un esplendor espontáneo, menester en estos momentos de
caudales sangrientos, donde la asquerosidad se torna en la belleza, y Marco Aurelio mira de reojo, para que
el imperio no llegue a su fin.
“Mi papá es un ex comisario”, fueron sus últimas palabras antes de degollarnos.

El Señor de Los Caramelos

Montañas blancas asemejándose a mis vistas. Tengo muchos sentidos alerta, pero por más que quiera resistirme,
hoy vuelvo a caer en todas estas películas complejas, planos secuencia de mi vida o quizá la de algún otro,
que tanto me necesita y como si no me diera cuenta, vivo, siento y de a ratos existo.
Me atemorizaría presentarme sobrio ante una situación, con la cabeza en blanco, y el líquido encéfalo raquídeo
fluyendo alegremente.
La alegría es el estado más cercano al suicidio. Una masturbación de sentidos que apenan las velas de una existencia monogámica,
que aplasta los dogmas de probar todo lo que sea alucinógeno, todo aquello que destrabe las programaciones con el mundo heterosexual que tanto demuele a los individuos,
sea así por sus creencias o sus supersticiones.
La visión estaba teñida de verde. Llegué como de costumbre al templo de los monjes, y fui instruido en una nueva disciplina, mis metodismos fueron sustituidos por una depresión inerte, mis técnicas de sonreír se transformaron en masacrarme con carcajadas interminables, y así supimos rendir culto a los salvadores de Gaia, que tanto desconectan la energía negativa.
Mi imaginaba a mi mismo en un túnel blanco, de terminación cónica, rodeado de una selva desolladora, sacudía mi viaje hacia la luz, una luz similar al fuego, de llamas eternas y de ningún tormento. El fuego que renace, como el ave fénix, y hoy me olvidé de todos los problemas, que cuanto había maldecido fue en vano, y que iluminarse es una de mis más envidiables características, por lo que ya no tenía sentido pensar lo malo de lo bueno, lo perfecto de lo patético, lo idiota de lo excelente, lo general de lo mediocre, y para coronarme al fin, deje mis brazos amputarse al calor de esa flama, quemando lentamente el túnel cónico.
Inhalando y exhalando complete aquel viaje astral.
El ritmo cardíaco era elevado.
Una sensación de volatidad recorría mis miembros, especialmente mi cerebro, que tanto divagar se enfermaba con pensamientos inhumanos, o humanos a la vez, si nos tenemos que poner a debatir sobre estos.
Las meditaciones fueron de muchos túneles, demasiados Fenixes renacieron en aquel momento, y simplemente pude dejarme llevar antes que me derritiera en mi propia soberbia.
Hoy pude escuchar demasiadas cosas, quizá muchas de ellas no debería conocer, ni enterarme, otras las debería haber amado, odiado, acribillado con mi ideología paupérrima, que empleo de vez en cuando, para convencer a alguien de que hoy estoy más intelectualoide, y me vas a respetar, te guste o no. La retórica de Sócrates básicamente.
Afuera la lluvia invadía todo. Tranquila y melancólica, cavaba senderos oscuros, preguntando hasta que punto íbamos a llegar con la meditación, cuanto más podíamos soportar enviciar los sentidos, en torrentes de Tiramisú, pan blanco y queso, jugo de naranja sin gas (no 0% y con plus de vitaminas), caramelos de damasco y ananá, cigarrillos varios, y otras cosas que no tiene sentido recordar.
El azúcar me puede. Una dosis de ellos cuando estoy hundido en un estilo Trainspotting, de fondo recuerdo las palabras: “..It’s just a perfect day, I’m glad I spended it with you..” y pienso por eternidades. El espacio temporal se vuelve la cucha de un perro, partículas subatómicas me avecinan la intuición de pensar que si hoy me muriese, no compartí nada con nadie.
Por ahí también compartí demasiadas cosas, y no quiero evidenciarlo de esa manera, porque me preocuparía en grandes cantidades morir y tener demasiados afectos.
Morir con un montón de gente alrededor, personas que te adoran, que te envidian, o que simplemente están ahí, para ser bombardeados como en el Guernica, si hoy tuviese que esfumarme… ¿Sería rápido e indoloro, para que yo no pueda comprenderlo? ¿Me mutilara el pensamiento primero, y después treparía el ataúd de mis últimos momentos, hundiéndome en vicios descomunales, catatónicos, de esquizofrenia ilimitada, parricidio o paredón a mi mismo, para después caer sublime ante la mirada?

Banderas rosas, pequeños burgueses


Parte 3 (y casi finalista)

Carajo, paso exactamente una hora desde que escribí lo anterior. Tampoco me importa mucho. Primero me voy dando cuenta que un tiempo después de todas las meditaciones, ya no es todo negro o blanco, lima o limón, sindicato o muerte, sino que pueden existir puntos medios en la vida.
Quizá como mecanismo de defensa preferís optar por lo más fácil, lo más inútil, el extremismo de creer que las cosas tienen ida nomás, y no vuelta.
Pero claro que contradicción aberrante me consta hoy, leer lo anterior y sentir que una parte en mí había predicado ideologías que analizando en profundidad, ya no es tan importante presentarse y decir: “¡Hola! Soy un espacio óptimo para categorización ideológica”... si al fin y al cabo ¿No es más importante evidenciar el cambio en las sociedades, que sentarnos a discutir discrepancias históricas de hace más de setenta años, para terminar no concordando en nada? ¿No es esa también una forma de burocracia contra la que muchos deciden luchar? ¿Es quizá un vaivén de sujetos innecesarios que aplacan sus sentimientos con necesidades innecesarias?
El reformismo es quizá otra de las enfermedades incurables. Eso y perder el tiempo hoy, en un país tan destruido por la nada, por la negligencia cotidiana y que llama urgentemente a sus hijos para al fin de todo poner una venda enorme, y curar las heridas de todos ellos a quienes les debemos perdón. A la gente que mantiene la base de la sociedad, a esa gente que siempre no importa cuales sean las circunstancias para la ley y la autoridad siempre tienen el perfil necesario similar al de un criminal, cuando en realidad es el que tiene todo, el más necesitado de tener más y más... muestra evidente del pueblo argentino, donde quienes ocupan casas son invasores bárbaros y son entregados constantemente a la picadora de carne policial, por no decir otras atrocidades mayores.
Un pueblo que se destroza entre sí, sin darse cuenta que arriba hay otro panorama.
El caos social, el enfrentamiento de clases, y el odio al prójimo son la receta primordial de los gobiernos, de las transnacionales y toda la demagogia latinoamericana que creen ser salvadores del nuevo milenio.
Como si entonces Paraguay en tiempos de antaño sufrió en vano la devastación,
y hoy sus tres destructores se regocijan por ello, sin nunca haber pedido disculpas por el hecho de ser desagradables.
Y así caen las fichas, y ya no se trata de pequeños burgueses, sino de la falta de espiritualidad, de objetividad
y la falta sobre todo del accionar sano y conforme a las necesidades actuales....
No a las necesidades de nuestros ancestros en el año 1921, 1938 o esas fechas conmemorativas de infiernos y salvaciones.
Quizá me es más fácil y divertido a la vez, echar toda la culpa, el aborrecimiento, la inconformidad, el malestar estomacal, la ineficacia de mi ideología, y el poder de las letras, intentando pensar que la consecuencia mayor del fracaso humano, es no haber podido entender leyes tan simples, códigos tan naturales como el armado de un cigarrillo.
Y de fondo me acuerdo de “Chica Mala”, uno de esos temas que atan mis memorias a lo de siempre: la soledad del humano.
He ahí el fin y el fracaso, la decepción. Ya no se trata de grupos, de encasillamientos, de cuestiones estúpidas y de debates a largo plazo, pagando en créditos infrahumanos las discrepancias del asalariado y el propagandista que tan convencido está de las acciones que hace décadas funcionaron.

Esto puede ayudar a concluirme, o concluir.
Y sin embargo sigo pensando en esas palabras, aunque a largo plazo no me guste, mis luces se apaguen y ya no sea más joven para poder pasarme el tiempo jugando a las cosas que más disfruto.
Situaciones que nunca entendí porque a medida que se crece, cada vez más y constante, uno se llena de formatos inútiles donde tiene prohibido hacer ciertas cosas, porque este acto insano, inmaduro inclusive, no va acorde al estereotipo común. ¿Entonces es más importante, más “maduro” tener hijos a los 20, ser una maquina perforadora sexual que solo sirve para contraer una subida de autoestima incongruente frente a todos los fracasos de su momentánea existencia? ¿Ingerir matrimonio como si fuera una droga pasta base, para pasar el resto de la minúscula existencia atado a una controversia mas grande que el gobierno K? ¿Estudiar en organismos corruptos, una sola línea de educación parlanchina, degradada y preformateada para que todos los médicos, abogados, cineastas, odontólogos, políticos, economistas, artistas, criminales, sean iguales que hace cincuenta años atrás?
Entonces nos podemos dejar un legado de diarrea, de mierda estancada como si se tratase de la boca enorme de un mundo concebido por el culo, el fluido urinario de un sistema podrido por la estupidez, el formateo actual, y la globalización, una masa mutiladora de vergas gigantes que representan toda la sangre, toda la suciedad, la basura, de lo que hoy llamamos existencia.
La vida está hecha para disfrutar hasta el último momento, no para ser un imbécil del montón.

20080809

Cielos azules, y no me hagas acordar que pasó..

Skeletor's Music Closet


Bueno, hoy no voy hablar demasiado. Hace ya un tiempo había encontrado este disco en la red, en realidad me lo paso un amigo quien obviamente encontró esta joyita en Stay Free. Es un disco muy extraño, de a ratos te dan ganas de tomar tereré y fingir que esta todo perfecto en el mundo y que las hormigas son felices rompiendose el culo para trabajar... por otro lado te surgen dudas si las cosas están como para empalagarse, entonces entre cigarro y cigarro te funcionan todas las neuronas al máximo. Ideal para consumir algo, y tomar una buena cerveza un día bajón a las 3:00 de la mañana.
Este disco pertenece a Albert Hammond Jr, cantante de The Strookes, y un gran guitarrista, más allá de que nos guste su banda o no. Personalmente no me cabe ni medio, pero cuando escuche los primeros temas (In Transit, Everyone Gets a Star, Blue Skies, etc.) me cai de culo sinceramente.
Tiene un ajuste musical muy bueno, una mezcla de melodias melancolicas en algunas secuencias, de a ratos Pop-rock, pero sin duda te empalaga un buen rato. No se si lo pondría entre mis 20 favoritos, pero al menos un 35 se gana.
Algunos detalles, el tipo este extrañamente tiene un cierto parentezco con nuestro pais, ya que su madre es Argentina, y para extraños momentos de la vida, hizo un disco llamado "¿Como te Llama?", interesante tb.
Sin duda es un aparato, si bucan alguna foto en internet lo van a ver con esa porra, un cigarrillo en la boca y esa cara de: "Tomé algunas drogas..... ¿Se nota?", que no esta mal ni bien por cierto.
Lo loco del muchacho este es que tiene bastante prestigio en Estados Unidos, hasta inclusive fue a estudiar en Suiza, donde conocio gente interesante. Inclusive su padre (Albert Hammond) fue un gran músico también, si me preguntan Popero, pero bueno... nadie es perfecto.
La mejor frase por lejos: "Its hard to live in the city"

Acá les va el link para bajarlo:
Albert Hammond Jr - Yours to keep
El disco esta free en la red, asi que no me hago responsable de un carajo, la música es arte, el arte es para todos. Internet es libre, y mientras nos manejemos en este estado, el derecho al conocimiento y aprecio artístico también vale.
¡Que lo disfruten!

20080731

La prisión (inconcluso 1)





Había estado sugestionándome un rato largo. El escape de las colinas pudo ser mucho más propicio que cualquier estrofa de un poeta malhumorado. Momentos de cocaína, pelos atómicos en las partes más ínfimas del cuerpo, una mente desgastada y la adrenalina que desbordaba los campos sensoriales de mi infierno.
Sonaban en mi mente los estallidos del cielo, le hacían blasfemar, desvariarme un poquito a la derecha, retomar mis ideologías y analizar los hechos que me frustraban el escape en este instante.
Tomé el camino hacia Avenida Monteaplastado y la intersección con el pasaje Mónaco.
Una zona industrial, un asco, la basura en las calles era el mismo asfalto, los adoquines teñidos de negro, el hollín, se acumulaba bajo las suelas de mis pies, cayos destapados por haber corrido toda mi vida.
Era de día aproximadamente cuando la gente empieza a desmembrarse y los puestos de choripán levantan sus carritos para que el movimiento de los camiones, no contagie a sus clientes. Estaba solo, pero acompañado. El ruido me taladraba la cabeza, y lo único que podía hacer era caminar en línea recta, hasta cruzarme con algún colectivo que me llevara lejos de allí.
El puerto estaba también a pocos metros, una hediondez, ruidos de grúa, barcos, gaviotas, obreros trabajando, millones de containeres con quien sabe que cosas, hasta inclusive muchísimos monta carga apilados unos con otros. Estaba de nuevo en Malos Aires. Pensé que mi escape iba a ser para siempre, pero el destino ata al individuo a sus más tristes temores, y aunque estos sean de una inmundicia desmesurada siempre se cae en el punto de partida del miedo humano.
La reflexión y la mitología son solo puntos de quiebre en la vida, laureles astrológicos de coronas que nunca llegan a las manos del más carenciado.
Era quizá el más diminuto de todos los gigantes del lugar.
Pequeño, sumiso y desconsiderado, pues me había escapado, pero aprisionado al mismo tiempo queriendo ser y dejar de pensar en que la vida me había caducado con sus cuentas vencidas, que el perfume de mujer aplastaba mi lengua, que las ideologías que llevaban mi bandera habían sido descuartizadas y solo entraría en conflicto conmigo mismo. Me recordaba a mi mismo, como una pintura. Mis más profundos deseos mono cromáticos ya no tenían incoherencia artística, sino que iban apagándose para fundirse con un azul, con un naranja linterna, y con el pincel de algún aristócrata que deseaba expresar sus sentimientos sin sentir nada. Pero era inerte.
Al movimiento sobre todo, a aquella ciudad-rata que tanto profundizaba la economía de un país represivo, ambiguo y productivamente explotado.
Finalmente (y con el cigarrillo consumido), pude llegar.
No se si había llegado a la intersección, o a lo más profundo de mis pensamientos, de mis fractales, y sencillamente me importaba un pito.

De fondo me acordaba del bolero “Regálame esta noche” y su bella cantante, que solitaria aún buscaba algo más que existir sin melancolía.
Y todo fluyo así sin demasiado perdón de su parte. Las dimensiones de mis alucinaciones eran casi extremas, y poco podría recordar sobre ese momento, especialmente al mirar los vehículos pasar, mientras dentro de mí se iba consumiendo la flama del pudor. Atado así a un montón de incongruencias de mi parte, volví al mismo túnel negro de siempre.
Pase de rodillas sin sentir demasiado, hasta toparme con la esperanza en vida. Un cuerpo increíble, y una necedad de lo más exquisita. Vagaba ella por los quehaceres de existir, mientras sin una perspicacia subordinada, miraba de reojo mis pensamientos volar y volar, para al final dejarme desconcertado. Inútil, sin resentimiento, pero útil al menos. Sin ganas demasiadas de explotarme, pero con la necesidad fatal de extender mi vuelo hacia un nido mejor.
El soundtrack de mi vida estaba siendo asediado. Los cambios temporales y espaciales volvían constantemente. Ahora estaba un poco mejor que en el otro universo, pero de cualquier forma, comenzaba a sentir la lucidez de a poco.
Ella se acerco a mí, caminando despacio, piernas entrecruzadas, y poso sus ojos frente a los míos. Una vida nos reencontraba, recuerdos de futuras relaciones, aquellos ojos súper dotados de color celeste en su centro, un sombreado arquitectónico marcando el fin y el comienzo de semejante estatuto. Unos ojos fascinantes, llenos de dolor, pero vacíos de emoción. Porque nunca había llegado, o porque no le interesaba, hacer algo más que mirar con su sencillez.
Pequeñas y hermosas manchas semi marrones en su cara, joven, simple, pero destellante a la vez. Ni una gota de soberbia en el cutis, y un esplendor acribillante en aquellas pecas.
Me exoneraba toda culpa. Las montañas batallaban y la música seguía y seguía.
Apenas recobre el conocimiento de mi mismo, sepulte el destino para siempre, de manera que pudiese dedicarme al aquí y ahora. Si la dejaba correr, iba ser una desgracia, si me dejaba aplastar, pronto mi lengua se hundiría y ya nada puede corresponderle a ella, oscilante criaturas de las que lloran piedra molida.
Demasiadas metáforas, mucha filosofía, y una pizca de inspiración fueron el recipiente.
Todo lo demás fue orinado como una costumbre mía, siendo ella mi cómplice, y así nos delatamos los pechos abiertos, las ganas de volar un rato, el destierro angelical, la sabiduría de los sonidos, y el color rojo de Jimi Hendrix.
Necesitábamos algo el uno del otro, y habernos cocinado a fuego lento, fue la mejor receta de todo esto.

Los instantes siguientes me secaron repetidamente, tuvimos que dejar el cuerpo para más tarde y volver al panorama industrial de mi conciencia, donde ya no quedan muchos seres humanos para expresarse.. donde hablar es un hábito extraño, pero habitar se torna en revolver basura, constantes situaciones desafiantes, para comprender que aun simple es más difícil fenecer.


Soundtrack:
Young Marble Giants
Young Marble Giants
Young Marble Giants

20080722

La importancia de sentirse menospreciado





A veces gris también. Quizá sea todo parte de una sensación incrédula que en esta vida me valgo por mí mismo y que no necesito de nada ni nadie, ninguna droga que me estimule, ni ningún beneficio que me acredite dinero en mi cuenta.
Decisiones unilaterales son los mocos de todas las mañanas, anfetaminas de televisión se tornan las tardes, y un pastizal de juegos de mesa.
Cuestiones verbales, mis dolencias mayores. Unidad esotérica mi mayor desafío.
Siento vagar en una carabela donde el sexo de esta es mi mejor amiga, aquel perro oscuro de Nick Drake con ojos inexpugnables, el maltrato de la sociedad, y la necesidad de andar solitario.
Perro de la lluvia, animal del rencor, antorcha del dolor, mimetizado con mis oídos, vértebras de la sugestión de estar enfermo.. y hoy sin embargo me siento más enfermo, por no tener nada, y que mi cabeza da vueltas todos los días, buscándole la alineación a las cosas, el sentido a vivir, menospreciarme la constancia de ser el ser más feliz de la tierra, en partes.
Cuestionado por las autoridades neurológicas, cuidado por mis placeres, y destrozado por mis vicios, de un ser humano, que quiere demasiado, y odia tan poco…..
Pero cuanto odio me tengo a mi mismo por no sublevarme todo este tiempo, a la emoción antropológica de las pastillas del amor.



(Kim Deal, Regalame esta noche.)

20080721

Anécdotas: ¿ficción o realidad?


Just like honey

(o como pude desconcentrarme)


A veces soy un completo malestar genérico. Siento la necesidad de adoptar facetas oscuras de mi vida, donde me proyecto como un gran dictador, un catastrófico jinete anti-cristiano, o un colosal monumento a lo absurdo.
Mis tiempos me condenan, hay otras veces sin embargo que me empalago de dulzura, soy como un oso de peluche, cada vez que me abrazan, me apretan saltan espinas de la planta más salvaje, y daño a quienes están alrededor mío pero es necesario mostrar una pequeña parte sensitiva.

Volví de la disquería, el tiempo estaba horrible como siempre en capital. Emprendí el largo trayecto de caminar entre zombis, desalmados y gente sin cabeza, una verdadera epidemia, pero mucho más normal de lo que me esperaba. Con el nuevo disco bajo la mano, un rubio en mi boca y las pocas ganas de vivir, me dirigí hacia la boca del subte, línea B, que va hasta Los Incas, un tren feo muy feo, rojo comunista pero sin la esencia de este, sin ideología, tren de hojalata.

Como era costumbre en mi anarquismo interior, no apagué el cigarrillo, bajé las escaleras, y procurando no ser visto (algo imposible con la muchedumbre de las seis de la tarde), salte el molinete represivo que ahí se encontraba. Un hombre alto, fofo, y con aspecto de orangután comenzó a correrme. Acto seguido la muchedumbre comenzó a percatarse que podían despertar, dejaron de ser maquinas mortales por tres segundos, y se transformaron en espectadores del coliseo romano, donde por primera vez mostraron gestos misericordiosos de risita.
Yo un osado gladiador, con un CD como mi mortífera arma, y él Orangután, un gladiador dispuesto a destriparme y llevarse mis últimos complejos contra el nuevo sistema gubernamental instaurado. Vehementemente le tire un par de escupitajos, procurando crear una especie de baba gigante que desencadenara un resbaladón fatal en él, y así yo, victorioso, podría llegar a casa para escuchar el nuevo disco y tomarme una buena cerveza como ameritan los miércoles. La bestia descomunal sin embargo, evadió mis ataques de proletariado, puso cuarta en su motor represor y picando a fondo me seguía por el pasillo interminable de la estación, la insoportable muchedumbre estaba detenida, todos reían y enviciados con el nuevo espectáculo tiraban frases de halago a mi exuberancia.

¡Que ganas de deshacerme de aquél orangután! ¡Que ganas de mandar toda aquella muchedumbre egocéntrica a la reverenda mierda, y volver a mi casa, deprimido y contento, con ganas de tomar una cerveza!

Lamentablemente y para mi anhelo, la situación se desenvolvía rápidamente como una película de Tarantino.

Seguimos corriendo como unos desaforados por el resto de la estación, subimos una y otra vez las escaleras, pasamos por la boletería mas o menos treinta y cuatro veces, hicimos inclusive pausas para ir al baño, derramar un poco de orina en el piso y volver, también ayudamos algún anciano que no podía subir las escaleras, fuimos amigos y enemigos, nos odiamos, hasta que procuramos seguir corriendo, escapándonos de todo.
Se me estaban acabando los cigarrillos y las ganas de ser un gladiador. Con la bestia pasaba lo mismo. Ya no corríamos fuerte, el me seguía a caballo y yo montado en Chewacca, nos disparábamos una serie de insultos, ofendiendo a nuestras madres, hijas, esposas, fervores religiosos, hasta nuestros propios órganos reproductores formaban parte de una prosa poética del mejor estilo Bukowskiano.
Sin más ganas de correr, fuimos llamados al programa de TV de una conductora dinosaurio, actriz de cine en la época de Bartolomé Mitre, aristócrata de alma, y completamente fruncida.
Nuestras posiciones eran muy diferentes: Yo anarquista y él represor. La vida y la muerte. Nietzsche y Dios en una mesa de debate, repartiéndose la fe religiosa, la aplicación ideológica y la última pata de Pavo que quedaba en la mesa.

Pasamos a penas tres horas en el programa (horrible por cierto debo aclarar) y comenzamos a correr nuevamente. Salimos del estudio por una puerta y aparecimos de nuevo en la boletería donde todo comenzó.
Nuestras energías llegaron al límite. Yo completamente agitado, con mi nuevo CD bajo el brazo, me dirigí desafiante hacía el Orangután, recordando un habla ermitaña lo mire a los ojos y le dije algunas cosillas.
Le había contado casi la historia de mi vida, de cómo había decidido convertirme en un escritor, cuanto me gustaba el anarquismo y porque Dios no me caía bien. La bestia se quedó impaciente y perpleja a la vez.
A través de nuestra discusión, nuestra conversación, y después de batallar en el coliseo romano, descubrimos que quizá ya no existían demasiados motivos para emprender una nueva persecución.

Sin embargo no tenía intenciones de pagar el boleto, y él no me dejaría pasar con la frente en alto, con el anarquismo bien inculcado pero al menos conseguiría volver a correr que tan bien hace al cuerpo.
Antes de poder llevar a cabo mis planes, la bestia atroz, sacó de su uniforme un termo, me convidó un mate con un bizcochito salado y me preguntó sobre el disco bajo el brazo.
Me quedé estupefacto, pues esta reacción no era lo que esperaba.
Acepté el amargo sin ninguna objetación, ingerí el liquido placenteramente, charlamos un rato y después recordé que era tarde.
Le devolví el mate, arrojándolo contra la boletería (por pura distracción) y comencé a correr desaforadamente. La bestia con una sonrisa dibujada, me siguió de nuevo, la misma historia, en el mismo lugar.
Tras unos pocos metros, di por abandonada mi carrera de gladiador, puesto que el pavimento se estrelló con mi cara, y tras un rotundo, espinoso y rutilante dolor, caí al piso.

Desperté sobresaltado, en mi cama, con Vicky al lado mío, durmiendo lo más tranquila.
Mi ropa estaba tirada en el piso, igual que aquel CD, y lo más extraño de todo, un tema muy particular “Just like Honey” sonaba sobre mi oído izquierdo.
No pude llegar a comprender la anécdota. Sin demasiadas conclusiones, me levanté, abrí la heladera, destapé una cerveza y volví a la cama, escuchando de fondo aquel disco surrealista que me había acompañado en un viaje inolvidable.



20080708

Banderas rosas, pequeños burgueses



(Parte 2)



Abro la heladera y solo hay cerveza, un poco de fiambre que quedo de ayer, agua con espuma, manteca, un pedazo de queso y algún que otro tomate, o una hierba, da igual. La caja de cigarrillos vacía. Nada que fumar por ese lado, ni por ningún otro todavía.. Tengo que aclarar las mentes cada tanto, poner los cabales en su lugar y progresar en la constante lucha.
Cada segundo, cada minuto perdido en pensamientos ordinarios, que serían insignificantes crímenes cometidos a las victima del dogma, del reglario (una especie de mandamiento) estúpido de la nueva era. Cuando no entiendo, el domingo pega duro. Y ni un policía motorizado puede llegarte a salvar de esa.
La TV es una tremenda basura. Digo, ahora y siempre lo fue, recuerdo ser muy chico apenas unos 13 años, sin demasiadas perspectivas de lo que pasaba en este albergue. En aquellos tiempos la lucha era similar, algunos de calidades soviéticas defendían el enorme caos militar, el caos social, y el cultural inclusive. En aquel entonces, a muchos no nos importaba demasiado lo que se cocinaba detrás de la mirada comunarda
Ardían los deseos de liberación, y por eso comenzaba la tras batalla de comprender a Ernesto, que había hecho, porque lo había hecho, y cuanto podía yo llegar.
Me di cuenta que la realidad me desbordaba. El mundo parecía un lugar excelente para un joven adolescente, alejado de la vida misma, crecido detrás de ramas hermosas cuyas gotas cristalinas (perdidas de somnolencia), despertaban el buen café con leche de cada invierno.
¡Que maravillosos paisajes lo que tiempo atrás jugaba inocentemente en la “montañita” de aquel buen licántropo de amigo, un hombre fenomenal, pero que extraño era vivir antes!
Si, era una ciudad fantástica, pero muerta con toda la energía posible. Quizá todos nos aburguesamos con el tiempo, quizá la gran mayoría intento filosofar y despedazar el poder, pero hoy en día, cada viaje, es un retorno, a las épocas que más he dormido, pero que a la vez mucho más necesite vivir para comprender lo que la burda existencia, de un conglomerado asalariado por mi ignorancia me llevaba a estropearme de rencor.
Rencor a no haber comprendido, el caudal del momento. Rencor a haberme doblegado, de no haberme preocupado por mi mismo, o por hacer algo, detestar a alguien aunque sea de mentiras, y de dejar de coronarme como una especie de personaje que no atrae nada bueno.

No había nada en la heladera ni en ningún lugar de toda la especie. De fondo sonaban The Stooges y su gran disco. Mi casa no era tan divertida como lo que ellos me estaban aconsejando actualmente.
El reloj se asemejaba a las 14:19 si mal no recuerdo, estaba un poco ofendido, de a ratos momentáneo, y cuando más energía tenia me sentía amable, pero hoy tengo que olvidarme de esa estupidez burguesa que perpetro, cada puto instante en que quiero ablandarme.
No es bueno ser blando, no en este momento. ¿Quién puede entonces hablar de banderas y signos libertarios, si el intelecto sentimental no es el adecuado?.....
Hay que tener huevos para llevar la bandera rosa, sin siquiera comprender los colores de las luchas sociales.
Muchos se adjudican millones de perfiles urbanos, anarquistas, agnósticos, gótico, hardcore, satánico, o radical inclusive. Pero ya no es cuestión de no pertenecer a ningún lado, en grupos ficticios de observaciones discriminadas sobre la marginalidad que ellos no parecen comprender, una y otra vez... no es que el mediocre se volvió intelectualoide, el abandonado burgués se hizo honesto y un genio, y que los negros son todos de piel.
Los brutos son de traje, de posición, pelados, quizás. Sacar la lengua no denota humildad, humilde es aquel que se descuartiza a cada paso, en la pirámide, en el escalafón del esclavismo, padeciendo hambre, aquel conocimiento aristotélico que nosotros nunca vamos a entender.
Quizá por dormirnos, en la parte más dura de la historia.
El cambio puede estar cerca, pero hoy en día llevar banderas es un complejo proceso de asociación ideológica.
Retomando banderas, el color rosa es poca cosa. Representa una ideología particular, una ideología burda, y desinteresada por la realidad.
Si bien, es una gran música para deleitar los oídos, es erróneo pensar que con escuchar un poco de post-punk situacionista, o sus derivados, se contribuye a la libertad ideológica, todo lo contrario es una monarquía.
Un simple pensamiento, de lo que la acción debería ser en un joven. Sinceramente, los libros se suplantaron por los culos plásticos, las ideologías por las galas mediáticas, y el pensamiento, la meditación, por una cancha llena de dólares, y figuras semi perplejas.
No es casualidad, que las cosas anden con caños en vez de promiscuidad.
Promiscuidad ante invadirnos de pensamientos subversivos, de necesidad, para levantarse, y dejar los rodillos, los palos de amasar, los garrotes, para los esclavos de sus actos maléficos. Actos incongruentes de desorden existencial y moral. Próceres de la mentira, de la religión, del engaño, mutilación, tortura, dolor, hambre, injusticia, caos, desabastecimiento intelectual, manipulación, represión, dogmatismo... muchas otras variantes...

El celular acababa de sonar. Al final la junta se cancelo, y las pastillas fuertes están sobre la mesa, dispuestas a destruir todo sin importar los medios. Ya no hay paciencia, hay miedo, que sucumbe a las sociedades en una explicación inmunda del totalitarismo.
Son las 14:47 y no pude prender la tuca siquiera. Mi impaciencia por saber a que hora jugaremos al fútbol (si sí, para despejar la mente), impide que me relaje completamente y juegue a conquistar el mundo, con unidades psíquicas, matones musculosos, naves voladoras (OVNIS exactamente), viruses y otras fantasías reales de esos grandes juegos estratégicos-imperialistas.
Si claro, la cultura imperialista nos abastece los deseos de luchar constantemente. Una vez que se es conciente de lo que el poder representa, es más fácil educarnos el futuro incierto, el pasado en metamorfosis, y al existencia friccionaría como un dedo meñique en los pastizales de la lucha constante, del progresismo revolucionario.
La bandera rosa es claramente una muestra de “Quiero hacer algo, pero no se que, y tengo temor de ellos, por lo tanto voy a sentarme a pensar como actuar.”.
Esta sentencia pensadora, tiene dos errores conceptuales.
Temor, claro que esta sensacional tener temor, al fin de cuentas, es él quien hace mover todo dentro de uno, de sacar la energía mas fuerte para golpear conjuntamente. Sin este, nadie nunca conocería la valentía... y creo yo que siendo un tremendo cagonaso, puedo atreverme a sentirme como un valiente también. ¿Y porque no, creerme que puedo ser el caballero andante, valiente, dispuesto a caer en las garras de una joven activa, de color rojizo, naranja, o como más le guste a ella?
Sino... todo lo anterior no tiene sentido, hay que tener miedo.
Miedo de saber que lo que se nos viene encima, es más que un meteorito, es una carga dolorosa de llevar, pero no importa.... ya la sangre esta derramada, lamentablemente y sin PRE consenso democrático, nuestros cheques fueron cobrados antes de vencerse.
Quizá tendremos la de perder, pero a diferencia de ellos, todavía conservamos los valores, y eso es lo más importante en un joven revolucionario. No ser subversivo al pedo, creerse oficialista de acuerdo al momento, y tampoco de hacerse el duro con todo y todos.
Sino ser libre, de saber cuando golpear, con conciencia de lo que sucede, miradas objetivas y por sobre todo no creerle a ningún organismo traidor de izquierda, a ningún dirigente con ánimos de aplastarnos, ni mucho menos al periódico, o la televisión, indicando este último como culto a la decadencia de un imperio artístico, cultural que tantos años nos costo crear...
Todo para que después ellos quemen el duro trabajo de entender el mundo a través de la historia, con sus estúpidas presentaciones en público, revindicando el teatro como su transporte aristocrático, y la ineficacia de su existencia, creadores de vidas alternas detrás de esa estúpida, imberbe, pestilente, amorfa, descorcha cerebros, hoguera, guillotina, escarmiento mongol, que llaman televisión.
De cualquier manera, la bandera rosa es el primer paso, el que abre las puertas a destruir evangelizadores, a destituir las mentiras cotidianas. Pero no debería transformarse en la incredulidad, en el engaño de la descomposición ideológica, la vida está afuera, la música nos acompaña, pero el trabajo es nuestro.
Y así como no existiría reflexión sin ella, tampoco podemos probar la ideología si primero no pasamos por la música.
Pero no confundamos, primero banderas rosas para destapar los oídos burgueses, después banderas rojas, para incomodar a los burgueses.



Carlos Fuentealba, presente. (1966- 5 abril, 2007¿?)