20090415

He never seen the sun, but he never stoped trying



No importa si se ve o no. Lo esencial para los ojos está ahí, estimulado por la ilustre conciencia y la necesidad de adormecerse momentáneamente.
En tu cabeza siempre está la necesidad de usarlo.
En tu cabeza está la necesidad de usarlo.

Actualmente no pienso porque me guste, sino porque lo necesite.
Aclarar los marrones oscuros con necesidad fisiológicas es lo más interesante de la existencia. Aprender a manipular el pensamiento oscurista, que toma por costumbre fastidiar con irreverentes propuestas para hacerse rico, pero de una necedad nefasta.
Podría hacer poesía con tu cabeza si me lo propusiera.
El cambio sería tal, que abstenerse no es una oportunidad, ni mucho menos una necesidad, porque al fin y al cabo;
¿Para que necesitar? , ¿Para que absorberse en un mundo inocuo?

El elixir del existir está en todas las fronteras de la mente. Dibujada en colores de la fauna aparece la inspiración mágica al cruzar embriagues celestiales con la famosa paz inoportuna. Retorcido en su pensamiento y arrogante en deficiencia, habla géminis desde el lugar más puro en la tierra: la tierra.
La cuestión material no es más que una clarividencia, del hombre muerto. Ese hombre que perpetró su mejor tiempo con el mal augurio de encontrar un camino, aquel hombre cuyos destellos mentales están reprimidos a un simple abrazo, aquellos hombres que vendieron su pensar ético por una habitación de papel verde.
Nunca ninguno vio el sol, pero dejaron de intentarlo.

El hombre botella nunca vio el sol, pero hasta el día de hoy sigue intentándolo.
Sus cabelleras ideológicas no tienen retoques. Su mente está esclarecida por la meditación premonitoria de su propia moral. El hombre más conocido por sus aptitudes físicas, su capacidad de elaboración, de sostenerse a sí mismo fuera del orden establecido.
Es el hombre de un status quo bizarro, pero audaz.
Ni siquiera podría decir que su mundo es más bizarro, que el actual impuesto.
Hipocresía militar, mandato ridículo su ciencia, y hasta optimizado con reglas y dogmas absurdos sobre como mantener la desgracia de miles.
Una pirámide opulenta donde la base esta construida a manos de morenos.
Arriba color verde y amarillo. Demagogia e ignorancia son sus cúspides, mentira y crueldad las aristas, mientras que los cimientos (cansados ya de luchar), esperan con antelación la demolición de tal injusticia arquitectónica.
Ellos nunca vieron el sol, pero siguen intentándolo hasta el amanecer de sus desgracias.

Como menstruantes mounstros decapitados, descabellados hiladores de una sentencia destinada al desafío de intelecto, siguen las bases asentándose hacia el poder de la verdad.
Pero la verdad es irrelevante, puesto que su hermetismo crea desconcierto e intolerancia.
Marchando hacia el tren de las montañas, aparece la luz cegadora del exitoso marcho filosófico.
Pensantes pensadores destellan, pero existen otros que no quieren vernos unidos, pero si exterminándonos.
Sin embargo nuestro hombre es débil en materialismo, y fuerte en su existir. Sus vicios cuentan la historia de sus necesidades, sus extremidades apenas desean agredir a otros.

100 Millas en cuatro segundos

Nunca se me ocurre crear por placer.
Más que nada se me ocurre pensar, y aunque eso sea un alivio y una maldición,
no me conviene ser llevado con mis pensamientos, porque de hacerlo podría entrar
en un cataclismo espiritual de sobreflujo.
La inspiración viene solitaria, siempre llega de cualquier manera.
Tiempo de pensar en todos los quehaceres del existir, buscando ese existencialismo indiscutible, dejando de lado la razón.
La razón indiscutida de un hombre que vive con su cabeza.
Pensar es omitir vivencias necesarias.