20090415

100 Millas en cuatro segundos

Nunca se me ocurre crear por placer.
Más que nada se me ocurre pensar, y aunque eso sea un alivio y una maldición,
no me conviene ser llevado con mis pensamientos, porque de hacerlo podría entrar
en un cataclismo espiritual de sobreflujo.
La inspiración viene solitaria, siempre llega de cualquier manera.
Tiempo de pensar en todos los quehaceres del existir, buscando ese existencialismo indiscutible, dejando de lado la razón.
La razón indiscutida de un hombre que vive con su cabeza.
Pensar es omitir vivencias necesarias.

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