20091031

I don't wanna change the world


I don't a world to change.
Solo quiero chicas con piel descalza y zapatos de verano en primavera.
Quiero tocar la cabeza de margarita con mis dedos fugaces, para experimentar los defectos de querer revivir el pasado con los errores y las codicias del futuro.
Paciencia. Paciencia. Paciencia y dicen que acaba... pero yo sigo escuchando lo mismo.
Pendejas y pendejos me cantan con flautas traversas en el pórtico de mi cama, y yo con garrote en mano y el verde atragantado, escupo sus cabelleras, buscando una simbiosis a mi nueva vida nómade.
No quiero una chica que no tome la botella por su principal recipiente. Quiero una chica que vomite la cerveza pero con un gusto mejor que una hamburguesa imperialista.
No quiero un amor que dure para siempre. Quiero relaciones interminables de pequeños amorios comestibles, para despues queden por siempre en las memorias de mis estomagos.
No quiero vivir de la mujer del pasado, pero quiero vivir de la mujer del futuro.
No quiero vencer a los demonios de mis cofradias, puesto que sin ellos no complementaria el géminis que traga mi benevolencia.
Quiero esa chica de ojos claros, pelo oscuro, y su timidez clásica... pero no se como conseguir que juegue a la batalla naval conmigo, para sacrificar sus emociones e hundir el crucero de mi delirio.
Quiero ver el sol con los ojos cegados. No quiero ver el sol con los ojos abiertos.
No quiero esperar un instante de hilaje fino, porque su rol no juega las cartas suficentes para convencerme de su modo propicio.
No quiero chicas sin etiqueta de cerveza, quiero cerveza con forma de chica.
Puedo jurar que vi la luz. Vi la luz de mi dejada decepción en un sabado a las 2:00 de la mañana, despues de jugar al poker con el Diablo y su hermana. Me salieron como el culo las cartas, pero me quedo contento porque mi alma no está en precio. Compré un hechizo de amor para castearlo en la mujer de ojos oscuros, cuya juventud me defeca la mente, al pensar que el vejestorio de hoy en otros tiempos, hubiese podido con Troya.
Pero por otro lado se, que haga lo que haga, que me comporte como me comporte, que aunque me orine encima y mis gotas salgan sudadas de la heroina que produce el extraño enamoramiento de seres, va ser el fruto de la pasión, la semilla de la potencia máxima, donde nuestras intenciones van a ser verdaderas y no las del imbécil que saca fotos con un cigarrillo atragantado.
Envidio el destino, por haberme distanciado. Pero agradezco la causalidad por haberme encontrado con ella.
No quiero quedarme en la interperie con una manta de color rojo, sangre de titanes y mutantes que lucharon para romper las cadenas de mi abandono personal.
Quiero conocerla en la playa, o en el mar. Quiero tomarla de la mano y esconderme en sus uñas.
No quiero pensar sin esperanza, porque; ¿La esperanza es lo último que se pierde?

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