Carajo, paso exactamente una hora desde que escribí lo anterior. Tampoco me importa mucho. Primero me voy dando cuenta que un tiempo después de todas las meditaciones, ya no es todo negro o blanco, lima o limón, sindicato o muerte, sino que pueden existir puntos medios en la vida.
Quizá como mecanismo de defensa preferís optar por lo más fácil, lo más inútil, el extremismo de creer que las cosas tienen ida nomás, y no vuelta.
Pero claro que contradicción aberrante me consta hoy, leer lo anterior y sentir que una parte en mí había predicado ideologías que analizando en profundidad, ya no es tan importante presentarse y decir: “¡Hola! Soy un espacio óptimo para categorización ideológica”... si al fin y al cabo ¿No es más importante evidenciar el cambio en las sociedades, que sentarnos a discutir discrepancias históricas de hace más de setenta años, para terminar no concordando en nada? ¿No es esa también una forma de burocracia contra la que muchos deciden luchar? ¿Es quizá un vaivén de sujetos innecesarios que aplacan sus sentimientos con necesidades innecesarias?
El reformismo es quizá otra de las enfermedades incurables. Eso y perder el tiempo hoy, en un país tan destruido por la nada, por la negligencia cotidiana y que llama urgentemente a sus hijos para al fin de todo poner una venda enorme, y curar las heridas de todos ellos a quienes les debemos perdón. A la gente que mantiene la base de la sociedad, a esa gente que siempre no importa cuales sean las circunstancias para la ley y la autoridad siempre tienen el perfil necesario similar al de un criminal, cuando en realidad es el que tiene todo, el más necesitado de tener más y más... muestra evidente del pueblo argentino, donde quienes ocupan casas son invasores bárbaros y son entregados constantemente a la picadora de carne policial, por no decir otras atrocidades mayores.
Un pueblo que se destroza entre sí, sin darse cuenta que arriba hay otro panorama.
El caos social, el enfrentamiento de clases, y el odio al prójimo son la receta primordial de los gobiernos, de las transnacionales y toda la demagogia latinoamericana que creen ser salvadores del nuevo milenio.
Como si entonces Paraguay en tiempos de antaño sufrió en vano la devastación,
y hoy sus tres destructores se regocijan por ello, sin nunca haber pedido disculpas por el hecho de ser desagradables.
Y así caen las fichas, y ya no se trata de pequeños burgueses, sino de la falta de espiritualidad, de objetividad
y la falta sobre todo del accionar sano y conforme a las necesidades actuales....
No a las necesidades de nuestros ancestros en el año 1921, 1938 o esas fechas conmemorativas de infiernos y salvaciones.
Quizá me es más fácil y divertido a la vez, echar toda la culpa, el aborrecimiento, la inconformidad, el malestar estomacal, la ineficacia de mi ideología, y el poder de las letras, intentando pensar que la consecuencia mayor del fracaso humano, es no haber podido entender leyes tan simples, códigos tan naturales como el armado de un cigarrillo.
Y de fondo me acuerdo de “Chica Mala”, uno de esos temas que atan mis memorias a lo de siempre: la soledad del humano.
He ahí el fin y el fracaso, la decepción. Ya no se trata de grupos, de encasillamientos, de cuestiones estúpidas y de debates a largo plazo, pagando en créditos infrahumanos las discrepancias del asalariado y el propagandista que tan convencido está de las acciones que hace décadas funcionaron.
Esto puede ayudar a concluirme, o concluir.
Y sin embargo sigo pensando en esas palabras, aunque a largo plazo no me guste, mis luces se apaguen y ya no sea más joven para poder pasarme el tiempo jugando a las cosas que más disfruto.
Situaciones que nunca entendí porque a medida que se crece, cada vez más y constante, uno se llena de formatos inútiles donde tiene prohibido hacer ciertas cosas, porque este acto insano, inmaduro inclusive, no va acorde al estereotipo común. ¿Entonces es más importante, más “maduro” tener hijos a los 20, ser una maquina perforadora sexual que solo sirve para contraer una subida de autoestima incongruente frente a todos los fracasos de su momentánea existencia? ¿Ingerir matrimonio como si fuera una droga pasta base, para pasar el resto de la minúscula existencia atado a una controversia mas grande que el gobierno K? ¿Estudiar en organismos corruptos, una sola línea de educación parlanchina, degradada y preformateada para que todos los médicos, abogados, cineastas, odontólogos, políticos, economistas, artistas, criminales, sean iguales que hace cincuenta años atrás?
Entonces nos podemos dejar un legado de diarrea, de mierda estancada como si se tratase de la boca enorme de un mundo concebido por el culo, el fluido urinario de un sistema podrido por la estupidez, el formateo actual, y la globalización, una masa mutiladora de vergas gigantes que representan toda la sangre, toda la suciedad, la basura, de lo que hoy llamamos existencia.
La vida está hecha para disfrutar hasta el último momento, no para ser un imbécil del montón.
Playlist: El Blanco Cristal
Hace 5 años
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